viernes, 20 de noviembre de 2015

FERNANDO SAVATER. Escritor. Filósofo español.


“Reí a carcajadas con un libro entrevista del líder de Podemos”.

El filósofo español se presta con humor al carrusel de preguntas que le plantea este diario
LUIS PRADOS Madrid 

El filósofo, Fernando Savater, en Santander en agosto de 2011. / ALBERTO RUIZ


Fernando Savater (San Sebastián, 1947) tiene el insólito mérito de haber convertido un libro de ética en un bestseller: Ética para Amador (1991), un referente para más de una generación de españoles y latinoamericanos. Desde Nihilismo y acción y La infancia recuperada en los años setenta hasta ¡No te prives! Defensa de la ciudadanía (2014), Savater ha sido y es el filósofo de compañía de quienes detestan el fanatismo religioso, el nacionalismo o el populismo.

Pregunta. ¿Cuál es el último libro que le hizo reírse a carcajadas?
Respuesta. Un libro-entrevista con Pablo Iglesias, líder de Podemos. Un viaje en el tiempo, el mundo perdido, vuelven los felices sesenta.
P. ¿Quién es su lector perfecto?
R. Cualquiera que lo ignora todo sobre mí, pero se interesa por el tema sobre el que escribo.
P. ¿Qué libros están normalmente en su mesa de dormir?
R. Varían de una semana a otra, porque no suelen durarme más de cuatro días. Son por lo general novelas policíacas.
P. ¿Qué libro le cambió la vida?
R. Lo determinante en mi vida fue descubrir el placer adictivo e irrenunciable de leer, no tal o cual libro.
P. ¿Cuál es su rutina diaria para escribir?
R. Me pongo a ello sobre las siete y cuarto o siete y media de la tarde y escribo hasta las nueve. Entonces me voy a ver las noticias de la tele.
P. ¿Qué personaje literario se asemeja a usted?
R. No es de la literatura sino del cómic: Superratón.
P. ¿Cuáles son sus influencias literarias?
R. ¡Tantas! Borges, Cioran, Nietzsche, Spinoza, Julio Camba.
P. ¿Cuál libro le regalaría a un niño para introducirlo a la literatura?
R. Le regalaría unas madre como la mía, que le leyese cuentos en voz alta y luego le regalase obras de Chesterton y Salgari.
P. ¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?
R. Moby Dick. Pero no estoy seguro de no haberlo escrito.
P. Si pudiera adquirir cualquier pintura ¿cuál sería?
R. El golpe maestro del leñador mágico, de Richard Dadd.
P. ¿Cuál es el mejor consejo que le dieron sus padres?
R. No te quejes y no olvides que vives mejor que la mayoría.
P. ¿Qué lo deja sin dormir?
R. Desde luego, ningún asunto público. Por lo general duermo bien pero a veces me desvela la preocupación por los que amo (que son muy pocos).
P. ¿Qué fue lo último que compró y le encantó?
R. Yo sólo compro lo que necesito o creo necesitar. Lo que me encanta es lo que me regalan, sobre todo si me lo regala mi mujer.
P. ¿El mejor souvenir que ha llevado a casa?
R. Una foto con mi mujer en el cabo Finisterre.
P. ¿Cuál es su espacio favorito en casa?
R. El cuarto de baño, claro.
P. ¿Qué siempre hay en su nevera?
R. Whisky.
P. ¿Cuál es su página web favorita?
R. Racing Post, la página hípica británica.
P. ¿Qué es un buen fin de semana para usted?
R. Cualquier buen mitin de carreras de caballos, en Epsom o Longchamp.


ENTRENAMIENTO FUNCIONAL.


ENTRENAMIENTO FUNCIONAL EN FÚTBOL.

Aunque un poco antigua, la entrevista es cuanto menos interesante y recomendable de leer. Corta, pero con contenido, se desmitifican muchas leyendas urbanas de la preparación física en fútbol.
Seirulo, un genio que derriba todos los mitos sobre la preparación física. Excelente entrevista realizada en el 2007 por Ángel Cappa con el Lic. Francisco Seirul·lo Vargas, Preparador Físico del FC Barcelona desde 1994. Ambos"comparten una idea sobre la utilidad de la preparación física enfocada al fútbol. En esta charla se desmoronan varios mitos ya instalados por ejemplo, a las pretemporadas o al uso del gimnasio y las pesas para los jugadores de fútbol".

Cappa: No sé si coincidirás, pero para mí la preparación física como tal no existe. Existe la preparación de un futbolista, de un basketbolista, de un tenista, pero no en general.
Seirulo: Coincido. Antes, por error, se pensaba que primero había que fabricar un atleta y luego que jugase a lo que sea. Si se quería entrenar la resistencia, se entrenaba por igual en el monte, en el mar... donde fuese. Y luego adaptaban esa resistencia a su deporte. Y no es así. Así pierdes tiempo y energía, pues cada deporte requiere su tratamiento específico.

C: La velocidad, por ejemplo. En fútbol es diferente, tiene que ver con la precisión, con ver antes la jugada.
S: He entrenado en otros deportes y el fútbol es el que más prima las habilidades del jugador: su inteligencia, toma de decisiones, sensibilidad, comprensión del espacio y del tiempo... ¿Por qué? En fútbol, lo mismo que tú utilizas para movilizarte lo usas para jugar, y tienes que estar concentrado en ti mismo y en el equipo. Por eso, los talentos de este deporte son, personalmente, tipos muy especiales.

C: Eso me hace recordar una anécdota que viví con Maradona. Estábamos viendo un partido de basket de Michael Jordan y le dije: ‘Diego, qué gran jugador es, ¿verdad?’. Y me dijo; ‘Sí, es un grande, yo lo admiro, pero no te olvides de que juega con la mano, ¿eh?’.
S: Claro, ésa es la dificultad del fútbol: los pies, y eso acarrea muchas obligaciones motrices, que, a su vez, complican la percepción y las relaciones interpersonales del atleta. A mí los jugadores muchas veces me dicen: ‘Oye, Paco, ¿por qué no entrenamos la velocidad?’. Y les contesto que eso lo entrenamos todos los días, porque el fútbol es eso: velocidad, aceleración... no correr sin más, sino adaptarte a correr respecto al balón y al rival. Tocar el balón con la velocidad adecuada y hacia donde tú deseas.

C: La fuerza también es distinta. Para mí la fuerza en el fútbol es astucia.
S: Claro. Es aplicar tu energía en el momento oportuno. Si no, la fuerza no sirve para nada. Si eres muy fuerte y cada vez que chocas con uno te quitan el balón o haces falta, estás perdido.

C: Hay gente que piensa, por error, que los jugadores altos cabecean más y mejor. Y no es cierto. Hay que saber saltar y saber cabecear.
S: De hecho, los grandes cabeceadores de la historia nunca han sido muy altos. Han sido tipos medianos pero muy astutos, adivinando la trayectoria del oponente, del balón y la velocidad precisa.

C: Hay muchos mitos en la preparación física de nuestro deporte. Uno es el calentamiento; otro, la pretemporada; y el tercero, las pesas.
S: Son, para mí, tres temas claves. La pretemporada es el más grave. Yo creo que es imposible que, entrenando un mes, se llene, como se pretende, el tanque de un futbolista para toda la temporada. Imposible. Y los preparadores tenemos que flagelarnos en esto pues le hemos dado demasiada importancia a la pretemporada. Hacer entrenamientos dobles y triples durante dos semanas no es bueno para los jugadores. Sólo consigues fatigarlos y que lo estén pagando durante los cinco primeros partidos de Liga. Para mí lo correcto es prepararse para el primer partido sólo. Exclusivamente. Y luego para el segundo... y así. No se puede hacer una pretemporada entrenando dos semanas seguidas en tres turnos sin tocar el balón. Perjudica y no es útil.

C: Cuando entrené en Sudáfrica, los jugadores venían de hacer cuatro sesiones al día. Eso era una masacre. ¿Y del calentamiento, qué me dices? Hay una especie de obsesión de estar 25 minutos calentando. Yo vi cómo calentaba Cruyff en su día y sólo hacía pataditas con la pelota y alguna carrerita liviana. Maradona, igual. Es verdad que hay jugadores nerviosos que quizás sí necesiten correr más para quitarse esos nervios. Pero eso es todo.
S: He discutido mucho sobre esto y he probado mucho. Para nosotros el hecho de calentar es sólo un acto socioafectivo, esto es, sólo sirve para ponerte en contacto con tus compañeros y con el ambiente. Ése es el principal objetivo del calentamiento. Porque hay otro problema añadido. Los jugadores, si juegan a las diez de la noche, se levantan ya a las seis para merendar. Y cuando se levantan, como a todos, les duele algo. Por eso, se trata de moverse un poco, en general, y luego coges el balón, te lo pasas unas veces y ya está. He visto mil veces cómo un jugador sale a jugar sin calentar, por lesión de otro, y no le pasa nada. Juega sin problema alguno.

C: Eso pasa en el basket. Los jugadores salen de repente, sin calentar y no pasa nada.
S: O en el tenis. No he visto a tenistas dar vueltas a la pista antes de jugar. Salen, calientan dándole a la bola, un par de saques... y empieza el partido.

C: Otro mito, por desconocimiento, es pensar que si el jugador corre más va a jugar mejor al fútbol.
S: En nuestro deporte sólo con las tres carreras que haces tras el saque de centro y un par de movimientos... ya has calentado. Y a partir de ahí, ya puedes correr todo lo que quieras. No puedo decir que es una barbaridad calentar, pero no es necesario hacer esos calentamientos exagerados a los que el fútbol nos tiene acostumbrados. Otra cosa sería, por ejemplo, una carrera de 400 metros. Ahí sí, pues es un esfuerzo individual, específico y único en un tiempo corto. Pero en el fútbol, ¡para nada!

C: Decía el doctor Oliva que ‘sentirse cansado no es estar cansado’. El cansancio es, en parte, psicológico. Influye mucho el estado de ánimo. Nunca se ve un equipo que ganando 4-0 esté cansado.
S: Eso lo ves en atletismo. El que llega primero, que debería estar más cansado, se pasa luego el tiempo dando la vuelta a la pista, saludando... y los otros están en el suelo hechos polvo. Y es por el factor anímico. Son las endorfinas. Tu propio cuerpo genera autoestima. Por eso sólo un pequeño factor biológico justifica el calentamiento. Pero, insisto, nada más.

C: Lo curioso es que de preparación física no habla nadie, salvo cuando pierde el equipo. Ahí sí se justifica todo.
S: Sí, parece que de repente no corren. ¿Y por qué no corren? Pues quizás porque van perdiendo y no al revés. Cuando un jugador da dos pases malos, la solución no es correr, sino pararse para recuperarse.

C: Y la presión. La tensión permanente de ganar también influye mucho en lo físico.
S: Eso se nota, sobre todo, en la recuperación. El estrés genera más estrés. Los jugadores, en una dinámica negativa, no recuperan bien y por eso están cansados. En el Barça nuestros entrenamientos están basados en el cambio. Nunca hacemos dos entrenamientos iguales, que tengan la misma intensidad o el mismo objetivo. Al tercero igual, los jugadores pasan. No sirve de nada. Los hábitos generan estabilidad inicial pero acaban por destruir. Los jugadores, para adaptarse al nuevo entrenamiento, sacan la energía que tenían aparcada y el equipo se beneficia de eso.

C: Además, hay que entrenar con creatividad. No se debe prever todo, hablando desde el punto de vista futbolístico. Depende también del día, de lo que surja en ese instante. Muchas veces uno cambia lo que tenía previsto en la mañana.
S: Yo aplico unos parámetros mínimos, pero luego observo y si veo que a partir de unas series hechas, hacer más no sirve de nada, lo dejo. Los jugadores pierden interés si hay mucha repetición. De los entrenadores que he tenido en el Barça los que mejor han manejado este aspecto han sido los que mejor resultados han tenido.

C: Cuando yo hago ejercicios para los defensas, por ejemplo, no pienso en el tiempo que deben estar haciéndolos. Eso depende de muchos factores.
S: Muchos entrenadores se angustian con esto. Si a un ejercicio le faltan dos series, te lo recuerdan angustiados. ¡Y no pasa nada! Los jugadores, muchas veces, quieren saber exactamente lo que tienen que hacer para mentalizar a su cuerpo para ese esfuerzo. Por eso yo les intento mantener siempre alerta. No quiero que sean funcionarios del entrenamiento. Así se motivan, aunque, siendo sinceros, la motivación en el fútbol viene por el gol... y nada más.

C: ¿Hablamos de las pesas? Hay obsesión por ello. Muchos creen que si se está más musculado se juega mejor y se lesionan menos. Y no es así.
S: Hay un error: adjudicar siempre las lesiones a la preparación física. En el fútbol hay dos cosas: accidentes y lesiones. Los accidentes, que tenemos muchos, son inevitables y las lesiones, que tenemos menos, no. Utilizar las pesas de forma genérica, en movimientos y en cargas que son muy ajenas al fútbol, es un error. Las pesas preparan al músculo para otras actividades que no son las que va a utilizar el jugador en el césped. Y eso le provoca sobrecargas. La musculación hay que usarla para mejorar la fuerza enfocada al fútbol, no genéricamente. Otra cosa es que de 16 a 19 años el futbolista necesita una formación muscular para que deje de ser un ciudadano de la calle y se transforme en un deportista. Pero si puede ser con balón, mejor. ¿Por qué? Porque el balón añade el elemento coordinativo que luego utilizas en el campo. Si tú haces tres saltos de piernas, como ejercicio, pero sin balón, no tiene sentido. Dónde saltas, cómo apoyas... todo es diferente si metes un balón por medio. Por eso hay que hacerlo con balón. No es lo mismo saltar que saltar para tener que dirigir un pase. Por eso, la preparación física del fútbol hay que hacerla con balón siempre. El concepto está equivocado. La cuestión no es coger fuerza en las piernas, sino adaptar la musculación a lo que luego vas a hacer en el campo. Lo contrario genera lesiones, pues el músculo no está preparado.

C: A eso hay que añadirle que hoy en día los jugadores tienen demasiados partidos, demasiada tensión. Si estás en un grande, siempre existe la obligación de ganar.
S: Y además los jugadores van de la selección a los clubs y viceversa. Y nadie entrena igual. Los jugadores varían de un tipo de entrenamiento a otro y eso les afecta.

C: Yo, cuando llego a un equipo nuevo a mitad de temporada, siempre pregunto qué estaba haciendo el preparador físico anterior para no generar descompensación.
S: Muchas veces la culpa la tenemos nosotros, los preparadores físicos, porque para ser diferentes hemos inventado cosas que dañan a los jugadores.

C: Para resumir, yo creo que hay una preparación enfocada al músculo y otra, la correcta, enfocada al fútbol, al juego
Fuente./Conversaciones de Fútbol. Angel Cappa.


MARC SERRA entrenador fútbol Base en Barcelona España.


Marc Serra: "El buen momento de nuestro Fútbol 7 reafirma la apuesta futbolística"
FCBARCELONA.ES
 18/11/2015.

El entrenador del Alevín A y coordinador del Fútbol 7 azulgrana valora en esta entrevista el inicio de temporada en la que los cuatro equipos alevines del Barça ocupan en estos momentos la primera posición de sus respectivas ligas.

Marc Serra, técnico del Alevín A, durante un partido en la Ciudad Deportiva / VÍCTOR SALGADO - FCB
Marc Serra llegó al FC Barcelona en la temporada 2010/11 procedente delGimnàstic de Manresa para hacerse cargo del Benjamín A. Cinco añosdespués, este manresano de nacimiento es el entrenador del Alevín A y coordinador de un Fútbol 7 azulgrana que se encuentra en un excelente momento de salud pese a la sanción FIFA que no permite inscribir a losnuevos fichajes de esta temporada hasta el mes de enero. El buen juego de los equipos alevines y benjamines y los resultados alcanzados desde quecomenzó la temporada 2015/16 demuestran que la Masía está más fuerte que nunca. Los cuatro alevinesdel Barça lideran sus respectivas ligas a Preferente y Primera División, mientras que el Benjamín A tambiénva primero en la Preferente.


--Si hay esta semana un entrenador satisfecho en el fútbol base azulgrana, es usted. Los cuatro equiposalevines del Barça no sólo van líderes de sus respectivas categorías, en Preferente y Primera División,sino que lo hacen con un balance global de 29 victorias, dos empates y sólo una derrota y 223 golesmarcados por sólo 36 encajados . ¿Qué valoración hace de esta trayectoria?
Excelente. Ir líderes o no en nuestras respectivas ligas no importa, es lo de menos. Creo que este no debe ser nuestro objetivo, sino que debe ser la consecuencia de hacer las cosas bien hechas. Nosotros no cambiaremos ni nuestra metodología de trabajo ni nuestra filosofía de juego por el hecho de ir líderes o no.Nosotros trabajamos como creemos que se debe hacer, manteniéndonos fieles a nuestro estilo, en el ADN Barça, buscando siempre la mejora del jugador en cada entrenamiento e intentando inculcarles una idea de juego propia del Barça. Un estilo que les hará mejores jugadores. Si como consecuencia de hacer todo esto vamos líderes, pues perfecto. Genial. A todos nos gusta ser los primeros, a los niños, a los técnicos, a todos nos ayuda a poder decir que estamos haciendo el trabajo bien hecho y nos reafirma en nuestra apuesta futbolística en un momento en que se ha cuestionado injustamente a la Masía, ya que no sólo seguimos formando buenos jugadores, sino que seguimos formando personas con unos excelentes valores.

- ¿Cómo valora la temporada que está haciendo su equipo, el Alevín A, tras la victoria por 7-1 contra laDamm CF 'B' que los deja como líderes en solitario del Grupo 1 de la Preferente Alevín con nueve victorias,90 goles a favor y sólo cuatro encajados?
La valoración sólo puede ser muy positiva y reafirma lo que comentaba en la respuesta anterior. Los chicosestán haciendo muy buen trabajo, son una generación muy buena de jugadores donde la mayoría hace muchos años que están juntos en el Club. Hemos ganado los nueve partidos que hemos jugado hasta ahora, marcando 90 goles y sólo encajando cuatro; y todo con un equipo formado por 12 chicos de la casa,ya que tenemos dos jugadores fichados que no se pueden incorporar hasta enero. Esto te demuestra que los resultados llegan gracias al trabajo de los entrenadores que han tenido anteriormente, el esfuerzo de los chicos y un trabajo de captación bien hecho en benjamines y prebenjamines. Nosotros creemos que el trabajo realizado durante toda la etapa de Fútbol 7 debe dar sus frutos en el Alevín A y el Alevín B, que es el paso previo a su incorporación al fútbol 11, ya como infantiles.

- Además, el Alevín B consiguió este domingo una gran victoria contra el RCD Español 'A', por 2-1, en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, que usted mismo presenció en compañía de Aureli Altimira y Jordi Roura.
Sí. El Alevín B consiguió una trabajada y meritoria victoria contra el Espanyol. Al final, si uno analiza el AlevínA y el Alevín B verá que, por decirlo de alguna manera, trabajamos juntos. Somos dos equipos pero creemos que deben ser los dos mejores equipos en cuanto a talento de Catalunya y si trabajamos bien y conconstancia como se está haciendo en el fútbol formativo azulgrana desde hace muchos años, los frutossalen. Tiene mucho mérito que el Alevín B haya ganado esta semana a uno de los rivales más duros que tenemos aquí en Catalunya como es el Español 'A', y me alegro por ellos porque reafirma el trabajo queestán haciendo los jugadores y los técnicos Jordi Font y Josep Ramon Olivé en el banquillo.

Los números demuestran como el ADN Barça siempre está presente en nuestro estilo
- El hecho de que los cuatro equipos alevines lleven una media de 6,9 goles a favor por sólo 1,1 golesencajados es una clara radiografía que reafirma la filosofía Barça?
Sí, por supuesto. Son unos números que demuestran como el ADN Barça siempre está presente en nuestroestilo. El toque, el control, la posesión del balón, la presión adelantada para recuperar rápidamente la posesión... Este es nuestro estilo. El niño cuando sale al patio a la hora del recreo lo que quiere es la pelota,ya que es el mismo que los inculcamos nosotros. Cuando no la tenemos debemos luchar para recuperarlarápidamente, porque es lo que queremos y cuando la tenemos debemos intentar no perderla, porque lo quenos gusta es pasárnoslo bien con la pelota. Estos conceptos que de mayores les pedirán, ya los intentamosinculcar muy pequeños y a veces las cosas pueden salir mejor o peor, pero creemos firmemente en esta idea. Los chicos disfrutan jugando al fútbol, se lo pasan bien y es la clave para que el trabajo del día a díapueda salir adelante.

Los niños disfrutan jugando al fútbol, se lo pasan bien y esa es la clave
- El cambio de reglamentación que introdujo la Federación Catalana de Fútbol hace cinco años haciendo pasar el fútbol alevín de once a siete jugadores ha sido, por tanto, positivo?
Sí. Sin duda. Los chicos cuando jugaban a Fútbol 11 intervenían muy poco y se les hacía el campo muy largo. Ha sido un cambio muy positivo, sobre todo para nosotros, el Barça, ya que lo que queremos es que nuestros prebenjamines, benjamines y alevines estén muy en contacto con la pelota, que mejoren los fundamentos individuales y las acciones técnicas. El paso al Fútbol 7 es beneficioso para los chicos, no sólo porque adapta las dimensiones del campo y de las porterías a su físico, sino porque permite que jueguen más minutos y entren más en contacto con la pelota. Un hecho que es beneficioso para su formación. Para nosotros, como club, es mucho mejor tener cuatro equipos alevines con unas plantillas más cortas, ya que los jugadores se conjuntan y se cohesionan mucho más como grupo y esto nos permite dar un salto de calidad en la categoría Infantil cuando todos ellos pasan al Fútbol 11. Un hecho que se demuestra, por ejemplo, esta temporada, en la que el Infantil A y el Infantil B también son los primeros clasificados en sus respectivas categorías. Si la elección de jugadores es buena en las categorías prebenjamín y benjamín, permite una cohesión como grupo que les hará conjuntar y ser mucho mejor bloque cuando lleguen a las categorías infantil y cadetes. Y eso creo que lo estamos haciendo muy bien en el FC Barcelona en los últimos años.

-Y todos estos buenos resultados en el fútbol base llegan en una temporada marcada por la sanción FIFA yla imposibilidad de incorporar a los nuevos fichajes hasta enero.
Sí. Al final un año sin poder incorporar jugadoras en el fútbol base, sobre todo en una edad como la alevín, en el que los chicos hacen muchos cambios, es un condicionante importante, pero esto también tiene su partepositiva y ésta no es otra que el hecho de ver como todos los niños de la casa han dado un paso adelante, un salto de calidad que nos ha permitido hoy poder afirmar que los dos Cadetes, los dos infantiles, los cuatroAlevines y el Benjamín A son líderes en sus respectivas categorías, y que los más pequeños estánrealizando una gran tarea.


ALBERT PUIG: XAVI REÚNE LAS CONDICIONES PARA ENTRENAR ALGÚN DÍA AL BARCA.


Albert Puig: entrenador fútbol Base  en Barcelona F.C. 

El entrenador del Infantil B azulgrana publica el libro 'La fuerza de un sueño' donde analiza las claves y los valores que debe tener el fútbol base y su entorno
 ALBERT DOMÈNECH/ La Vanguardia.com.

8 de abril de 2007. Albert Puig era por aquel entonces el entrenador del Alevín B del F.C.Barcelona. Jugaban la final del torneo Vila de Peralada ante el máximo rival de la ciudad, el R.C.D. Espanyol. Durante los primeros compases del juego un jugador del equipo azulgrana se hizo daño y muy deportivamente los jugadores del Espanyol tiraron la pelota fuera. Al reanudarse el juego y servir de banda, el Barça no devolvió la pelota y marcó en la misma jugada el primer gol del encuentro. Ante esta acción anti deportiva, Puig ordenó a sus jugadores que se dejaran meter un gol, y minutos más tarde, sus jugadores cumplían las órdenes de su técnico. Una acción de justicia que posteriormente fue reconocida en diferentes ámbitos sociales y deportivos y que le supuso a Albert Puig ganar más de un premio por su fair play. 

El técnico reconoce que probablemente sin esa acción nunca se hubiera animado a escribir un libro, un libro que dicho sea de paso está teniendo un éxito importante. 'La fuerza de un sueño' es más que un libro sobre fútbol. Es un libro sobre los valores que tienen que aprender los más jóvenes en el deporte, pero también en la vida. Es un libro de fracasos y decepciones. Es un libro para los padres y educadores. Es un libro para enfermos del fútbol, como Guardiola, Xavi, Puyol, Rexach, Luis Enrique, que son algunos de los testimonios que aparecen en las conversaciones de Puig. Por cierto, el Alevín B del Barça acabó ganando la final por 2-1. Un hecho que demuestra que la deportividad y el respeto son perfectamente compatibles con las ganas de ganar y de competir. Algunos jugadores del fútbol profesional deberían tomar buena nota. 

-Después de todas las conversaciones que ha mantenido con profesionales del fútbol, seguro que ahora ya me podrá dar respuesta al gran dilema que plantea en su libro. ¿Qué viene antes, formar o ganar? ¿Competir o jugar?
-Esta es una pregunta que se hace todo el mundo y la respuesta es que ganar o formar es exactamente lo mismo. Se gana formando y se forma ganando. El fútbol es un juego, y como en todos los juegos, siempre se tiene que ir a intentar ganar. A partir de aquí, tienes que ganar con una ética. Ganando también estás formando y eso también pasa por formar la persona en sí. La palabra clave es competición, ya que competir significa dar el máximo de uno mismo. 

-Insiste usted en que hay una doble competición, una con tu entorno y otra con uno mismo…
-Sí, es así. Esta es la clave de todo, y a partir de aquí se puede ganar o perder, pero lo principal es competir, que es el esfuerzo que haces contigo mismo y ante los demás. 

-Nos quedamos pues con la frase que recoge de Pep Guardiola. “Ganar no es incompatible con una buena formación”. 

-Sí, lo importante es saber que ganando te puedes formar, pero evidentemente tienes que enseñar al jugador que cuando gana tiene que ser humilde y cuando pierde debe reconocer que el rival ha estado mejor. Pero lo más importante es que uno compite consigo mismo y con el entorno para ganar, sino el deporte no tendría sentido. 

-Me llama la atención lo que dice en la introducción del libro. Le gusta más que le reconozcan como profesor antes que como entrenador, ¿Por qué?
-Porqué los entrenadores de fútbol base lo que estamos haciendo es enseñar. Hay otros entrenadores, como pueden ser los de primera división, que tienen que controlar otros aspectos más complicados como puede ser el entorno, la táctica, los detalles más futbolísticos, etc. 

-¿Qué valores se enseñan en el fútbol base?
-A un nivel metodológico se enseña el lenguaje del fútbol. Si hablamos de un nivel más formativo lo más importante siempre es intentar sacarles el máximo como personas. Si les sacas el máximo como persona, les estás sacando el máximo como deportistas y futbolistas. Y eso es lo que le ayudará a crecer y a decidir. Son los dos pilares de un jugador. 

-Hay jugadores como Guillermo Amor o Xavi que admiten que los estudios son muy importantes, y más en estas edades. De hecho, el propio jugador de Terrassa le confiesa que se arrepiente de haber dejado de estudiar. ¿Es un error común en esta profesión y en edades juveniles?
-Lo que hay que dejar claro en este punto es que jugar a fútbol y estudiar es perfectamente compatible, y es lo que se debe hacer. Quizás lo más difícil es cuando uno llega a los 18 años, que es una categoría semiprofesional donde hay más compromisos más fuertes y en un momento dado sí que puede significar un pequeño handicap para la formación del chaval. Pero hay opciones como ir más despacio y hacer estudiar la carrera de forma más pausada, aunque le suponga hacerlo en algunos años más. Pero insisto, los estudios y la cultura del trabajo, son totalmente compatibles y complementarios a la práctica del fútbol. 

-Aquí también es importante que los chavales tengan un entorno familiar favorable que les haga tocar de pies a tierra en los primeros momentos como profesionales. Más que nada porque son pocos los que llegan a ganarse la vida con esto…
-Sí, además hay una cosa importante, y es que cuanto más bien estudien, más les gustará el fútbol, porque los conocimientos intelectuales les ayudará a entender mejor el lenguaje del fútbol. 

-Laureano Ruiz afirma en el libro que “los niños actuales carecen de espíritu de sacrificio y de superación”. 
¿Está de acuerdo con él?
-Sí, estoy de acuerdo, pero pienso que hoy en día ser niño es más difícil que antiguamente, por mucho que se diga que es al revés. Hoy en día, el adulto lo que hace es proteger y dar excesivos premios a sus hijos, que pienso que es contraproducente para su educación y formación, por eso creo que es más difícil ser niño. 

-Hablemos del vestuario. Iniesta afirma que la clave es la tolerancia y el respeto. ¿Son los dos pilares sobre los que se debe sustentar un vestuario con 20 o 25 personas tan distintas entre sí?
-Sí, pero no sólo en el vestuario, en cualquier sitio de trabajo donde convivan muchas personas el principal valor que puede haber es el respeto. Si se logra este ambiente, podemos decir que el conjunto pasa por delante. Si no hay un respeto, como dice Henry, el vestuario es como un castillo de naipes, muy fácil de construir pero que se puede venir abajo en muy poco tiempo. 

-Vamos a los padres, que en las edades de sus jugadores juegan un papel vital. ¿Cuál es la actitud idónea del padre o de la madre con un hijo suyo que juegue desde pequeño en un equipo de primer nivel con una exigencia extra?
-La actitud tiene que ser la de entender el fútbol como un juego donde su hijo va a desarrollar unas cualidades físicas, a hacer una actividad social y nada más. A partir de aquí, todo padre que quiere ver en su hijo una visión de futuro a largo plazo como profesional, y que tenga un futuro económico, es poner una presión al niño que convierte el juego en un trabajo. Nunca hay que presionar a los niños y hay que dejar que el juego siga siendo un juego, no una obligación. Si el niño ve que el padre no se pierde ningún entreno, ni ningún partido, y que la principal conversación que gira en torno a él siempre es de fútbol, acaba por darse cuenta de que es no es un juego sino algo que hace disfrutar al padre más que a él, y eso le crea una presión que no es buena ni para él ni para el mundo del deporte. 

-¿Qué debe tener hoy en día cualquiera de los chavales que tienen en cantera para que lleguen al primer equipo del Barça?
-Bien, por una parte un nivel técnico bueno, pero es algo que ya se presupone antes de entrar en nuestra cantera. Así que lo más importante es el cerebro. Su actitud, su esfuerzo, su carácter, es lo que le hará ser futbolista o no. Y esto que suena tan fácil es lo que provoca el 90% de fracasos. 

-¿La suerte, aunque sea en un porcentaje pequeño, también cuenta?
-La suerte puede contar en un momento final, que es cuando llega el paso de pasar o consolidarse en el primer equipo. A veces el jugador necesita ese punto de suerte para no sufrir ninguna lesión, o algo que le permita no estar bien a la hora de la verdad, como es el primer partido. A partir de aquí, la suerte ya no influye para nada, todo será el trabajo que cada uno sea capaz de hacer. 

-¿Un entrenador del fútbol base también se siente frustrado cuando un jugador no llega al primer equipo o deja de jugar a fútbol?
-Te sabe mal, te sabe muy mal. Pero bueno, hay que entender que estamos hablando de un porcentaje elevado de jugadores, que sabes que se producirá, y más que decepción, intentas alegrarte por ese 10% que sí que lo consigue. Pero evidentemente, siempre te queda la decepción de ver cómo es posible que un chico con tantas cualidades no acabe de consolidarse. 

-Dedica la primera parte del libro a conversar con dos de los personajes deportivos del pasado año como son Pep Guardiola y Tito Vilanova. Más allá de los seis títulos, ¿cuáles cree que han sido las claves del éxito del modelo del Pep team?
-Cuando llegaron implantaron todo aquello que ellos habían vivido como jugadores del fútbol base o como entrenadores del Barça Atlético. Esos valores son el espíritu de sacrificio o el valor por el trabajo. A partir de aquí, ellos aplican el sentido común, los jugadores se contagian de ese modelo, se empapan del valor de la cantera en el primer equipo y luego ya hay una calidad enorme dentro del vestuario que hace que el equipo sea el mejor del mundo. Pero la palabra clave es sentido común y trabajar mucho con el cuerpo técnico para que los jugadores puedan desarrollar todas las cualidades del mundo. 

-El pasado año fue Sergio Busquets, este año Pedro. ¿La cantera necesita más entrenadores valientes en el primer equipo como Pep que apueste por ellos?
-Es muy importante, pero él lo hace porque lo ha vivido desde que era pequeño. El círculo de un equipo como el Barça que necesita de los mejores jugadores del mundo se cerró cuando se fichó un entrenador del fútbol base y de la casa que apuesta por jugadores de la casa que son, junto a los mejores jugadores del mundo, la base del presente y del futuro del club. 

-Hay muchos jugadores o entrenadores que afirman que cuando Pep jugaba era la prolongación de cualquier entrenador en el campo. Su prolongación más cercana es Xavi Hernández, ¿es uno de los jugadores que podría seguir los pasos de Guardiola y, quien sabe, acabar entrenado al Barça?
-Bueno, son cosas que no se pueden prever nunca, pero sí que es verdad que cuando le hice la entrevista le comenté que le veía como futuro entrenador por sus cualidades. Tienes los condicionantes, es líder, entiende lo que es el fútbol, tiene los valores del sacrificio y trabajo de los que se impregnó en el fútbol base y probablemente con el tiempo será un gran entrenador de fútbol. 

-¿Del Barça?
-¡Ojala! Como te digo, reúne los condicionantes. (Sonríe). 

-¿Qué le contestó él cuando le dijo que sería un gran entrenador?
-Nada, se puso a reír. Ahora mismo está centrado en su etapa como jugador, que todavía tiene cuerda para rato. 

-La gran diferencia entre el modelo del Barça actual y del Real Madrid está en la apuesta por la cantera. ¿La cantera blanca no funciona?
-El Madrid tiene una gran cantera, lo que pasa es que nosotros tenemos un estilo muy definido desde hace 20 años, con una filosofía de juego muy clara. Pero te aseguro que ellos tienen una cantera de altísima calidad, una de las mejores del mundo. El problema es que ellos tienen una serie de jugadores que en lugar de ser explotados en el primer equipo tiene que salir del club y jugar con otros equipos. Puedes hacer un buen trabajo de cantera que si al final los jugadores no llegan al primer equipo parece que no se haya hecho bien. 

-Cruyff, Van Gaal, Rijkaard, Guardiola. ¿Todos estos entrenadores han bebido del modelo de club que se gestó hace 20 años?
-Sí, hay personas que resultaron claves en la creación de este estilo como Oriol Tort o Laureano Ruiz y que fueron los que adaptaron una filosofía que venía de Holanda, la impregnaron en el fútbol base y la dotaron de una humanidad. A partir de aquí, adaptaron la filosofía de juego a un estilo más mediterráneo y catalán, con un trato preferencial por el balón y con una técnica determinada. Es una manera de jugar que al socio le gusta, y la clave ha sido seguir con esta línea y no perderla nunca. 

-¿Es un modelo exportable a otros clubes?
-Sí, pero no sólo la del Barça, creo que Catalunya en sí tiene una de las canteras más importantes del mundo. 

-Hábleme, para acabar, de la joya de la corona. ¿Cuándo veían jugar a Messi pensaron en algún momento que tenían ante sus ojos al futuro mejor jugador del mundo?
-Todo el mundo veía su calidad y decía que sería un jugador importante para el Barça, pero de aquí a saber si sería el mejor del mundo ya va un mundo. Si nosotros ya no nos atrevemos a decir nunca si un jugador llegará o no al primer equipo, imagínate si alguien puede pronosticar que alguien será el mejor jugador del mundo. Messi era un chico que se moría de ganas por entrenar cada día, siempre era de los primeros en llegar al campo, no se perdía ni un solo entrenamiento, vivía del fútbol. A partir de aquí se le enseñó a jugar como equipo, se le dotó de un juego colectivo y lo demás se lo ha ganado él con espíritu de lucha y de superación. 

-¿Es una utopía pensar hoy en día que alguien como Messi pued retirarse en el Barça?
-¿Una utopía? No, para nada. Ahora bien, creo que tampoco pasaría nada si al final de su carrera decide probar otros mundos futbolísticos, eso a veces pasa. Pero no tiene nada que ver en que los mejores años de su vida futbolística los va a vivir con el Barça, que es el club que le ha protegido, que le ha mimado y que él quiere.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

ENTREVISTA A ÓSCAR CANO MORENO.


Óscar Cano, entrenador de fútbol y escritor
Irati Prat/
8 de octubre de 2015.

Al fin y al cabo, un entrenador es un profesor. Un profesor cuya materia es el fútbol. Un maestro que ha de hacer que sus alumnos, los futbolistas, mejoren día tras día y aprendan todas las características del juego para que así, los resultados sean mejor. Y claro, un buen maestro ha de observar, observar y renovar su libreto día tras día. Y así es Óscar Cano, entrenador y escritor español que sabe y es consciente de que para mejorar como técnico ha de aprender cada día cosas nuevas que le ayuden a él y a sus alumnos, sus jugadores. Con pasado en Segunda División B y Segunda División, en históricos como el Salamanca o en filiales como el del Real Betis, y autor de libros que definen a la perfección lo que han sido los últimos años tanto en el Barcelona como en el Real Madrid, nos sentamos a hablar con un auténtico devorador de fútbol pese a que no pasa los cuarenta y dos años. Charlamos con Óscar Cano.

Para Óscar Cano… ¿Jugar o entrenar dentro del mundo del fútbol?
Este juego nace de entre los que juegan, por tanto todos nos acercamos a él para ver a los que juegan o para dirigir a los que juegan. Desde el punto de vista de la responsabilidad del entrenador, te diré que si la palabra entrenamiento no se parece al juego del fútbol no sirve de nada.

Decía aquello porque desde muy joven empezaste a entrenar, ¿cómo ocurrió?
Pues prácticamente una casualidad. Buscaban a alguien para entrenar a unos alevines en mi barrio, yo acepté pero con la condición de que debían encontrar rápidamente a otro porque yo realmente no tenía esa vocación. Y aquí estamos aún.

Bueno, centrémonos en aspectos puramente tácticos. Mejor, y si te parece, una charla profesor alumno teniendo en cuenta la experiencia del entrevistador como entrenador de fútbol en prácticas y del entrevistado como entrenador de fútbol profesional. ¿Cuál es la principal característica que ha de poseer un entrenador de fútbol?
La observación inteligente. El juego nace en las interacciones de los que lo juegan, y un buen entrenador es el que descubre tales emergencias, valora las más significativas y las lleva a los espacios de entrenamiento, convirtiéndolas en visibles para todos los que las producen. Esa es la gran autoridad y exigencia que nos pertenece.

¿Estás de acuerdo con la afirmación que reza acerca de que un entrenador nunca termina de cultivarse y que partido tras partido, entreno tras entreno, debe mejorar su libreto en busca de nuevos puntos que explotar?
Un entrenador, como ser vivo que es, está en manos del permanente cambio. Nunca somos los mismos porque dependemos de los contextos del mismo modo que los contextos dependen de nosotros. Y dichos contextos son altamente cambiantes.

De hecho, con vosotros, técnicos más jóvenes que han llegado al fútbol profesional o semi – profesional se abre un abanico de entrenadores distintos a los de antaño. ¿Qué diferencia encuentras entre los métodos de entrenamiento de ahora y los de antes?
Entiendo que los métodos han cambiado mucho en relación a otras épocas. Sin embargo, yo sigo viendo que la transferencia de esos métodos a la competición y realidad de este juego es limitada. Se disecciona un juego en partes cuando eso es imposible; se ve al jugador como un sujeto de capacidades aisladas; se quiere controlar lo que menos trascendencia tiene, para interesadamente convertirlo en trascendente; se simplifica lo que de por si es complejo, y todo por creer que reducir la incertidumbre tiene que ver con desnaturalizarla.

 Y tú que lo has vivido… ¿Cómo es llegar a triunfar en el fútbol español sin haber pasado antes por dicho entramado siendo, por ejemplo, futbolista profesional? Se antoja dificilísimo hoy en día…
Ahora cada vez es más difícil. Hay extraordinarios entrenadores que previamente han jugado a gran nivel, pero también hay quienes se aprovechan de tal condición previa para estar en los lugares elitistas sin tener condiciones. No haber sido jugador tampoco es una ventaja o desventaja para entrenar. 
          
Si nos centramos en cómo ha de planificar un entrenador la temporada que se le viene… ¿Cuándo empieza el entrenador a preparar la próxima campaña? ¿Tenéis ‘vacaciones completas’ o siempre estáis dándole vueltas a la cabeza con cosas que arreglar o modificar de cara al futuro?
La temporada venidera comienza con las ideas y la confección de la plantilla. Los “cómos” están en los “quienes”, así que previo a establecer los contenidos habrá que saber cómo se va diseñando el grupo, qué características tiene. Gran parte del éxito o del fracaso posterior está precisamente en esas fechas en las que debemos elegir a los componentes del equipo.

Y… ¿cómo de importante crees que es la pretemporada, y el tiempo que se invierte a la preparación física en esta, de cara al resto de la temporada?
Si no sabes aprovecharla, la pretemporada se convierte en una época absurda. La preparación física imagino se desarrolla conforme creamos y entrenamos los conceptos, puesto que radica en ellos también.

Hilándolo con este tema… Hoy en día hay quien cuestiona la preparación física y ámbitos del entrenamiento como el calentamiento diciendo que este último es necesario por crear un hábito, por fortalecer la mente más que por temas puramente físicos. ¿Cuál es tu opinión respecto a este tema?
Es que hablar de fútbol en términos de preparación física es una memez. El calentamiento lo veo como esa parte que predispone globalmente para la actividad que se presenta, pero sin dejar de pertenecer a la misma.

Si marchamos a plena temporada… ¿Cómo planifica Óscar Cano una semana de entrenamientos? ¿Qué diferencias establece en el programa dependiendo de si el fin de semana se enfrenta a un equipo que pelea por el ascenso o a uno que aspira a no descender?
El fin es el juego, tus posibilidades en él valorando el contexto competitivo, es decir, conjeturando sobre lo que puede ocurrir al enfrentar tus cualidades colectivas con las del adversario. No tiene nada que ver el objetivo clasificatorio. Una semana de un equipo mío se basa en eso, en buscar la evolución, las transformaciones que creemos son significativas para imponer nuestras tendencias sin dejar de que el equipo sea consecuente con los atributos de los que juegan.

 ¿Y el mercado de invierno? ¿Cómo es para un entrenador?
Es una época que te permite mejorar carencias existentes. Después de pasar varios meses compitiendo te haces una idea de lo que necesitas, de aquello que incorporándolo puede optimizar lo ya existente.

Para ir terminando, hablemos de la relación entrenador – futbolista. ¿Debe ser este un amigo o una simple relación ‘jefe-empleado’?
Debe ser personal, humana, ni más ni menos. Cada jugador tiene una personalidad distinta y por ello debemos tratar de acercarnos a ellos de la forma que mejor convenga en base a ese carácter y al nuestro propio. Las relaciones deben ser fluidas. No hay una forma universal de comunicarse con el jugador. Si no les mientes, no suele haber problemas.

Y por último y centrándonos más en tu carrera, ¿qué esperamos de Óscar Cano de cara a un futuro?
Yo no tengo ni idea de lo que me deparará el futuro, pero es que no tengo ningún interés por saberlo. Voy viviendo, que no es poco, tratando de sacarle provecho a todas las experiencias que me va otorgando el hecho de estar vivo. Si me preguntas por lo que me gustaría hacer, pues te diré que me encanta entrenar, así que es lo que espero, seguir teniendo la posibilidad de hacerlo. Paralelamente, viajo y comparto vivencias con personas relacionadas al fútbol, a través de conferencias, por muchos lugares


INTERPRETAR EL JUEGO.


Un proceso de maduración
por MARTI AYATS el 27 septiembre, 2015 •

Uno de los procesos más estimulantes (por la dificultad que comporta) de ayudar en la formación de jóvenes futbolistas es el de guiarlos a entender el juego para que puedan interpretarlo. Y lo es porque no se enseña con fórmulas magistrales, ni verdades absolutas ni recetas milagrosas que ofrecen resultados en semanas o meses. Es, como todo aprendizaje que se quiera sólido y duradero, un trabajo a largo plazo, con altibajos durante el trayecto y del cual se obtiene los frutos después de sembrar la semilla de la interrogación, de la duda, del matiz, del ensayo, del triunfo del concepto sobre el resultado.

Todo ello constituye un proceso de maduración que necesita una maceración lenta (y desigual, porque cada joven jugador tiene su ritmo de asimilación). Para llevar a cabo este proceso, el gran reto del formador es plantear sesiones en las que a) se evite la fragmentación y b) se fomente la toma de decisiones, el elemento cognitivo.

Evitar la fragmentación es clave para que desde buen principio los más jóvenes se den cuenta del concepto de continuidad del juego. Esto implica, si perseveramos en esta tarea, que el jugador tendrá claro, desde muy pequeño, que hay una relación fluida y constante entre ataque y defensa y percibirá la importancia de mantener una posición compacta y equilibrada en el terreno de juego cuando estemos atacando y que nos permita estar organizados para defender con eficacia cuando perdemos el balón.

De este modo, los podemos poner en contacto, con naturalidad, con todos los aspectos que tienen que permitir una buena relación del grupo con el espacio (en función, no solo con la demarcación de cada cual, sino de dónde estan los compañeros, los adversarios y la pelota).

La toma de decisiones tiene que empapar la gran mayoría de ejercicios que se diseñan. Nos tiene que servir para mostrar al jugador que hay más de una elección correcta y que ellos están capacitados para encontrarlas; también hay que permitir que experimenten por ellos mismos el error y para observar si se dan cuenta de que lo han cometido y si rectifican (en caso contrario, se interviene).

Así, a través de la experimentación, se crea un nexo entre acción y responsabilidad que afecta a todo el grupo, no solo al que tiene la pelota, y que entronca con el trabajo de continuidad en el juego: remarcando la importancia de las decisiones que toman los jugadores que no tienen el balón, ya sea como propiciadores (en el caso de los atacantes) o condicionadores (defensores) respecto a la que acaba tomando el poseedor de la pelota.

Solo cuando los jóvenes futbolistas hayan interiorizado el hábito de trabajar bajo estos dos grandes parámetros estarán en disposición de percibir lo que reclama el juego en cada momento: si hay que jugar al pie o al espacio, si hay que acelerar o bajar el ritmo de juego, pasar o encarar en el uno contra uno, etc. Estarán, de este modo, en la senda que los llevará a entender la esencia del juego.

* Martí Ayats.

PREPARACIÓN FÍSICA DEL PORTERO DE FÚTBOL.


Entrevista en propiocepción.es.
Entrevista realizada sobre la preparación física del portero de fútbol el pasado lunes 24 de noviembre de 2014 para la web www. propiocepción.es. Unas cuantas reflexiones y mi idea al respecto.

Jon Pascua es actualmente entrenador de porteros del Mamelodi Sundowns de Sudádrica. Pero antes fue portero profesional y preparador en otros equipos de la talla del Athletic Club de Bilbao. Sus conocimientos y experiencias los comparte a través de su propia página personal. Como seguidores de la misma entendimos rápidamente que su visión sobre la preparación física en general y sobre la propiocepción en particular podrían ser muy interesantes para nuestros usuarios, por lo que le propusimos realizarle la entrevista que os presentamos a continuación. 

¿Nos puedes explicar en qué consiste tu trabajo como preparador de porteros? ¿Cuáles son tus principales funciones? 
 Pues las habituales, que englobarían el entrenamiento técnico táctico y la preparación física, además de la gestión del departamento tanto a nivel individual, dando un trato diferenciado a cada uno de los porteros, como a nivel colectivo o grupo. A esto añadiría también funciones como colaborador o asistente del entrenador principal, en cuanto a la relación portero – jugadores de campo. También ayudo a éstos de manera directa en este aspecto, con objeto de mejorar el juego colectivo, tanto ofensivo como defensivo, aportando mi grano de arena desde la perspectiva del portero. 

A pesar de que como tu mismo reconoces "no soy preparador físico, ni tengo estudios sobre ello", según leemos en tu blog eres el encargado de la preparación a todos los niveles de los porteros de tu club. ¿Realizas la planificación del trabajo físico en coordinación con el preparador físico del equipo o cómo os organizáis? 
La planificación la realizo yo personalmente, en base a mi experiencia y las ideas que he ido cogiendo de todos los preparadores físicos con los cuales he trabajado. Lo que he ido haciendo en todo este tiempo es ir creando mi propio modelo en base a esto, adaptándolo a lo que yo creo que son las necesidades de los porteros. No obstante, que yo sea la persona que realiza la planificación no quiere decir que no esté abierto a nuevas ideas. Incluso a menudo, para que los porteros salgan de la rutina, hablo con los preparadores físicos para que estos trabajen con ellos de manera específica. Lo hago en momentos puntuales, más como recurso “psicológico” que como otra cosa. 
Desde el mayor de los respetos, creo que se puede trabajar bien la preparación física sin ser licenciado en la materia, como se puede manejar también bien el aspecto psicológico sin ser psicólogo. Al final un entrenador de porteros debe dominar muchas de estas facetas del entrenamiento, y es difícil ser un estudioso y licenciado de todo. Mi formación en este aspecto es la experiencia, la reflexión, la lectura, y todas esas personas con las cuales he tenido la oportunidad de trabajar, que sin muchas veces ellos saberlo, me han ido enriqueciendo. Soy muy buen observador y un gran desarrollador de ideas. 

En tu opinión, ¿qué importancia tiene la preparación física para un portero de fútbol? Afirmas que dentro de tu metodología "la coordinación, el equilibrio y la propiocepción son tareas secundarias, por lo que las voy introduciendo aleatoriamente en momentos en los cuales lo considero necesario". ¿Por qué para ti la propiocepción es secundaria? 
 Para mí la preparación física es fundamental en un portero de fútbol, como lo es también en un jugador de campo, aunque está claro que los requerimientos son diferentes. No es que considere que la coordinación, el equilibrio y la propiocepción sean secundarios. Es que son secundarios en mi modelo de trabajo porque tengo que trabajar otros aspectos que considero más importantes a nivel físico, técnico o táctico, y no tengo tiempo para todo.

 Contenidos como la propiocepción y equilibrio mis porteros los trabajan a diario con el readaptador durante 20 minutos antes del comienzo de cada entrenamiento, con lo que estoy cubierto en este aspecto. Pero indudablemente para ser rápido y eficaz en los movimientos hay que estar también bien coordinado. Creo que en este aspecto mis tareas están bien integradas y recogen muchos de estos aspectos en un mismo ejercicio.

 Las tareas de propiocepción me gusta introducirlas de vez en cuando, porque mi manera de trabajarlas en el campo es más “agresiva” que la del readaptador y la realizan en una superficie donde habitualmente van a trabajar, que es en el césped. Es darle un aire diferente al trabajo que vienen realizando dentro, en el gimnasio, e integrarlo en tareas que no me condicionen otros objetivos que tienen los ejercicios. 

¿En qué momento de la temporada la introduces? 
 Quizás le doy más importancia a este trabajo en las pretemporadas, o cuando vienen de varios días de descanso, para adaptar el cuerpo al trabajo de fuerza… No obstante la propiocepción es algo que introduzco en tareas durante todo el año, no hay una época específica para ello. 

¿Dentro de cada sesión donde se ubica? 
 Pues habitualmente en la parte inicial, que es la franja temporal que dispongo para trabajar con los porteros. 

Tienes un post en tu blog muy interesante en el que hablas de que algunos profesionales del entrenamiento le dan demasiada importancia a contar con materiales de entrenamiento "de moda" como el BOSU. ¿A veces los profesionales del entrenamiento están más pendientes de seguir las últimas tendencias que de la propia esencia del entrenamiento? 
 Escribí un artículo hace un tiempo en el cual bromeaba, mejor dicho ironizaba, sobre la utilización del BOSU en el entrenamiento específico del portero, comparándolo con la famosa cabra de los gitanos. No digo que innovar no sea importante, pero también lo es mantener la esencia del entrenamiento. Para mí la innovación debe ser hacia la esencia, hacia lo simple, hacia lo sencillo.
 Personalmente no trabajo sujeto a corrientes, sino atendiendo a las necesidades y prioridades de los porteros a los cuales entreno. Más que a los profesionales, me refería en general a los entrenadores de porteros. Da la sensación de que utilizar material alternativo específico durante el entrenamiento específico del portero da calidad a la sesión. Esto no siempre es cierto. Para mí la innovación debe estar al servicio de la mejora del jugador y no al servicio del entrenador.
 El problema es cuando trasladamos el BOSU a entornos en los cuales los conceptos técnicos básicos no están asimilados tan solo por el hecho de seguir las tendencias de entrenamiento y las nuevas corrientes. Cada vez que introduces un contenido de entrenamiento es tiempo te trabajo que le quitas a otro tipo de tareas. Es cuestión de priorizar. No obstante es una opinión personal y cuestión elecciones. 

Una curiosidad. En el post mencionado en la pregunta anterior comentas que en breve ibais a recibir unas cuantos BOSU en el Sundowns. ¿Has podido trabajar con ellos finalmente? En caso afirmativo, ¿cual ha sido tu experiencia con ellos? 
 Efectivamente recibimos unos cuantos BOSU hace ya unos cuantos meses, pero mis porteros siguen sin trabajar con ellos. Mejor dicho siguen sin trabajar con ellos durante el entrenamiento específico que realizan conmigo en el campo, pero los utilizan a diario con el readaptador, durante los 20 minutos de trabajo propioceptivo o de activación de antes de cada sesión de entrenamiento. Para mi es una cuestión de ser práctico, y también de estilos de trabajo.
 Con el tiempo del que a menudo dispongo, que es siempre ajustado, prefiero centrarme en otros aspectos y no “doblar” el trabajo de nuestro readaptador. Y si lo doblo, hacerlo de diferente manera, como es de vez en cuando el caso. En definitiva, que de momento sigo sin utilizar el BOSU y que en mi mente no está de momento utilizarlo. Aunque para ser sincero tampoco saco las “pesas” al campo, y esto no quiere decir que no valore el trabajo de musculación. Es más, mis porteros también lo realizan pero dentro, en el gimnasio. 

Sabemos que a nivel personal, en tus sesiones de "chapa y pintura" como tu las llamas, realizas trabajos de musculación, core y propiocepción. ¿Crees que este tipo de trabajo "general" debería ser básico en el acondicionamiento de cualquier persona (no exclusivamente deportistas)? 
 Considero que es un tema de salud y bienestar, todo ayuda. Y más teniendo en cuenta que vamos a vivir con el mismo cuerpo durante el resto de tiempo que nos queda de vida. Es nuestra maquinaria y necesita de sus cuidados, lo mismo que de una alimentación adecuada, tiempo de descanso, ocio, etc… Todo esto requiere de mucha voluntad y sacrificio, y no está al alcance de cualquiera. 

Para cerrar la entrevista, reseñar que también eres el autor del libro "Manual técnico del portero de fútbol", ¿qué pueden encontrar nuestros usuarios en él? 
 El libro establece un patrón de conductas técnicas para ser aplicado en el desarrollo de los contenidos técnicos del entrenamiento del portero. Cada parte del libro se dedica a uno de los fundamentos técnicos del portero, desgranando y detallando al máximo las características de cada gesto o acción: Defensivos previos, defensivos de recuperación del balón, defensivos de no recuperación del balón, ofensivos e inespecíficos (control, conducción, pase, despeje, cobertura y regate).
 Se añade además, una secuencia fotográfica de cada uno de ellos acompañada por un análisis técnico de su ejecución. Estas secuencias se componen de nueve fotografías realizadas desde una perspectiva frontal y otras nueve desde una lateral. En algunos casos pueden verse también fotografías realizadas desde una perspectiva dorsal. Es, como su nombre indica, un manual técnico muy, muy completo y detallado.


MIRAR VER Y COMPRENDER.


por GERARD PINIES /

 El fútbol es un deporte de equipo donde existe un contexto que cambia constantemente. Un contexto que ofrece gran cantidad y diversidad de estímulos que condicionan el juego. De esta manera, no es difícil entender que los jugadores deben estar capacitados para pensar mientras juegan, procesar la información que les ofrece el juego, y así poder tomar decisiones acordes con el contexto.

Las teorías modernas explican que el futbolista es un organismo que responde utilizando todas las capacidades de forma interrelacionada, y por lo tanto no podemos desprestigiar ninguna de las demás, ya que todas intervienen en su rendimiento. Pero también es verdad que la capacidad cognitiva relacionada con la comprensión táctica del juego tiene un protagonismo especial. Lo técnico, físico y psicológico siempre va a estar condicionado por el componente táctico del juego.

“En los juegos deportivos colectivos, la dimensión táctica ocupa el núcleo de la estructura del rendimiento, por lo que la función principal de los demás factores, sean ellos de naturaleza técnica, física o psíquica, es la de cooperar en el sentido de facultar el acceso a desempeños tácticos de nivel cada vez más elevado”
Julio Garganta

El juego nos habla, debemos concentrarnos y escucharlo para poder responder a lo que necesita. No obstante, ofrecerle lo que necesita no es tarea fácil. El contexto se transforma continuamente y nunca repite el disfraz. Se trata de un juego no lineal donde hay situaciones similares, pero nunca iguales. Será fundamental mirar, ver y comprender lo que sucede a nuestro alrededor y actuar de una forma determinada en un espacio y tiempo restringidos. Debemos ser capaces de adaptarnos a la complejidad, a las nuevas situaciones que se plantean. Si nos adaptamos adecuadamente y le ofrecemos al contexto lo que necesita, seremos recompensados.

El contexto no se conforma con cualquier respuesta, cada vez nos exige más y nos la debemos ingeniar para solucionar lo que nos propone. ¿Sabéis que a medida que se tienen detalles con la pareja, uno mismo va poniendo el listón más alto? Algo parecido pasa con el jugador y el contexto de juego. Cada vez le será más difícil encontrar soluciones, ya que los adversarios procurarán defenderle mejor teniendo en cuenta sus características y sus anteriores intervenciones. En ocasiones, será necesario evolucionar tácticamente si queremos seguir sorprendiendo y huir de la previsibilidad que generamos si nos estancamos en un solo jugar.

Los jugadores son capaces de tomar buenas decisiones sin destinar mucha atención a la comprensión del juego. Su organismo está tan habituado al uso de mecanismos de toma de decisión que se autorregula desde el subconsciente, sin necesidad de racionalizar minuciosamente lo que sucede delante de ellos. Si todo lo que tenemos delante lo procesáramos conscientemente, moriríamos por sobredosis de información. Por eso el cerebro es capaz de autorregularse, priorizando la atención sobre aquello que cree importante y tomando decisiones de forma espontánea.

“…en su proceso y culminación es mucho más lo que se hace porque sale, que lo que se piensa y se hace”
Dante Panzeri.

No obstante, en el fútbol, nos encontramos con que muchas de las decisiones tomadas por los jugadores no son exitosas por haberse integrado comportamientos inadecuados o bien por no atender a determinados aspectos del contexto que reclaman otra solución. Desde esta perspectiva, cada vez más entrenadores defienden la necesidad de educar conscientemente a los jugadores en la comprensión del juego, ya que si el jugador está pensando y atendiendo activamente a aquello que el contexto propone, será más fácil actuar siempre en coherencia a las necesidades de cada situación. Un buen guiño a esta afirmación es el título de la autobiografía de Andrea Pirlo: Pienso, después juego. El italiano es un futbolista que pasará a la historia por su gran inteligencia y capacidad de elegir la mejor solución en cada momento.

Para seguir reflexionando sobre la comprensión del juego, encuentro necesario desarrollar las ideas a través de una reflexión semántica que nos permita diferenciar entre los verbos mirar, ver y comprender. Verbos que a veces utilizamos para referirnos a la comprensión táctica de los jugadores. Buscaremos sus respectivas definiciones y procuraremos entender lo que significan cada una de ellas contextualizadas en el fútbol.

En primer lugar, si nos fijamos en el verbo mirar, la primera opción que se propone nos describe la acción de dirigir el sentido de la vista sobre un objeto. La segunda entrada nos expone observar las acciones de alguien. Dando un salto a la cuarta entrada, de forma parecida se explica el hecho de tener en cuenta algo o atender a algo. Finalmente, en la sexta entrada es interesante acentuar el significado que tiene en relación a buscar algo para informarse de ello.

Mirar
(Del lat. mirāri).
1. Dirigir la vista a un objeto.
2. Observar las acciones de alguien.
4. Tener en cuenta, atender.
6. Inquirir, buscar algo, informarse de ello.
 Siguiendo la misma idea, si buscamos el verbo ver, en la segunda entrada que se expone aparece el verbo percibir, relacionándolo con los sentidos o la inteligencia. En la tercera, se habla de observar desde el punto de vista de considerar algo que sucede (entiéndase con ello que es algo más profundo que mirar). En cuanto a la octava entrada, aparece el verbo advertir y reflexionar, existiendo pues, ciertos procesos cognitivos detrás. Finalmente, en la novena, nos describen el hecho de prevenir las cosas del futuro entendiendo lo que pasa en el presente.

Ver
(Del lat. vidēre).
2. Percibir algo con cualquier sentido o con la inteligencia.
3. Observar, considerar algo.
8. Considerar, advertir o reflexionar.
9. Prevenir las cosas del futuro; anteverlas o inferirlas de lo que sucede en el presente.

De esta manera, nos damos cuenta de que mirar no es lo mismo que ver. Podemos afirmar que tienen una estrecha relación porque la segunda requiere de la primera, pero la primera no necesariamente incluye a la segunda, ya que el componente cognitivo no existe en el simple acto de mirar. Por lo tanto, hablamos de cosas diferentes. ¿Cuántas veces escuchamos “¡Mira antes de recibir!”? Comparto totalmente la necesidad de mirar antes de recibir, es necesario mirar lo que ofrece el juego, entendiendo mirar como fijar la atención en aquella información relevante del entorno. Pero lo que realmente es interesante no es el simple hecho de mirar, sino ver lo que está sucediendo; percibir, observar, considerar, darse cuenta de una situación, saber qué respuesta futura es la acertada ante el contexto presente que se plantea. Estaríamos hablando de relacionar los sentidos de la vista con los esquemas de conocimiento del juego que poseemos.

 De forma anecdótica, quiero destacar una situación muy relacionada con la diferencia entre mirar y ver lo que sucede. Pongámonos en el contexto del fútbol base. En alguna ocasión he visto jugadores que ante los gritos del entrenador pidiendo que miren antes de recibir, giran la cabeza antes de recibir el balón. Este giro de cabeza supuestamente sirve para recoger información del entorno cuando nuestra orientación corporal nos otorga un ángulo de visión limitado que no nos permite ver todo aquello que deseamos: espacios a nuestra espalda normalmente. La cuestión es que algunos jugadores giran la cabeza para ver espacios donde no es necesario recoger ningún tipo de información, y eso me hace reflexionar sobre la importancia de diferenciar ambas conductas. Imagínense un extremo pegado a la banda, girando la cabeza para mirar hacia fuera del campo antes de recibir un balón. Carece de sentido, ¿verdad? Miramos para obtener una serie de estímulos dentro del juego que nos permitan valorar la situación, no es cuestión de mirar por mirar. De hecho, si miramos mal estamos perdiendo tiempo o atendiendo a estímulos innecesarios que pueden complicar la toma de decisiones.

Finalmente, si buscamos la definición de comprender, podemos destacar el significado de rodear por todas partes algo. También entender, alcanzar, penetrar el tema en cuestión, entendiendo estos verbos como la descripción de un conocimiento mucho más profundo de la situación. De todos modos, lo verdaderamente interesante es incidir en la primera entrada, ya que el hecho de rodear algo por todas partes implica dominar su complejidad, algo difícil, pero muy deseado en el fútbol.

Comprender
(Del lat. comprehender).
1. Abrazar, ceñir, rodear por todas partes algo.
3. Entender, alcanzar, penetrar
 Podemos obtener una relación entre los distintos verbos comentados si los contextualizamos en el fútbol. Dentro del terreno de juego, el verbo mirar tendría que ver con el campo visual de los jugadores; el verbo ver, con entender lo que sucede en una situación concreta una vez se ha mirado; y el verbo comprender englobaría la comprensión del todo, es decir, ver las interrelaciones que se establecen entre las situaciones y la totalidad de elementos que componen el contexto de juego.
Por lo tanto, podemos concluir que miramos para ver, necesitamos ver para comprender y debemos comprender el entorno para decidir y jugar bien. Una buena percepción del entorno será fundamental para rendir de forma óptima. El adecuado procesamiento de la información permitirá a los jugadores dominar las situaciones y anticiparse a aquello que sucederá. De forma intrínseca a ello, se jugará mejor y será más fácil obtener éxito.

“El valor táctico de un jugador reside en la capacidad para descifrar las informaciones que el juego va produciendo”
Laureano Ruiz

Es evidente que el jugador no puede atender a todo lo que pasa en el terreno de juego mientras juega. El entrenador deberá facilitar la tarea enseñando aquellos estímulos significantes, normalmente visuales, que darán información sobre lo que sucede en el juego. Una vez que el jugador aprenda a detectar estos estímulos, sabrá que tienen una consecuencia en el juego, la cual deberá resolver de una o varias maneras determinadas. Xavi Hernández, uno de los mejores jugadores del mundo tácticamente hablando, expresaba lo siguiente hace tiempo:
“Mi supervivencia en el terreno requiere la comprensión del juego antes de recibir la pelota, para saber qué tengo que hacer después con ella”
Xavi Hernández

De todos modos, cuando hablamos de comprender el juego, no debemos referirnos únicamente al jugador que tiene el balón, pensando en su visión y habilidad para distribuir el juego. Se trata de que todos los jugadores tomen dicho protagonismo. Cada jugador forma parte de un sistema y, por lo tanto, es vital que cada uno de ellos entienda las relaciones que se establecen en él para poder engranarlo bien. Nadie puede dejar de pensar, se trata de una necesidad colectiva, tal y como explica Mourinho cuando habla de su equipo ideal:
“Mi equipo ideal es aquel en el que, en cualquier momento y en cualquier situación, todos los jugadores piensan de la misma manera”
José Mourinho

Debido a esta exigencia mental, cada vez oímos hablar más de la fatiga cognitiva o fatiga táctica. Una fatiga relacionada con los procesos mentales y que se diferencia de la fatiga puramente física. Si entrenamos cognitivamente a nuestros jugadores, será interesante controlar la carga de entrenamiento bajo este término y no solamente desde lo condicional. Dani Fernández escribió hace varios años el artículo Fatiga cognitiva en este mismo Magazine. Muy interesante si queréis profundizar más en el tema.

Si reflexionamos sobre el tiempo que un solo jugador está en posesión del balón, nos damos cuenta de que este es muy reducido. Es evidente que hay jugadores por los que el balón transita más, pero en términos generales el tiempo de posesión individual no es generoso. Por lo tanto, si el juego está consecutivamente planteando situaciones y la mayoría del tiempo debo moverme sin balón, es igual o incluso más importante que los jugadores sin balón se concentren, piensen y comprendan bien lo que deben hacer continuamente. 

Hace tiempo, Menotti mencionaba las siguientes palabras, muy acordes a lo explicado:
“Se puede dejar de correr, o dejar de entrar en juego durante largos minutos. Lo único que no se puede dejar de hacer es pensar”
César Luis Menotti

Aunque se trate de un contexto imprevisible que cambia constantemente, el hecho de comprender el juego nos permite un mayor rendimiento porque existe una lógica comportamental dentro de la aleatoriedad. Tal como expresa Panzeri en su obra:
“No se interprete con todo esto que el fútbol es una voluntad del azar. El fútbol tiene lógica, mucha lógica, es casi siempre lógica”
Dante Panzeri

Si somos capaces de comprender esta lógica, podremos ir un paso por delante a lo que va a acontecer y por lo tanto podremos obtener las ventajas que consideremos necesarias. Si por el contrario siempre somos reactivos al cambio, en muchas ocasiones no llegaremos a actuar a tiempo, ya que la línea que separa el éxito del fracaso es muy delicada.

 Un equipo de fútbol se organiza en coherencia a la posición del balón y, por lo tanto, el jugador que en un momento dado es poseedor del mismo llevará la iniciativa. Sus acciones determinaran cómo va a evolucionar el entorno. Los compañeros se adaptarán a él para crear ventajas y superioridades, sean numéricas o posicionales, para aprovecharse de los desequilibrios del rival en el juego. Mientras, los adversarios se adaptarán para contraponerse de la forma que mejor crean para defenderse. Esta dinámica nos muestra que cualquier jugador necesita procesar información contextual para poder actuar; sin ella no podría desenvolverse, puesto que desaparecerían los estímulos que promueven sus comportamientos e intenciones. En relación a ello, Guardiola defendía la importancia que tiene el contexto cuando se trata de valorar a un jugador:
“No entiendo al jugador por sí solo. Intento verlo dentro de un contexto general y del equipo”
Pep Guardiola

Algunas veces, encontramos jugadores que no brillan por su despliegue físico, pero en cambio, suelen estar siempre en el lugar indicado. ¿Cómo puede ser? Pues son jugadores inteligentes que comprenden mejor el juego,someten a los adversarios sin necesidad de desgastarse;son capaces de tomar buenas decisiones y también de condicionar el juego a su antojo. Muy a favor de este tipo de jugadores estaba Cruyff al afirmar que:
Todos los entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni demasiado tarde”
Johan Cruyff

En consonancia con la importancia de estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, sin necesidad de correr mucho, suelen verse casos de jugadores que a medida que envejecen toman otros roles dentro del equipo. Sus capacidades físicas han disminuido, pero a la vez la experiencia les ha dotado de conocimiento para comprender el juego y esto les permite desarrollar funciones más organizacionales dentro del equipo. De esta manera disfrutan de una carrera deportiva más larga, puesto que aún perdiendo facultades en otras capacidades, mantienen el rendimiento gracias a su gran desempeño táctico.

Comprender tácticamente el juego tendrá mucho que ver con entender lo que sucede en los distintos espacios del terreno de juego. Percibir la dinámica que existe en los espacios durante el desarrollo del juego nos va a dotar de mucha información para tomar buenas decisiones. Por ejemplo, no son los mismos los comportamientos que existen cerca del balón que los comportamientos que se dan a medida que nos alejamos de él. De igual manera, no serán iguales los comportamientos de los jugadores alejados de la portería que aquellos que se desarrollan cerca de ella. El espacio aparece o desaparece, crece o decrece, de manera que será interesante entender a qué se deben tales transformaciones si queremos dominarlo y progresar hacia el deseado gol.

Entender el espacio y el tiempo nos permite comprender el juego de forma sistémica. Es decir, de forma interrelacionada. Por ejemplo, si el espacio cercano y el espacio intermedio están muy poblados de jugadores adversarios, por lógica, en el espacio lejano no existirán tantos adversario. Y viceversa: si los espacios alejados están más poblados porque el rival está replegado, tendré más espacio para jugar en espacios cercanos e intermedios. Del mismo modo, si quiero llegar a un espacio alejado, puedo valorar si necesito pasar por un espacio intermedio o puedo jugar directamente en largo sin necesidad de madurar la jugada. Hay tantísimas situaciones que se vuelve necesario entender lo que sucede al jugar. Si lo logramos, disfrutaremos de una relación bonita con la complejidad.

 Cada jugador es diferente, bien sabemos que son individuos con distintas características. Por lo tanto, encontramos una diversidad importante en relación a las capacidades de comprensión. Cada uno interpreta las situaciones desde su singularidad, una realidad que será interesante conocer para exigir según qué a los jugadores. Algunos jugadores tienen una capacidad táctica superior a otros, pero si entramos en detalle, encontramos jugadores que comprenden mejor algunas situaciones concretas. En cambio, no comprenden con tanta facilidad otros estímulos. Por eso cada jugador se especializa en aquello que potencialmente sabe hacer mejor y se desenvuelve mejor en alguna posición concreta. En concordancia a este párrafo, cabe citar a Óscar Cano, un autor que aporta valiosas reflexiones sobre la relación del entrenador con los jugadores y el propio juego.
“¿Tan difícil es entender que al jugador es imposible hacerle ver aquellas cosas que es incapaz de sentir, que no forman parte de su natural construcción?”
Óscar Cano

Asimismo, debemos tener en cuenta que existen jugadores que no tienen la capacidad de observar y pensar por mucho que entrenen. En estos casos, podemos potenciar su rendimiento haciéndolos jugar en posiciones menos complejas y a la vez cerrándoles el juego. Es decir, reduciéndoles los estímulos a los que deben atender y explicándoles las soluciones que deben escoger en cada situación. De forma contrastada y extraordinaria, también existen jugadores capaces de jugar eficazmente en muchas posiciones, debido al gran talento cognitivo e interpretativo que poseen.

 Hablando de posiciones en el campo, es interesante apreciar que el nivel de complejidad perceptiva varía en función de la posición que ocupemos en el terreno de juego. Los jugadores más exteriores suelen tener menor complejidad que el resto. Me refiero a las posiciones que permiten dar la espalda a los límites del campo, y por lo tanto el ángulo de visión al cual se debe atender es mucho más reducido. No es lo mismo jugar de extremo, donde la orientación natural del cuerpo ya permite ver prácticamente todo el terreno de juego con relativa facilidad, que jugar de mediocentro, donde la información es bombardeada en todas las direcciones y sentidos, y se debe orientar el cuerpo en función del balón y los espacios que interesan ver. Si queremos comprobarlo nosotros mismos, solo hace falta introducir por dentro a algún jugador que normalmente juegue por fuera. No será extraño que se sienta más estresado de lo habitual y con ello se perturbe su toma de decisiones. En caso contrario, quién sabe, quizá descubramos nuevas posibilidades en su juego.

Cabe comentar también que existen jugadores superdotados, que rinden de forma extraordinaria sin percibir ni comprender conscientemente el juego. Se trata de casos excepcionales, jugadores tan talentosos y, normalmente, con tanta experiencia que su organismo se adapta y ofrece soluciones de forma natural y autorregulada. Al preguntarles el porqué de su decisión, no saben decirnos exactamente el motivo, aunque su conducta sea la más acertada de todas. Un claro ejemplo son las declaraciones de Messi cuando se le preguntó sobre sus actuaciones años atrás:
“No imagino los partidos ni pienso las jugadas. Sale lo que sale en el momento, cuando tengo la pelota”
Leo Messi

Estamos hablando de decisiones tomadas desde el subconsciente. Parece ser que el procesamiento de esa información está tan integrado que el organismo fluye sin más. Mientras las respuestas sean óptimas, la resolución de las situaciones de forma inconsciente no es negativa, sino todo lo contrario. De hecho, tal y como defiende Vítor Frade en su Periodización Táctica, entrenamos de forma consciente para que, llegados a cierto nivel, esos comportamientos se integren en nuestro jugar y se manifiesten por sí solos de forma espontánea, es decir, desde el subconsciente. Este estado mental, además, promoverá que la creatividad y la intuición se puedan manifestar de forma inteligente.

Desde la perspectiva del entrenador no es un proceso fácil que los jugadores comprendan y dominen el juego. Cuando se exige que los jugadores piensen sobre el contexto por primera vez, podemos entorpecer su rendimiento, ya que en un primer momento puede ser difícil procesar la información. Sobre todo si los jugadores no están habituados a pensar activamente mientras juegan. Por eso, si apostamos firmemente en ampliar el conocimiento táctico de los jugadores, es fundamental aceptar que el proceso puede privarnos de obtener resultados positivos a corto plazo.

 Para asegurarnos de que el jugador está enriqueciendo su cultura táctica y es consciente de lo que sucede en el juego, deberemos ayudarle a encontrar las decisiones más coherentes, de manera que pueda construir un esquema táctico cada vez más sofisticado. Para ello, será importante asegurarnos que su evolución no se trate únicamente de aprendizajes declarativos, es decir, que el jugador sepa lo que hay que hacer cuando le preguntamos, pero en cambio no sea capaz de aplicarlo mientras juega. Es importante diferenciar entre el hecho de saber lo que hay que hacer y realmente hacerlo. El rendimiento, claro está, lo determina lo segundo.

Otra consideración interesante es que hablamos de habilidades intangibles, ya que no podemos alcanzar lo que sucede dentro de la mente de los jugadores. Solamente juzgamos a través de las conductas observables, que vienen a ser la fase final del proceso de toma de decisiones, es decir, la respuesta a nivel motor. En esta misma línea debemos contemplar que un jugador pueda comprender y tomar una buena decisión, pero en cambio no sea capaz de ejecutar correctamente la respuesta al existir elementos que perturban la ejecución. De forma habitual se valora únicamente lo observable, algo normal y comprensible, pero podemos valorar un poco más allá. Evidentemente que podemos exigir más de la ejecución, pero también podemos valorar la intención pretendida, desde una visión más constructiva que punitiva. En la siguiente ocasión intentará mejorar la ejecución, porque seguro que tendrá más ocasiones si está dotado de una buena comprensión del juego.

 Si los jugadores tienen el hábito de percibir y comprender la complejidad inherente al juego, acabarán consiguiendo que la conducta sea más operativa. De tal manera que los jugadores se enriquecerán en el plano táctico y se permitirán afrontar el entorno cambiante con más comodidad y libertad. A algunos les puede sorprender hablar de libertad cuando estamos sometiendo al jugador a estar pensando todo el rato en lo que debe hacer, pero recuerden que no se trata de limitar su juego, sino ayudarlo a desenvolverse mejor en él. Tal y como explicó Xabi Alonso en una entrevista cuando se le cuestionó sobre el trabajo táctico que propone el entrenador:
“Para mí, ese trabajo supone enriquecer al jugador, y esa es una cualidad de los entrenadores que no te quieren imponer todo, sino darte las herramientas y las facilidades para que tú puedas jugar mejor o interpretarlo mejor”
Xabi Alonso

 De esta manera, y para concluir, cada vez que los jugadores se expongan a distintos estímulos, adquirirán más recursos para dar respuesta a las situaciones. Las alternativas disponibles para solucionar una situación aumentarán y el desarrollo del juego fluirá con relativa facilidad en las próximas intervenciones. Si sumamos que la comprensión de lo que sucede es realizada a nivel colectivo, todos los componentes del equipo interactuarán de la forma más coordinada posible. Hablaremos de sinergias que se retroalimentarán de forma positiva, y el rendimiento del equipo se potenciará significativamente en busca de la excelencia.
 * Gerard Piniés.