miércoles, 23 de septiembre de 2015

A PROPÓSITO DEL RONDO. por Pedro Gómez.


Por Pedro Gómez (pedrogomez7@hotmail.com)
Profe… ¿hoy no viene “rondón” al entrenamiento? 


Si partimos de que la ignorancia es atrevida, no entiendo por qué a veces nos sobresaltamos ante el cúmulo de bobadas y despropósitos que intoxican casi a diario muchas disertaciones futbolísticas….una de las últimas que llegaron a mis oídos: “El FC Barcelona de Cruyff, Guardiola e incluso Tito, gana porque al entrenar hacen muchos rondos, y eso se ve reflejado en su manera de competir”.

Como una simpleza de tal calibre sería muy fácil de rebatir para los galácticos de esto (no hay especificidad ni en espacio, ni en tiempo, ni en densidad, ni en asociaciones…no hay comportamientos colectivos posicionales…bla bla bla),  y puesto que no me considero en disposición de determinar aquello que es válido y no válido para el entrenamiento de este deporte, voy a intentar defender a aquellos que en un primer momento, y puede que injustamente, catalogué como “ignorantes”, y me propondré, a lo largo de estas líneas, hacer una alegato al rondo, no como medio esencial, sino como parte complementaria importante de la sesión de trabajo, para que cuando a nuestros oídos lleguen rotundas y tercas afirmaciones, puede que sin una base de conocimiento sólida, seamos lo suficiente humildes e inquietos como para saber extraer el jugo que seguro en alguna parte esconden.

Entonces…si al Barsa le va tan bien… ¡Sencillo!.. Hagámoslos nosotros y ganaremos, ¿no?
Aguanten su ímpetu de montar una sesión completa de rondos y vayamos por partes, porque a mi modo de ver,  esta transferencia todavía no acaba de ser tan exacta, y mucho menos, garantía de éxito seguro.
Lo primero, y puede que más importante: “Nosotros no tenemos los jugadores que tiene el FC Barcelona”, y esto, que puede parecer una tontería…créanme (en esto sí) si les digo que no lo es.
Lo segundo: ¿Conocemos el tipo de rondos que hacen en sus entrenamientos?, ¿Sabemos lo que pretenden o potencian con ellos?, ¿Se puede valorar la transferencia que estos poseen sin estar al tanto de las respuestas de las primeras preguntas?.

Personalmente, al no tener la suerte de convivir en ese contexto, desconozco rotundamente la respuesta a los interrogantes planteados, de modo que, dejando de un lado al equipo blaugrana, intentaré transmitir a continuación el modo en el que para mí, este tipo de tareas pueden adquirir cierta relevancia, y por qué no decirlo, transferencia en la competición.

En primer lugar, abordemos el aspecto emocional… y es que, todavía no me encontré con un jugador al que no le gustase este tipo de ejercicios, que no los solicitase casi a diario… ¿Quiere esto decir que las preferencias de los jugadores deben condicionar nuestras sesiones?, No!! rotundamente no, pero se puede “jugar” con ellas, para que en momentos puntuales, se aproveche la distensión que algunas modalidades de rondo ofrecen y utilizarlas como adaptación previa a la parte principal del entrenamiento. Por dedicar 4 minutos iniciales a un rondo inespecífico en el que el jugador pase por pasar o intente hacer un caño al compañero..¿va a perder calidad nuestro entrenamiento?, ¿No podemos integrarlos en la parte inicial de calentamiento y así evitar las tan poco deseadas filas de movilidad articular dándole una orientación “física” como medio introductorio?.

Considero que opciones como el 4×1 aéreo o el 8×2 pueden colmar perfectamente estos objetivos.


Ahora bien… si queremos ir más allá, si pretendemos que el rondo  pueda llegar a alcanzar un mínimo de transferencia competitiva, tendremos que darle alguna pincelada táctica, ¿no creen?. Ya sé que hay demasiadas líneas de pase, soy consciente de que ciertos patrones colectivos es imposible reflejarlos…pero aun así, me resisto a “arrinconar” este medio de entrenamiento tan agradecido, y a no ser capaz de darle un giro de tuerca para que se transformen en tareas más nutritivas para el jugador.

Así por ejemplo…
Se achaca a menudo a los rondos que son situaciones en las que el jugador pasa por pasar, que no existe un sentido de progresión o superación que llegue a asemejarse a lo acontecido en el juego real, que la especificidad del juego no se puede condensar en tan pocos metros cuadrados…¿nos vamos a conformar con estos argumentos?

¿Valdría esta situación en la que 4 jugadores juegan contra dos rivales para atraerlos y así poder jugar con un alejado libre de marca?, ¿No podría ser este un comportamiento que nos interesase potenciar en nuestro juego?


También recuerdo haber leído en algún sitio, que en el rondo todo era apoyo, que no existía la ruptura, que el jugador se enviciaba en quererla en cortito y al pie…bueno….
¿Podría sernos útil una situación 5×2 donde el equipo en superioridad se dispone en “sistema” 2-3-1 e intenta optimizar el movimiento en apoyo del delantero y la ruptura de uno de sus mediapuntas?


Asimismo, también se escribió sobre el papel defensivo que ejercen los jugadores de dentro del rondo, se dijo que se recuperaba el balón sin sentido, que valía con tocarla y que no existía un cambio de rol real, que se empobrecía el contexto…

¿Sería rentable, en términos futbolísticos, una situación 4×2 en la que el defensa al robar debiera alcanzar una mini portería contigua a la zona?, una situación donde se fomente por un lado el robo y su consiguiente búsqueda de ventaja, y por el otro, la tan manida y a veces mal exigida, presión tras pérdida….

En consecuencia, a los aficionados de bar con los empezábamos esta entrada (insisto que a veces se pueden extraer cosas muy positivas de estas conversaciones) , yo les diría que rondo sí, pero el qué, el cuando, el cómo y el por qué, eso es otra cuestión…y al FC Barcelona, que lo dejen tranquilo…porque a la postre, lo que sí tengo claro es que los límites de nuestro lenguaje, son los límites de nuestro mundo, así como los límites de nuestros entrenamientos se tropiezan con los muros de nuestra razón.

¿Por qué entonces nos obstinamos en poner tantas barreras en nuestro fútbol?, ¿por qué ese afán por encasillar lo que es bueno y lo que es malo?, ¿No será que culpar al de al lado apuntándole “tu lo haces mal”, parece convertirme a mí en mejor?

Un fuerte abrazo amigos!!! 

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