sábado, 27 de junio de 2015

CONVERSACIONES SIN TRAMPA.


por KEVIN VIDAÑA.
Esta es una conversación a tres bandas.
Kevin Vidaña.

El entrenamiento no existe, es un invento. Dime qué se puede entrenar que no se pueda jugar. Ocurre que los entrenadores de fútbol nos hemos convertido en especialistas de lo inexistente, prestigiamos nuestra labor porque nadie soporta ser prescindible ni tampoco ser evidenciado por no respetar la mentira repetida, o la verdad creada. Dividimos lo indivisible, controlamos lo incontrolable, nombramos lo innombrable y en ese ejercicio de vanidad nos alejamos de la esencia: los jugadores. Jorge Valdano dijo que los buenos estaban en peligro de extinción, que jugar bien acabaría siendo motivo de mofa, y no le falta razón.

Obviamos que los protagonistas juegan per se y son la táctica entre sí. Infravaloramos sus capacidades en favor de nuestra vanidad y nuestros miedos, cuando son ellos los únicos que saben de fútbol aunque no sepan que saben. Tuve un jugador que no sabía ni su nombre, ni atarse los cordones; si le hubieran sacado tarjeta se la hubiera cogido al árbitro en agradecimiento. Pero en su primer partido recibió el balón, regateó a cuatro rivales, hizo una pared con uno de sus compañeros para enfrentarse al portero, dentro del área pequeña amagó hacia la derecha para irse por la izquierda e hizo el único gol del partido. No lo celebró porque no sabía que los goles se celebraban.

El destrozo futbolístico acontece cuando nos ocupamos de grabar esa acción, analizarla, re-analizarla, volver a analizarla, para luego atrevernos a corregir el gesto de carrera o el momento de aceleración, como el que enseña a respirar y luego se atribuye la supervivencia del aprendiz. Hacemos pensar a los jugadores como nosotros queremos que piensen y no como les pertenece hacerlo, siendo el objetivo final la colonización y el adiestramiento. Dos palabras muy alejadas del juego.



Pedro Gómez
El entrenamiento sí existe, pero nos ocurre que al disfrazarlo de demagogia acaba por despistarnos. Pretendiendo subrayar nuestro buen hacer, otorgamos toda nuestra atención al método, nos comparamos con el resto de profesores reprochándoles sistemáticamente y castigamos al jugador de rodillas contra la pared por no cesar de alzar la voz y el brazo para pedir turno. ¿Cómo podemos dormir tranquilos? Llenamos nuestra conversaciones de afirmaciones y argumentos fundados en creencias partidistas y casi nunca centradas en el potencial innato de nuestro contexto humano. Ansiamos protagonismo cuando no molestar debería ser nuestro único objetivo, y así nos pasa: convencidos de que nuestra irrebatible llama diaria activa la reacción futbolística se nos ciega la perspectiva ante la obviedad; somos meros catalizadores de algo que ya existe, que ya está en marcha.

¡El entrenamiento claro que existe! Pero tenemos la mala costumbre de maquillarlo para luego prohibirle salir de la madriguera de nuestra certeza, ¡no vaya a ser que alguien nos robe a la chica! Solo cuando renunciemos a estos celos y envidias tendremos el valor suficiente para desposeerle de esta superficialidad y descubrir la verdadera esencia de este proceso, que no es otra que el propio juego. Él será el verdadero maestro, él será quien sepa atender las necesidades de cada alumno. ¿Nuestra labor? Garantizar que el aula esté en orden, animar a ciertos alumnos a que se sienten con quienes más y mejor les puedan ayudar, estimular la pasión del discente. Más analítico, más integrado, más táctico, más contextualizado… Bla bla bla… reconocer y potenciar asociaciones, principio y fin de nuestra labor, y el que quiera salir en la foto, que le hubiese pegado mejor al balón.

Leví Cantero
No es que el entrenamiento exista o no: surge o aparece solo cuando emerge el conocimiento entre los distintos componentes del colectivo, pero esto solamente surgirá a través de las interacciones obtenidas a través del juego. En la actualidad resulta que en esta incesante necesidad precoz para que te cataloguen como buen entrenador parece que se necesitan preparadores físicos, psicólogos, ojeadores, entrenadores de porteros, y ya al final, y digo solo al final, que los jugadores realicen en el campo lo que el entrenador quisiera hacer él.

Si no tienes modelo de juego no tienes ni idea; si prescindes de preparadores físicos, es que no sirves para esto. Como bien decía Kevin, aquí lo medible es lo concreto y aquello inmedible lo hacemos evidente compartiendo una mentira común. Necesitamos, ante la hambruna actual de alimentar nuestro ego por encima de todo para convertirnos en entrenadores precoces, querer tener respuesta para todo, y es ahí donde empieza el problema.

No queremos darnos cuenta que nunca hay dos jugadas iguales, que cada jugada ha de convertirse en una sorpresa para el adversario. Lo importante es hacer con la pelota lo que se sabe, lo más simple, cuando no se ha nacido para hacer con ella lo que la naturaleza da a unos pocos, pero esto solo se consigue como antes he dicho a través del entrenamiento del conocimiento. La convivencia social y futbolística impone grandes demandas intelectuales que hay reconocer a los miembros del colectivo, respetar las jerarquías, sacar provecho de la situación, mentir, hacer coaliciones, conocer las intenciones de los demás, anticipar sucesos, procesar diferentes órdenes de intencionalidad.

Y siguiendo con la gran reflexión de Pedro, nuestra labor es respetar la asignatura que se dé en el aula a través del conocimiento obtenido en la misma. No es que el aula esté en orden, sino en un orden conocido por todos en ese momento, ya que habrá asignaturas (situaciones globales del juego) en la que algunos se sientan más libres, mas cómodos, sepan de quién se tiene que copiar para sacar mejores notas o a quién hay que pedirle los apuntes. ¿De qué depende esto? De que cada uno se conozca en clase. Nuestra labor, en todo caso, es interaccionar en ese conocimiento con ellos para convertirnos en el profesor con el que se sientan felices.

Kevin Vidaña
Edgar Morín dice que la complejidad no es una palabra-solución, sino una palabra-problema. No es como la religión, que te consuela y mantiene inconsciente de realidad, sino todo lo contrario. El pensamiento complejo te hace ver lo ignorante que eres, lo oscurantistas que eran, son y serán tus creencias. Y el fútbol es pura complejidad, mientras que el entrenador es opinión solamente.

Somos humanos, por lo que la neutralidad no existe, ni la objetividad. No se pueden afrontar problemas con una mente carente de prejuicios, por lo que estamos obligados a equivocarnos; en eso consiste vivir. El entrenador transforma la realidad de manera inevitable, forma parte del todo que transforma y le transforma. Como dijo Lillo, no tener ideas es una idea en sí misma.

Sobre entrenamiento, la interacción por repetición no produce mejora, no hace falta conocer a la persona para congeniar con ella. El conocimiento conlleva error e ilusión; me atrevería a decir que no existe, pero será que no lo entiendo. Lo que creo es que debería ser siempre inédito. Cuando Óscar Cano dice que los equipos entrenan de domingo a domingo, ¿por qué no? Cualquier tipo de reiteración conduce a la previsibilidad, antónimo de fútbol bien jugado.

Dice Vítor Frade que nadie necesita lo que desconoce, que nos hemos hecho dependientes de lo que no existe, ¡porque es lo único que sabemos! Si la mayoría de personas en el mundo cree en Dios, si los jugadores se han creído las mentiras y las barbaridades que se han contado durante años, tenemos dos caminos: darle pasto a las ovejas o atrevernos a colonizarlas. Resulta paradójico, colonizar para liberar…
¿Quién soy yo para hacer ver a los creyentes que Dios no existe? Nadie, aunque considere que nos dirigimos hacia un fútbol idiotizado.

Para mí, uno de los objetivos sanos y fundamentales del entrenador consiste en mantener vivo el deseo de jugar. “Vivo con la ilusión de vivir con la ilusión de…”. También encontrar ese equilibrio entre jugar e impedir jugar. Lo primero surge por la inspiración de los jugadores; lo segundo me gustaría creer que también nace de ellos o que puede hacerlo, que existe el talento defensivo.

Pedro Gómez
¿Dónde acaba y dónde empieza nuestra labor? ¿Cuánta influencia tenemos en nuestros jugadores? ¿Cómo podemos atrevernos a asegurar que hemos hecho mejor a uno de nuestros jugadores? ¿No era ya Messi el mejor jugador alevín de toda Argentina cuando el F. C. Barcelona lo fichó? ¿Al jugador lo hace mejor su contexto, sus asociaciones o nuestros entrenamientos?

Convivir con la complejidad del ser humano nos empuja hacia el abismo del desconocimiento y la duda constante, mientras que prohibirle a esta la entrada a nuestro hogar nos facilita el conquistar de afirmaciones los dormitorios vacíos que previamente había reservado la incertidumbre.

Asfixiado por el entorno, intento sortear al torbellino de la dialéctica al que aludía Panzeri y me suelo cuestionar: si la teoría sin práctica es una incongruencia y la práctica sin teoría una aberración, ¿por qué la gran mayoría de entrenamientos se conforman de tareas muy similares? ¿Por qué no existe una verdadera correlación entre lo que pregonamos delante de la cámara que es mejor para nuestro equipo y los entrenamientos universales que obligamos engullir a nuestros jugadores? ¿Por qué si todos elegimos ejercicios de posesión muy parecidos nuestros equipos no se desenvuelven de igual modo durante el día de partido?

La respuesta se acerca, pero nosotros, egoístas e infieles con la evolución, atemorizados e inquietos, continuamos protegiéndonos con la mentira instaurada, como el niño que descubrió a sus padres junto al árbol de Navidad la madrugada del 6 de enero pero que sigue escribiendo año tras año la misma carta a los Reyes Magos, no vaya a ser que se abra el pastel y se acabe el chollo; no vaya a ser que descubramos que nuestra labor, más que enseñar a jugar, consista en molestar lo menos posible y permitir que aflore lo innato, instintivo, facilitando y no generando, potenciando y no limitando, desde el segundo plano que realmente nos corresponde y no desde la divinidad protagonista que nos encanta recordar tan solo cuando vienen bien dadas.

Leví Cantero
Pero es que el talento no es ofensivo ni defensivo, no podemos esperar a que surja cuando queramos. ¡Por eso es talento! Aparece para quedarse en el momento y lugar que nunca podamos esperar. Claro que existe el talento sin divisiones algunas, pero es que nosotros, al carecer de él, no lo apreciamos. El problema surge cuando en nuestro afán de grandes ególatras queremos entrenarlo, pero para convencer de que esto es posible ya hay infinidad de materiales, libros, webs, etc., con interminables “soluciones comunes para cualquier colectivo”. Si no, también podemos buscar “principios y subprincipios en las fases del juego” de grandes ¿entrenadores? publicados para adaptar o simplemente copiar para cualquier equipo que se preste, pero esto a mí no me pertenece.

Retomando el tema del talento, dándome igual ofensivo que defensivo como he mencionado antes, en todas sus vertientes se da de igual forma ¡con buenos jugadores!
Lorca necesitaba a Alberti y el de Cádiz al granadino para que el talento fluyera en ayuda de ambos. Góngora añoraba a Quevedo para que esa incomplementacion entre ellos hiciese que se necesitasen como los más fieles amantes. Y de igual forma, Piqué sin Puyol no son ni Piqué ni Puyol. Si les preguntásemos a ellos por separado nos dirían que juegan bien con cualquiera, y es verdad, pero sin quererlo, al aparecer alineados en la posición que comparten, el talento defensivo es impregnado a todos sus colindantes… y volvemos a lo de siempre: si le sumamos a estos dos la figura del pivote ¿defensivo?, Busquets, y así unimos seres por todos conocidos, el talento es absorbido y creado desde la nada para ser expuesto por estos poetas de la generación Barça.

El problema surge cuando desde el desconocimiento más absoluto queremos conocer y transmitir que ese talento es nuestro (de los entrenadores), cuando de nuestras bocas escupimos expresiones como “…debemos ser un buen bloque defensivo…”, “…lo importante es que estemos juntos y ordenados…”,”…somos un equipo trabajado…”, “…¡rómpelaaaa!…” y demás sandeces que todos hemos dicho siempre.

Al igual que Dios escribió los 10 mandamientos en las tablas sagradas, creo que se tuvo que producir el mismo cuento en su día grabando a fuego una serie de mandamientos universales en lo que a forma de ver y entrenar se refiere. Y así, subordinado a la tabla de mandamientos y en versión 2.0, nos ha llegado la PT portuguesa. Sí, la parafernalia táctica, una idea tan innovadora que aquellos que la crearon aún buscan explicar qué es, pero con la obligación a todos sus fieles seguidores de la creación de un prestigioso modelo de juego, común o distinto da igual, pero que son tal mecanismo súper servible hará que seas un gran entrenador por encima de todo y todos. La planificación pitonísica más absoluta te llevará al éxito y cuanto más de tus subprincipios tenga tu equipo en cada fase del juego, mayor será tu auto-prestigio y más sabrás de fútbol. ¿Y los jugadores? Da igual, harán lo que tú les ordenes, por eso eres el entrenador.

Y ante todo esto, al jugador que aprisionamos por el miedo de no obedecer nuestras directrices o consignas lo colocamos en la difícil tesitura de decidir si jugar como mandamos en tales directrices o en la de no jugar como su instinto lo impulsa. Pero por suerte para nosotros, los no adictos, aparece la figura de Özil. Los fieles feligreses de la parafernalia táctica tienen que decir que “…le falta intensidad en fase defensiva…”. Y cuando el alemán nos alegra la vista personificando toda la imaginación posible con un regalo para el espectador en forma de pase derivado de su yo innato, los grandes adeptos siguen diciendo que “…Mourinho está enseñando a ser mejor futbolista a Özil…”.

Y entonces…¿Qué entrenamos? Pues creo que conocimiento, pero no desde una perspectiva primaria, ni secundaria. ¡Sin perspectiva! Simplemente haciendo ver qué es lo que tenemos y qué es lo mejor en ese momento sobre los jugadores en cuestión en el instante compartido. Y esto pienso que no se consigue de otra forma que no sea jugando al fútbol y, repito, jugando. Y liberando al jugador en todo aquello que espontáneamente quiera hacer o el momento del juego en que se encuentre le lleve a intentarlo
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Yo no puedo cultivar tulipanes en Granada aunque piense que sepa, porque no es el entorno para obtener la flor holandesa, pues de igual forma no queramos cultivar el mismo jugador en todos los diferentes equipos donde estemos.

Hagamos ver el terreno, las características del mismo y en función apostemos por la flor idónea en ese instante

Kevin Vidaña
En definitiva, entrenar/jugar debería ser la capacidad de adquirir capacidad.
Hay excesivo interés en saber cómo son las sesiones con las que trabajo y no hay fuegos artificiales ni atracciones, nada especial. La opción pertenece a los futbolistas, hay que escucharlos. El valor del entrenador está en su grado de vanidad o de sordera.

El método acaba siendo una elección entre inteligencia natural o inteligencia artificial. La segunda es dirigida, por lo que no puede ser inteligencia pero, desgraciadamente, ambas ofrecen resultados deportivos similares –aunque consecuencias distintas, invisibles pero trascendentes para el futuro de este juego–.
Carthy acuñó el término de inteligencia artificial en 1956, definiéndola así: “Es la ciencia e ingeniería de hacer máquinas inteligentes, o la capacidad de razonar de un agente no vivo”. Tratamos a humanos como robots para pretender humanizarlos.

Mientras que la inteligencia como tal es una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, implica la habilidad de razonar, planear, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente y aprender de la experiencia. Más bien, el concepto se refiere a la capacidad de comprender el entorno, el que pertenece exclusivamente al individuo en cuestión.

* Kevin Vidaña, Leví Cantero y Pedro Gómez son entrenadores de fútbol.


LOS JUGADORES SON LA TÁCTICA ENTRE SÍ.


CUALQUIERA PUEDE SER ENTRENADOR. LO DIFÍCIL ES SABER DE FÚTBOL.
por KEVIN VIDAÑA .
perarnaumagazine.com.

Los técnicos restamos importancia a las competencias que demanda el juego en pos de honrar la acepción que parece describirnos: “Entrenadores de fútbol”. Preocupados por lo intrascendente, confundimos a los jugadores haciéndoles necesitados de lo que nunca fue necesario y además les perjudica, dándole la vuelta al entrecomillado.

Entrenar juego solo sirve para jugar cada vez peor. La enseñanza en fútbol mejora al malo empeorando al bueno, puesto que se guía por un ideal de juego producto de la vanidad, el miedo y la quietud, considerando que todos los individuos degluten de la misma manera en su exclusiva digestión del aprendizaje.

En este camino hacia la deshumanización, hasta los partidos benéficos acabarán sin goles. La colonización y el adiestramiento en el fútbol constituyen aspectos contrarios a su esencia; de esta hace referencia Óscar Cano diciendo: “El fútbol es sorpresa; cuando pasa algo no sorpresivo me sorprendo”. También Dante Panzeri, que fue periodista porque no quería sentirse culpable, defiende que “el fútbol es arte de lo imprevisto y dinámica de lo impensado”.

En una sociedad donde los jugadores han dejado de jugar para ser jugados, alguien tuvo la decencia de juntar a Iniesta, Messi, Xavi y Busquets para insistir en la conceptuación del fútbol como juego y demostrar que la realidad es tan compleja que no entiende de dicotomías.

Su estilo corporeizado en torno a la pelota alude a lo lúdico, relativo a la diversión, por lo que verlos jugar no puede provocar sino inevitable fascinación, a no ser que se sufra de sadismo; o en el peor de los casos, de desamor. Paco Seirul·lo dice: “Es distinto divertirme con una chica que enamorarme de ella. Tenemos que disfrutar y, sobre todo, enamorarnos del juego que realizamos”.
Su manera de jugar representa la locura transitoria y la quintaesencia del pasatiempo. Se trata de lo más puro y perfecto.

Descubriéndose sus componentes funcionales de manera natural; mostrándose dotados de libertad y con poder creador en un teatro espontáneo, propio de los patios de recreo; valiéndose de un proceder distintivo que resta rédito al azar desde la competencia que siente, piensa y obra bajo los aspectos constituyentes de su ser.

Mientras algunos no sabemos cómo agradecer la aparición de estos divertidos seductores que escapan de cualquier descripción haciendo del fútbol una actividad inherente a los seres humanos, otros se creen que ganaron al Córdoba porque el cuerpo técnico trabajó 8 horas diarias preparando el partido. También hay quienes se atreven a decir que Pep Guardiola es mourinhista. Claro, si no puedes con el enemigo, alístalo en tus filas.

El jugador es contextual, no con textual –que reproduce literamente palabras o textos–. El entorno es el que oferta las posibilidades individuales, siendo el juego fruto de las interrelaciones. Sobre esto, Lillo dice que “Andrés Iniesta casi siempre elige la peor opción, ya que tiene todas las posibles y solo lleva a cabo las que sus compañeros le entienden”.

La teatralización de conceptos existe, pudiendo ayudar al desarrollo del juego, pero actuando como máscara ante lo verdaderamente trascendente. Recientemente, Tito Vilanova dijo a sus jugadores: “No me necesitáis, sois demasiados buenos”. Y nadie ha hablado del tema.

De la misma manera han intervenido Andrés Iniesta y Leo Messi, pero sus comentarios también han sido omitidos para evitar desnudos que parecen no convenir. El manchego asegura: “La esencia que tengo del juego es absolutamente lúdica, natural, es la de la pista del colegio en Fuentealbilla. Yo juego como juego porque me sale, eligiendo en cada momento la opción que intuyo que me ofrece el juego. Cuando estás en el campo es el jugador el que debe decidir. Hay patrones, pero el fútbol es el momento, tomar decisiones al instante. Es táctica, esquema y todo lo que quieras, pero al fin y al cabo es técnica individual, improvisación en una décima de segundo”.

Por otra parte, el argentino remata diciendo: “Mi manera de jugar no se trabaja, ya de chiquito jugaba así. Alguna vez me corregirían en La Masia, pero no lo recuerdo. Me respetaron la manera de jugar, aunque es verdad que aquí la filosofía es parar y tocar de primera. ¡Pero yo no se la daba a nadie!”.
Es decir, no importa el cómo sino el quiénes, que tienen su cómo derivado. Guillermo Fernández, entrenador adjunto de Óscar Cano, comenta que “alinear es más que elegir a once jugadores, se trata de organizar las relaciones del juego. Elegir quiénes juegan es la mayor estrategia operativa, puesto que dentro de la alineación está ubicado el rival y los matices competitivos”.

Cualquiera puede ser entrenador. Lo difícil es saber de fútbol.

* Kevin Vidaña es Técnico Deportivo de Fútbol Nivel II. Técnico de captación del fútbol base del Levante UD en Andalucía.


PALABRA DE RAFAEL BENÍTEZ.


por MAGAZINE el 4 junio, 2015 •

El periodista Orfeo Suárez publicó a finales del año 2011 un excelente libro titulado “Palabra de entrenador” (Ed. Córner) con el que recorre la trayectoria de numerosos técnicos españoles de prestigio.
 Con su autorización y la de Editorial Córner reproducimos unos párrafos del capítulo dedicado a Rafa Benítez, recientemente nombrado entrenador del Real Madrid:
– ¿Es difícil trabajar con usted?
– “Yo creo que no, pero sí es cierto que el jugador valora más el trabajo del técnico cuando pasa el tiempo y ya no está. Hacemos entrenamientos dinámicos, el 80 % del tiempo con balón, y siempre con objetivos. Hay momentos en los que has de dejar que el futbolista se exprese libremente, pero en otros has de conducirlo. Todos los técnicos tienen jugadores incómodos, pero no se pueden conseguir títulos si no haces las cosas bien”.

Sobre la formación de los jugadores, Benítez se expresa así:
“A menudo se piensa que el entrenador interviene poco en lo ofensivo, pero yo no estoy nada de acuerdo. En mi caso, tengo un defecto que puede ser una virtud: soy profesor. El futbolista tiene una capacidad grande de aprender, y nosotros estamos para enseñar, para darle fundamentos, conceptos. Los que han querido hacerlo conmigo, han mejorado. Ahí están no solo Torres, sino Luis García, Arbeloa, Pepe Reina o Xabi Alonso, distintos después de su paso por el Liverpool”.

En aquel otoño de 2011, Rafa Benítez reflexionaba con Orfeo Suárez sobre las distintas realidades que percibía entonces en el fútbol de cantera del Barcelona y Real Madrid:
“El Barcelona tiene años de ventaja, plasmados en su cultura del juego, y eso se refleja en la seguridad con la que actúa. Requiere tiempo, que el Madrid ha perdido con tantos cambios. Ahora no es fácil, porque ganar exige tener a los mejores ya y eso aboca a fichar. En la cantera hay que crear la expectativa. Pep Guardiola lo ha hecho y  ahora se beneficia en competitividad y sentimiento de pertenencia (…) Pep ha cerrado un círculo virtuoso que se retroalimenta: cantera, victoria y respeto”.

Benítez evoca en “Palabra de entrenador” su temprana vocación como técnico:
“Con 13 años ya era un poco entrenador. En una libreta que me dio mi padre apuntaba las alineaciones de mi propio equipo, la lista de goleadores y hasta las cuentas de una especie de trofeo de la regularidad. Nadie lo sabía, claro. Todo eso que ahora te dice el ordenador con apretar una tecla”.

Y detalla sus fuentes de inspiración y sus principales referencias técnicas:
“He viajado (…) por España, Italia, Holanda y los Estados Unidos viendo trabajar a otros compañeros y haciendo preguntas sobre cualquier tema, ya fuesen de orden técnico, táctico, físico o psicológico, relacionado con los equipos. Y no solo de fútbol, también me interesan aspectos de otros deportes y sus filosofías, como el baloncesto, el rugby y el atletismo…

Durante mucho tiempo me dediqué a analizar puntualmente y a fondo el Milan de Arrigo Sacchi, con el que por cierto tengo una magnífica relación. Aquel proyecto revolucionó el fútbol en esa época. Seguí mucho al Barcelona de Cruyff, al Deportivo de Irureta y me llamó mucho la atención el Valladolid de Maturana. También he encontrado trabajos muy bien hechos en clubes a los que he llegado. Es el caso del Valencia, donde partimos de la excelente base dejada por Héctor Cúper. Sobre ella construimos un modelo de competitividad”.


El libro “Palabra de entrenador”. 

jueves, 25 de junio de 2015

MUCHAS HISTORIAS Y POCO JUEGO EN COPA AMÉRICA.


COPA AMÉRICA 2015.
elpaís.es
El torneo cierra su primera fase lastrada por las cuestiones extradeportivas y por el escaso rendimiento en el campo de sus protagonistas.

PEDRO CIFUENTES Santiago deChile.
El próximo lunes, en Santiago de Chile, se jugará la primera semifinal de la Copa América. El cruce podría ser una repetición del Chile-Bolivia, de nuevo en el Estadio Nacional, escenario de todos los encuentros de La Roja en un calendario hecho a su medida que le ha evitado cualquier desplazamiento (a diferencia de todos sus rivales). El partido terminó 5-0 y su reedición constituiría un bocado muy poco apetitoso para las semifinales de un torneo que cuenta con varios de los mejores futbolistas del planeta, incluso ausente Luis Suárez, pero que presenta hasta ahora un balance bastante pobre en cuanto al juego y al rendimiento de sus protagonistas.

Aunque los grupos han presentado una notable igualdad, se ha hablado más de indisciplinas varias que de fútbol en un campeonato cuyo mejor partido hasta la fecha probablemente sea el Argentina-Paraguay de la primera jornada, con permiso del Brasil-Colombia, cuyo epílogo dejó al evento sin la chispa de Neymar Jr.

A la espera de los 'cracks'
Las estrellas no han aparecido aún: además del pésimo campeonato de Radamel Falcao o el comportamiento de Neymar, puede destacarse el bajón de James Rodríguez, la poca puntería de Edinson Cavani o Paolo Guerrero, cierta imprecisión de Alexis Sánchez e incluso los cambios de humor de Messi. Entre lo mejor, junto al luminoso inicio del crack brasileño o algunas jugadas de la Pulga, está el liderazgo de Godín en Uruguay, la dirección de Néstor Ortigoza en Paraguay, el funcionamiento colectivo de Chile contra Bolivia (recuperación progresiva de Valdivia incluida), la actuación de Miranda, destellos de Javier Pastore, el gol de Agüero y el lateral derecho peruano, Luis Advíncula, como símbolo de la velocidad e intensidad peruanas. Los perdedores de la primera fase fueron la selección ecuatoriana de Gustavo Quinteros y Venezuela, frenada en seco por la expulsión de Fernando Amorebieta.

El once ideal de esta etapa, según la organización, queda conformado por el portero Claudio Bravo (Chile); los defensas Gary Medel (Chile), José María Giménez (Uruguay) y Thiago Silva (Brasil); los centrocampistas Arturo Vidal (Chile), Carlos Sánchez (Colombia), Carlos Lobatón (Perú) y Charles Aránguiz (Chile); y los delanteros Lionel Messi (Argentina), Lucas Barrios (Paraguay) y Sergio Agüero (Argentina).

El crack del Barcelona entregó la única actuación memorable de esta primera fase y era el elegido para devolver (o al menos intentarlo) la gloria perdida al pais do futebol, pero descendió a los infiernos durante cinco minutos en los que agredió físicamente al árbitro chileno Enrique Osses. Su expulsión del torneo sucedió tras la milagrosa curación del abatimiento producido por el accidente de Arturo Vidal con varias copas encima, que tuvo a todo Chile 48 horas preguntándose (otra vez más) si sus futbolistas se merecen tanta consideración y, sobre todo, si tenía sentido sacrificar una medida ejemplarizante en el altar de la victoria futbolística que el país andino ansía desde hace un siglo.

La exhibición contra una débil Bolivia (ya clasificada) y la euforia posterior parecieron dar la razón a los partidarios de privilegiar los objetivos deportivos, más optimistas que nunca ante el pobre papel de Colombia, el rendimiento irregular de Argentina y las dudas de un Brasil en plena reconstrucción. Su enemigo de cuartos, Uruguay, es la selección más laureada del campeonato: el miércoles será una noche decisiva para el fútbol chileno. Los dos grandes favoritos sobre el papel, albicelestes y cafeteros, disputarán unos cuartos de final fascinantes el viernes en Viña del Mar. Brasil-Paraguay y Perú-Bolivia completan el cuadro.

Pese a la tangana de Neymar, Bacca y compañía, los incidentes y la dureza son similares a otras ediciones, al menos en el registro de tarjetas: 82 amarillas (79 en 2011) y 4 rojas (5). Se han marcado hasta el momento 40 goles en el torneo (37 en 2007, 49 en 2007). Chile, de quien preocupaba la falta de puntería días antes del comienzo, ha marcado el 25%. El máximo goleador es precisamente su rey Arturo Vidal (3). El futbolista que más veces ha rematado, Leo Messi.

Desidia y fatiga
Su selección ha experimentado un síndrome parecido en los tres partidos, bajo marcadores y circunstancias diferentes: tras imponerse durante una hora se ha visto acorralada por equipos inferiores. El caso más sorprendente fue Paraguay, que remontó un 0-2 con amenaza de goleada. Aunque Gerardo Martino alega el cansancio de sus jugadores, hay un rastro de desidia y descontrol no explicable por cuestiones físicas. La fatiga mental acecha a futbolistas con más de 50 partidos en la temporada y cuyo grado de compromiso con el campeonato es variable.

Un tema de conversación entre la prensa acreditada es la elección de los países invitados: la débil selección B presentada por México y el voluntarioso equipo jamaicano depararon algunos encuentros de escasísima calidad. La Conmebol, cuyo silencio en la competición está alcanzando límites surrealistas, tendrá bastantes ocupaciones cuando el balón deje de rodar y la corrupción masiva descubierta en la entidad que rige el fútbol sudamericano vuelva a la primera plana de la actualidad.


LOS TEST PSICOLÓGICOS DE MIHAJLOVIC


El nuevo técnico del Milan, que dice que la fuerza mental es fundamental en un equipo, utiliza cuestionarios para conocer mejor a sus jugadores
ELEONORA GIOVIO 

La fecha fijada para la vuelta al cole del Milan es el 3 de julio. Habrá nuevo profesor. Igual que el año pasado y el anterior. Esta temporada el elegido es Sinisa Mihajlovic, 46 años, que acaba de terminar una gran temporada con la Sampdoria.

El técnico serbio dejó al equipo en la séptima plaza con 57 puntos (por delante del Inter) y clasificado para la Europa League. Disciplina –que se lo pregunten a Eto’o que se quedó fuera del equipo titular por saltarse algunos entrenamientos-, orden, entrenamientos duros y trabajo mental son los pilares de Mihajlovic.

 “La fuerza mental es fundamental en un equipo porque todo empieza en la cabeza. Hay que encontrar la medicina correcta para cada uno. En este sentido, me ayuda tener cinco hijos, cada uno con un carácter diferente”, confesaba el entrenador serbio que en su día fue ayudante de Roberto Mancini en el Inter.

 Para individuar qué medicina necesita cada uno, Mihajlovic somete a la plantilla a una serie de test psicológicos (unos pequeños cuestionarios); es una forma para conocer la personalidad de los jugadores y sus reacciones a determinadas situaciones. Lo hizo con la Sampdoria en la pretemporada y lo volvió a repetir a lo largo del año.

“Mis equipos tienen que tener organización, principios de juego y mentalidad ganadora. Eso significa entrenarse duro y jugar para ganar y no para no perder. Si un equipo quiere ganarnos no sólo tiene que ser mejor técnicamente sino también tener más carácter”, contaba Mihajlovic en una entrevista en el Corriere della Sera.

 ¿Y cómo se entrena el carácter? “Los huevos se tienen o no se tienen… pero un entrenador tiene que hacerse seguir y yo estoy seguro de que si le digo a mis jugadores que se tiren por la ventana, lo hacen y luego ya me preguntarán por qué”, contestaba.


LA CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EN EL FÚTBOL.


DAVID HERRERA .

Uno de los objetivos primordiales que persigue el entrenamiento es mejorar el rendimiento del futbolista en competición. Es por ello que el análisis del rendimiento se convierte en un pilar fundamental para conocer en qué medida alcanzamos ese objetivo, por lo que debemos conocer en profundidad las características específicas del deporte en cuestión, principalmente las demandas que se producen en competición.

Para ello, será necesaria la observación de la misma, así como de su entrenamiento, pues ambos procesos están íntimamente relacionados; los comportamientos que los jugadores muestran en competición son el resultado de las adaptaciones inducidas mediante el entrenamiento, y, a su vez, en el entrenamiento se aplican los medios diseñados según la información obtenida de la competición (Garganta, 1997).

Sin embargo, el control de entrenamiento y competición en fútbol es una labor extremadamente compleja, debido a aspectos como:

-         Las características tan específicas del deporte
-         La interacción (colaboración-oposición)
-         El medio en que se desarrolla
-         La velocidad de las acciones
-         La incertidumbre
-         La enorme dificultad de establecer relaciones causa-efecto
-         El contexto

Ante esta complejidad, algunos entrenadores optan por acercarse e intentar obtener un conocimiento más preciso del deporte y sus características, mientras que otros, han hallado la excusa para alejarse del control de la competición y el entrenamiento.

De manera tradicional, la única forma de controlar el rendimiento se basaba en la observación por parte del entrenador que, de manera subjetiva, emitía juicios y opiniones de tipo cualitativo sobre la actuación de sus jugadores, y se servía de éstas para preparar el próximo partido.

Hoy, sin embargo, contamos con numerosos medios que nos precisan, de manera cuantitativa, una ingente cantidad de datos sobre el tipo de esfuerzos requeridos durante la competición en el fútbol, tales como analizadores portátiles de lactato, GPS individuales, analizadores de gases y/o monitores de frecuencia cardíaca.

Ahora bien, ¿de qué nos sirven todos estos datos científicos si no sabemos transformarlos en información?

El estudio de deportes de conjunto, desde perspectivas bioenergéticas, biomecánicas y médicas, si bien nos puede acercar a algunos aspectos relacionados con las demandas de la actividad, así como a algunos factores que influyen en el rendimiento, resultan insuficientes para analizarlos (Álvaro, 2005, Gómez 2006, Pino, 2009).

Sólo nos muestran una pequeña parte de un todo, que para alcanzar a comprender, habría que empezar por definir el paradigma que envuelve el ámbito de actuación de este deporte.

Resulta obvio, llegados a este punto, que necesitamos una visión mucho más amplia, buscando no sólo la mayor información posible, sino que ésta sea válida y aplicable, lo cual solo puede conseguirse si el dato queda contextualizado (Garganta, 2000), dado que durante la tormenta de toma de decisión en la que se ve inmerso el jugador intervienen tres factores: el tipo de situación, las características del que decide y el contexto (Mora, García Toro y Zarco, 1995).

Surge así uno de los principales interrogantes: ¿cómo definimos, contextualizamos y medimos el dato?
La respuesta parece estar en el paradigma ecológico. Dicho modelo plantea la explicación e interpretación de los fenómenos a través del contexto y ligados a su especificidad, llegando a poder ser considerado como una nueva perspectiva de análisis en el ámbito del deporte de Alto Rendimiento (Álvaro y Col, 1996).

Para indagar en esta nueva visión, es necesario concebir al jugador como un ser complejo, condicionado por el entorno y condicionante del mismo, incidiendo como mínimo sobre estas tres capacidades:  
- SOCIO-AFECTIVAS: de las relaciones inter-personales-grupales.  
- EMOTIVO-VOLITIVAS: para la identificación con el yo personal.  
- CREATIVO-EXPRESIVAS: para la proyección del yo personal (en el terreno de juego).
  
Bajo este prisma, Seirul-lo (1998) sienta las bases del “microciclo estructurado”, el cual concibe al jugador de manera íntegra, sin separar sus componentes, haciendo especial énfasis en la toma de decisión del mismo y en la especificidad de las tareas, priorizando en éstas aspectos técnico-tácticos.


Además, aboga por la no linealidad de las tareas, por entrenar en la variabilidad, ya que, no lo olvidemos, estamos trabajando con seres vivos hipercomplejos, cuyas estructuras anteriormente mencionadas interactúan de manera conjunta para la consecución de un fin.

No se trata de medir lo “físico”, mediante mms de lactato en sangre, porcentajes de V02Máx, o pulsaciones por minuto con una fiabilidad científica de +/- 2-3%, sino de plantear tareas de aspectos exclusivamente cognitivos o tácticos, tareas orientadas, asociadas a acciones simuladoras de balón, a la vez coordinativo, socio-emotivo, afectivo y condicional (Seirul-lo, 2000).

A su vez, Vítor Frade (años 80) en su archiconocida “Periodización Táctica” enfatiza la asimilación de una forma de jugar en sus principios: organización del ataque, de la defensa y de la transición de un momento a otro, dando capital importancia a la concentración. Todo gira en torno al modelo de juego con una especificidad e intensidad máxima constantes.

El profesor portugués nos habla del principio de alternancia horizontal, refiriéndose a la variación de los distintos tipos de esfuerzo a lo largo del microciclo semanal, según la proximidad de la competición. Para ello, divide las tareas según la contracción muscular: velocidad, tensión y duración de la contracción, otorgando un componente de fatiga no sólo a nivel fisiológico, sino a nivel del SNC (aspectos cognitivos). Todo ello, en un marco totalmente subordinado a la dimensión táctica.

Existe, como vemos, una magnitud difícil de cuantificar como es el desgaste emocional que las tareas de entrenamiento y la competición producen en el individuo. Para acercarnos, en la medida de lo posible, a comprender e intentar medir dicho esfuerzo, valga la Escala de Borg, una herramienta de apreciación subjetiva del esfuerzo realizada por parte del jugador de manera individual, en la que refleje la fatiga producida (mental-física) por las tareas en una escala numerada, como la que muestra la siguiente figura (y que el jugador tendrá que interiorizar previamente para ponerla en práctica):

“Llevo muchos años trabajando en esto y he llegado a plantearme si realmente merece la pena cuantificar la carga de entrenamiento. El patrón de los microciclos a lo largo de la temporada es muy común e incluso repetitivo en cuanto a estructura interna. Si hablamos de carga externa, existen soportes informáticos como AMISCO o PROZONE, que nos sirven para establecer la relación de aspectos cuantitativos entre competición y entrenamiento. En lo que a carga interna se refiere, he empleado años analizando la percepción subjetiva del esfuerzo, a través de las valoraciones de los jugadores tras la sesión y siempre se mantiene el mismo patrón de esfuerzo a lo largo del microciclo, según las cargas aplicadas respecto a la proximidad de la competición. Con todos estos datos (carga externa, valoración subjetiva del esfuerzo y complejidad de las tareas) sacas un índice en el que siempre se repite el mismo ciclo, por lo que La verdadera importancia reside en definir la orientación de la tarea, qué buscamos, qué objetivo perseguimos... A partir de ahí, sólo varía el volumen, pues la INTENSIDAD siempre debe de ser MÁXIMA" (Domínguez, 2012).


Fútbol Complejo – Una forma diferente de entender el fútbol -
www.futbolcomplejo.com


sábado, 20 de junio de 2015

EL BALÓN PARA CARGAR PILAS.


Rafel Pol apuesta por la seducción del juego a partir de la pretemporada. El Barça empieza su estadía en Inglaterra

FONSI LOAIZA Barcelona


Luis Enrique, Edu Pons y Rafel Pol, en un entrenamiento del Barça. / DAVID RAMOS (GETTY IMAGES)

En las sesiones magistrales del profesor Paco Seirul·lo, director del área de metodología del entrenamiento en el Barça, siempre se escucha una frase que retumba en las aulas: “Debéis esforzaros en construir un proyecto que permita a los jugadores que se enamoren del juego, que digan: esto es lo más bonito que hago en mi vida. No que se diviertan; que se enamoren, que es distinto”.

 Rafel Pol es el alumno aventajado de Seirul·lo. Este año trabajarán codo con codo. El nuevo preparador físico es de la generación del 87, como Messi y Piqué. Él será quien proponga los ejercicios a los cracks del Barcelona.
Luis Enrique ya estuvo con Pol en el Roma y el Celta y comparten filosofía. “Al principio hay objetivos físicos, pero hacemos la mayoría de ejercicios con el balón. Será una pretemporada atípica porque no hay gira. Queremos aprovechar mucho los entrenamientos para trabajar y repetir todas las situaciones que se dan en los partidos”, explica el entrenador.

La concentración en Inglaterra
Nueve entrenamientos. El Barcelona parte hoy rumbo a Birmingham. Trabajará en St. George's Park, sede de la Federación Inglesa. Allí efectuará nueve entrenamientos y el 2 de agosto jugará en Niza.
Una lista de 26 jugadores. Futbolistas del primer equipo: Ter Stegen, Masip, Bravo; Montoya, Mathieu, Alba, Bartra, Piqué, S. Roberto, Xavi, Song, Afellay, Busquets, Iniesta, Rakitic, Rafinha; Pedro y Deulofeu. Ocho del filial: Ié, Patric, Grimaldo; Samper, Halilovic; Adama, Sandro y Munir. Los ausentes son: Adriano por lesión, Luis Suárez por sanción, Mascherano, Messi, Dani Alves y Neymar. Estos cuatro mundialistas se incorporarán al trabajo el 5 de agosto. Un día antes del encuentro ante el Nápoles en Ginebra. El Barcelona además tiene dos partidos más programados: el 9 de agosto contra el Helsinki en Finlandia y el 18 de agosto contra el Club León de Rafa Márquez en el Trofeo Joan Gamper.

Pol ha desmontado falsos mitos dictados por los dogmas clásicos del entrenamiento en su libro La preparación ¿Física? en el fútbol. Para el preparador físico azulgrana: “La velocidad colectiva es la que determina la velocidad del juego” y “las desaceleraciones y aceleraciones son mucho más importantes que la velocidad de desplazamiento”. Y sentencia: “El modelo de juego, no es el posicionamiento de los jugadores (1-4-4-2, 1-4-3-3), sino la forma en que se relacionan entre sí”.

Pol es crítico con los métodos conductistas: “El jugador debe saber qué quiere provocar el entrenador con cada situación”. El preparador físico azulgrana lucha por la prolongación de la vida útil del futbolista, señala los males del exceso de entrenamiento y considera la técnica y la táctica como interdependientes. Según el extremo del Celta, Nolito: “El fútbol es un estado de ánimo y Pol siempre te tiene enchufado aunque no estés al 100% físicamente. Se agradece que no sea un sargento. No recuerdo un preparador físico que apueste tanto por el balón. El 90% de sus ejercicios son con pelota”. El centrocampista del filial, Babunski, que se entrena con el primer equipo, remarca: “Se entrena a máxima intensidad, pero se escucha el sonido del balón”.

La pretemporada es cuestión básica en el librillo de Pol: “Debería basarse en la readaptación del futbolista al juego. El trabajo general es innecesario. Cargar las pilas, rellenar el depósito no tiene base fisiológica. Es el periodo de observación entrenadores-jugadores. La pretemporada significa el inicio de la creación del modelo de juego”. “Los entrenamientos deben ser como partidos, sino los partidos se convierten en entrenamiento”, es una de sus máximas.

El fútbol es un estado de ánimo y Pol siempre te tiene enchufado aunque no estés al 100% físicamente".

Nolito
Pol dice no tener respuestas, solo interrogaciones: “¿Por qué se entrena la técnica en ausencia de fatiga? ¿Por qué entrenar la táctica intentando eliminar la fatiga? ¿Por qué valorar la resistencia de forma aislada al juego? ¿Estamos entrenando la técnica para el minuto 1?”. Su propuesta es seducir a los futbolistas y que recuperen la pasión y vuelvan así al juego posicional, al espíritu colectivo, a la presión intensa y al repliegue rápido. Y dejar el pasar por pasar para que con el pase pasen cosas.

Dejando a un lado el nivel futbolístico, básico sin duda, lo que más ha llamado la atención del final de temporada del Barça es cómo han llegado físicamente. Basta ver cómo lo han hecho el Bayern o el Real Madrid, asolados por las lesiones.

Aparte del factor suerte, importante, queda claro que hay un enorme trabajo en el aspecto físico. Y si hablas con la gente de dentro del vestuario y los jugadores, los que saben de verdad lo que sucede en el día a día, todos coinciden en un nombre: Rafel Pol.

El mallorquín que ya trabajó ya con Luis Enrique en la Roma y el Celta. Nolito, un ejemplo de la faena de Pol, lo resume a su manera: “Rafel siempre te tiene enchufado sin ser un sargento y casi todos los ejercicios son con balón”. El ‘profe’ Paco Seiurl·lo debe estar orgulloso de su alumno, todo un catedrático. 

viernes, 19 de junio de 2015

LA SECUENCIACIÓN DE CONTENIDOS A PARTIR DE LA COMPRENSIÓN DEL JUEGO.



El fútbol no deja de ser un ámbito de la vida donde los niños se desarrollan y crecen tanto a nivel intelectual, emocional, piscomotriz… Entonces, ¿por qué no se respeta la evolución psicomotriz de los jugadores a la hora de enseñarles este deporte?

Como ya apuntaba Piaget, los niños pasan por diferentes etapas evolutivas (sensoriomotora, preoperacional, operaciones concretas y operaciones formales), aunque cada niño permanezca más o menos tiempo en cada una de ellas, y nos definía unas características generales para cada etapa. Del mismo modo, Vigotsky también diferenciaba la evolución de los niños en etapas y afirmaba que el aprendizaje ha de ser congruente con el nivel de desarrollo del niño. Siguiendo esta línea Mildred Parten dividió las etapas del juego infantil en: juego solitario, juego paralelo, juego asociativo y juego cooperativo. Más contemporáneos a nosotros, Lasierra y Lavega proponen unas etapas de comprensión de los juegos y diferencian: etapa egocéntrica, etapa sumativa, etapa colectiva.

Con este marco teórico, y podría seguir citando autores que diferencian por etapas la evolución psicomotriz de los niños, empiezan mis reflexiones en alto.

Cuando vemos un partido de niños de 6 o 7 años en la calle o en el colegio, hasta en un club, ¿qué comportamientos tienen los jugadores? Todos quieren el balón, todos van detrás de él en grupo e incluso se lo quitan a los de su mismo equipo. ¿Será por algo? Sinceramente, creo que sí. Teniendo en cuenta la opinión de los autores citados, podría ser porque se encuentran en una etapa egocéntrica del juego y ellos se ven jugando con “su” pelota y no compartiéndola con los demás. En cambio, cuando vemos un partido de alevines o infantiles (12-13 años) vemos que ya intentan pasársela entre ellos. En este caso podríamos decir que se encuentran en una etapa sumativa, es decir, ya entienden que solos no podrán jugar contra los demás, pero que si se la van pasando con algunos compañeros puede ser que avancen y lleguen a marcar gol. Cuando ya vemos un partido de juveniles o cadetes, se ve que intentan jugar como un equipo y que tienen ese sentido de que el juego debe ser colectivo. Podríamos decir que se encuentran en la etapa colectiva. Hasta aquí creo que la mayoría estaríamos de acuerdo en las características del juego en cada grupo de edad, pudiendo haber discrepancias en la nomenclatura.

Pues ahí van mis dudas, mis reflexiones sobre lo que he visto en la mayoría de clubes “formativos”. La primera cuestión sería ¿por qué en todas las categorias se entrenan los mismos contenidos? El pase, la cobertura, la permuta, el desmarque, por citar algunos, los puedes ver en cualquier entrenamiento, ya sea de benjamines o de juveniles. Los entrenadores se dejan las planificaciones y las sesiones de entrenamiento y las realizan en cualquier equipo. ¿Vosotros habéis visto alguna vez que en el colegio se enseñe lo mismo en todos los cursos? ¿O se sigue una progresión en el aprendizaje? Creo que a todos, primero nos enseñan los números, después aprendemos a sumar, luego restar, multiplicar, dividir, ecuaciones, etc. Pero vamos de lo más sencillo a lo más complicado, respetando nuestro nivel evolutivo. Entonces, ¿por qué en el futbol no?

A estos niños que van todos detrás del balón es muy difícil hacerles entender que tienen una posición concreta en el campo, que tienen que cambiarse de posición con otros compañeros e incluso que se la tienen que pasar. ¿Qué pasa entonces? Que durante toda la semana el entrenador entrena contenidos para conseguir ese juego que ve que hacen equipos amateurs y el sábado o el domingo los niños no hacen nada de lo que han entrenado. Siguen jugando como ellos entienden el juego y no como lo entiende su entrenador. El entrenador es el que debe adaptarse a los niños y no al revés. Lo primero que deberíamos hacer es saber en qué etapa de comprensión del juego se encuentran nuestros jugadores y planificar los contenidos adaptándonos a su nivel.

Estoy convencido que viendo un partido se puede intuir en qué etapa se encuentran los jugadores y a partir de esa observación planificar. Os propongo un ejemplo:
Si vamos a ver un partido de prebenjamines o benjamines, en ataque van todos donde está el balón y están muy cerca unos de los otros, incluso mezclados los de un equipo y otro sin saber en qué dirección deben ir.

Cuando un jugador logra salir de ese barullo conduce directo a portería mirando el balón y no lo pasa a nadie hasta que se lo quitan, lo pierde o tira a portería. En defensa, otra vez, todos van a robar el balón al que lo tiene, da igual si es de su equipo o del contrario y todos lo quieren robar ellos, no entienden que da igual si lo roba uno de su mismo equipo. Ah! Después están los que se quedan quietos en un sitio, sobretodo defensas, porque el entrenador se lo ha dicho. Viendo estas características podemos afirmar que se encuentran en una etapa egocéntrica del juego, es decir, conciben el juego de forma que siempre quieren el balón y siempre lo quieren tener ellos.

Estando en la Universidad, con profesores, compañeros de clase y entrenadores de clubs profesionales, trabajamos mucho sobre este tema y discutimos muchas horas. La propuesta que surgió fue adaptar los contenidos de entrenamiento a la comprensión del juego del jugador y, de forma paulatina, ayudarles a pasar a la siguiente etapa evolutiva haciendo una secuenciación de contenidos coherente y progresiva. 
Diferenciamos tres bloques:
− Aspectos del juego que ya expresan (psicomotrizmente) y que deben ser potenciados porque los va a necesitar en un futuro.
− Aspectos del juego que deben ser eliminados porque no le van a ayudar (errores motrices , cognitivos, emocionales)
− Aspectos que debíamos priorizar para ayudarles a entender el juego de forma más sumativa y/o colectiva.
Siguiendo con el ejemplo anterior, de los prebenjamines y benjamines.



Aquí podemos ver como adaptamos los contenidos de entreno al nivel de comprensión del juego del niño y poco a poco vamos avanzando.

Es una forma diferente de secuenciar contenidos, pero bajo mi punto de vista mucho más formativa que las que hemos visto hasta el momento. De esta forma los niños van poco a poco entendiendo lo que pasa en un partido, en un partido adaptado a su nivel de comprensión del juego, no en un partido de cadetes o juveniles, que es el partido que quiere ver el entrenador. Tenemos que ir paso a paso e incrementar el nivel de dificultad respetando el nivel de aprendizaje de los jugadores. Por ejemplo, para mí, no podemos empezar a entrenar el concepto de marcaje zonal sin antes haber tenido muchas experiencias en el marcaje individual.

 Y pasa muchas veces que los entrenadores pasan directamente a la zona para no perder partidos, así los tienen a todos colocaditos y organizados, pero sin ver que no están favoreciendo la formación de esos jugadores que después no saben identificar una marca o defender su espacio propio. Éste es solo un ejemplo de la multitud de precipitaciones en las que caen los entrenadores de fútbol base con el objetivo de ganar y no pensando en formar.

Jaume Vives Ferragut (@JaumeVivesFerra)
Licenciado Ciencias de la Actividad Física i el Deporte. UVic
Diplomado Maestro Educación Física. Universitat Illes Balears (UIB)
Entrenador de fútbol, nivel 2. FFIB.
2º Entrenador Futbol Base F.C. Barcelona (2006-08)
Entrenador  y Preparador Físico Futbol Base R.C.D. Mallorca (2010-12)
2º entrenador C.D. Atlético Baleares. 2ª división B, Gr.3 (2012-13)
Coordinador Metodología y Preparador Físico Juvenil Liga Nacional C.E. Constancia (2010)
Becario Grupo Investigación Models Complexos en Esport. UVic (2005)
Profesor de Educación Física
Bibliografia
-Buffy, S. M. (1999). Psychosocial Development in Early Childhood.Recuperado el 2 de noviembre de 2006, de http://www.mcgrawhill.ca/college/papalia
-Flavell, John H. (1991) La psicología evolutiva de Jean Piaget. Buenos Aires: Paidós.
-Hernández, D. (2003) Programa de Optimización de Estructuras Ludológicas. Revista Training futbol.
- Hernández, D; Romagosa, C. (2005) Apuntes Modelos complejos en el deporte. Universitat de Vic. Sin publicar.
-Lasierra,G; Lavega, P. (1993) Mil15 juegos y formas jugadas de iniciación a los deportes equipo. Ed: Paidotribo.
-www.futbolsistemico.com


MÉTODO MOURINHO.


By Charla Técnica /
La Pluma del Coach.

El éxito de un entrenador esencialmente depende de trabajar más sobre la persona que sobre el deportista. La gestión del aspecto humano por encima de las tácticas o del trabajo físico.”
La frase que ha marcado al entrenador portugués  ”Quien solo sabe de futbol, nada sabe de futbol”.
Por eso el entrenador  empieza a entrenar el sistema de juego a sus equipos desde el primer día. “Juegas como entrenas”, ésa es la máxima de Mourinho.



 ¿En qué consiste el METODO Mourinho?
Juegas como entrenas.
Esa es la máxima de Mourinho. El portugués utiliza una fórmula poco convencional, que aúna al mismo tiempo la parte futbolística, física y psicológica. Para ver en práctica el ‘método Mou’ se necesitan no más de 8 sesiones de entrenamiento.

Patrón de juego.
Mourinho empieza a entrenar el sistema de juego desde el primer día. En la primera sesión normalmente hay horas de entrenamiento entre mañana y tarde, y siempre con balón.
La pretemporada es un periodo importante para preparar al equipo en función del modelo de juego deseado y una fase sin competiciones oficiales, situación que permite un tiempo de experimentación, ajustes y reajustes.
Para defender hay que tener la pelota y para defender sin ella hay que crear unos mecanismos de basculación.
Los ejercicios de entrenamiento no duran más de 15 minutos, con intervalos de descanso entre uno y tres minutos, y son de una intensidad del 120 por cien.

Dos campos.
Mourinho toma la voz cantante en las sesiones, pero divide el trabajo en dos campos. Ya sea en ejercicios de defensa o en ataque, el técnico portugués habla y gesticula continuamente. Explica un ejercicio y deja a cargo de la supervisión a Karanka o Rui Faría. Mientras, en el otro campo, José Morais explica otro tipo de ejercicios para el resto de jugadores. Mourinho no desvela sus cartas. Mezcla en las formaciones siempre a un supuesto titular por línea y otro supuesto suplente. No se ven equipos descompensados. E incluso, a diferencia de otros entrenadores, los chavales de la cantera tienen un papel activo en los entrenamientos.

Inferioridad numérica.
Quiere que la línea de defensas ofrezca trabajo de presión cuando el equipo no tenga la pelota y velocidad para salir a la contra.

Trabajo Físico.
Para Mourinho, la manifestación regular de la organización de juego del equipo es el gran indicador de la forma deportiva. La forma no es física, sino es mucho más que eso. Lo físico es lo menos importante en la globalidad deportiva. Rui Faría no aísla nunca el trabajo físico del futbolístico. Ni en los calentamientos se dan vueltas corriendo alrededor del campo sin balón.

Carga de trabajo.
Mourinho se preocupa por mantener una regularidad semanal en cuanto a la alternancia de los diferentes patrones de desempeño-recuperación. No es posible biológicamente mantener ininterrumpidamente el organismo esforzándose en el mismo registro. Reduce las cargas de trabajo, pero sin empobrecer los ejercicios.


Influencia.
El técnico quiere quitar presión a jóvenes, formando asociaciones entre jugadores de experiencia con jóvenes.

4 secretos tácticos.
Igual que Mourinho defiende el entrenamiento integrado, también es partidario de la concepción de un juego global. Abandona por completo la clásica concepción de las dos fases del fútbol, la ofensiva y la defensiva, por la unidad del deporte partida en 4 momentos, en los que se debe buscar los objetivos, tanto grupales como individuales, que deben marcar el modelo de juego.
1. Momento defensivo.
- Defensa de pressing en tres cuartos de campo.
- Apoyo de los extremos a los laterales cuando el balón este en banda.
- Coberturas de contenciones en la presión.
2. Transición defensa – ataque.
- Transiciones con la mayor velocidad posible hacía portería.
- Salidas con el mayor número de hombres posible.
- Creación de espacios del centro delantero cayendo a alguna de las dos bandas.
- Aprovechamiento de ese espacio central por parte de jugadores que lleguen de segunda línea.
3. Momento ofensivo.
- Finalizar a la mínima oportunidad de hacerlo.
- Extremos bien abiertos.
- Enganche entre la línea defensiva y la línea del centro del campo rival.
- Aportación ofensiva de los laterales apareciendo desde tercera línea.
4. Transición ataque – defensa.
- Cambió de mentalidad rápido, intentando presionar lo más cerca de la portería rival posible.
- Coberturas por parte del contención  o los extremos si alguno de los laterales está desubicado.
- Si el equipo rival supera la línea de presión, retorno a posiciones defensivas con la mayor velocidad posible.
- Especial atención a las jugadas con el balón en banda, donde la presión es más efectiva  debido a la falta de salidas.

Para poder trabajar según esta regla, son necesarias una concentración y una intensidad iguales a las de un partido. Es por eso que Mourinho planifica un máximo de una sesión diaria de 90 minutos en las temporadas de sus equipos. ¿El por qué? Una vez transcurrido este período de tiempo, la concentración y la intensidad disminuyen. En este caso, menos es más. Como estos dos factores son los dos principales factores de cansancio en los futbolistas, el portugués trabaja también los descansos como si fueran parte del entrenamiento. Se olvida de macrociclos y picos de forma. El objetivo no es buscar el máximo punto físico de sus jugadores, sino buscar la rendibilidad máxima de estos intentando la máxima adaptación y actuación de estos en el modelo. Y este pico de rendibilidad se intenta mantener durante toda la temporada.
Estos son algunos de los principios aplicados por José Mourinho a lo largo de su estancia en la capital. El objetivo de la periodización es buscar ejercicios para trabajar muchos de estos conceptos juntos y a su vez trabajar las otras dimensiones del fútbol. Es decir, se acabaron las vueltas al campo, las sesiones de musculación en el gimnasio y las rondas de disparos desde fuera del área.

Estos ejercicios que forman parte de las libretas de muchos gurús del entrenamiento, son sustituidos por actividades en las que entren en juego los cuatro momentos.

El propio entrenador portugués lo explica así “¿Ha visto alguna vez a algún pianista correr alrededor del piano antes de empezar a tocar? En nuestra metodología tampoco damos vueltas alrededor del campo.

¡Haz que las cosas sucedan!
Twitter @charlatecnicaid


jueves, 18 de junio de 2015

DIEZ LECCIONES DE LOS MEJORES ENTRENADORES DEL MUNDO PARA DIRIGIR UNA EMPRESA.



 Diez lecciones de los mejores entrenadores del mundo para dirigir una empresa
ELECONOMISTA.ES/
DAVIDMARTÍNEZ.
27/05/2015 –

El talento suele ir acompañado del ego, que dificulta su gestión.

La gestión del talento es uno de los grandes retos a los que se enfrentan todos los dirigentes. Atraer y retener a los mejores trabajadores es una labor compleja, en la que el sueldo es un factor necesario pero no suficiente.
El deporte es uno de los campos en los que mejor se puede observar la importancia de la correcta gestión del talento. Son muchas las lecciones que se pueden apreciar en la competición deportiva, para luego adaptarla a la empresa, como asegura Mike Forde, exdirector de operaciones en el Chelsea entre 2007 y 2013, en un artículo en el Financial Times. Los grandes clubes de fútbol, por ejemplo, destinan gran parte de sus ingresos a pagar a sus trabajadores, los futbolistas: chicos jóvenes, ricos, internacionales, con grandes egos y difíciles de dirigir, en general.
Los entrenadores son, por tanto, gestores de talento. El prestigioso diario económico recoge las lecciones que algunos de los mejores entrenadores del mundo ofrecen a los gestores de la empresas, a través de su experiencia en los banquillos.

1. El talento suele ir acompañado del ego
"Los mejores jugadores tienen un profundo conocimiento de su carácter especial, de su talento único, que va más allá de la arrogancia", apunta Carlos Queiroz, exentrenador del Real Madrid durante la época de 'Los Galácticos'. En definitiva, los grandes talentos saben que son imprescindibles, lo que les permite romper las reglas del comportamiento. Un gran ego mal gestionado puede acabar con un equipo, pero son imprescindibles si se quiere crecer. Si un dirigente solo quiere soldados obedientes tendrá que renunciar a ciertos objetivos.
En definitiva, ningún jugador es más grande que un club, pero un club debe ser lo suficientemente grande como para dar cabida a todo buen jugador. Gus Hiddink, entrenador holandés con una gran trayectoria, se encontró en el PSV con un gran jugador, pero con un carácter complicado: Romario. El delantero brasileño se pasó demasiado tiempo en Río de Janeiro celebrando el carnaval, se saltaba comidas, entrenaba menos... Hiddink le consentía esta actitud con esfuerzo, defendiéndole de otros jugadores que denunciaban la injusta situación. Romario comprendió que para compensar debía dar la cara en los partidos, y así lo hizo.

2. Buscar talento que se quieran superar
Algunos jugadores rinden por debajo de su potencial por inmadurez, falta de disciplina, poco compromiso o falta de atención. La clave está en encontrar el momento en el que el jugador está a punto de explotar, como apunta el entrenador de los San Antonio Spurs, Gregg Popovich. El cambio puede producirse al llegar a cierta edad, al formar una familia o al experimentar una serie de fracasos. "El punto en el que se quieren superar a sí mismos", lo denomina Popovich. Es cuando conocen y aceptan sus límites, empeizan a escuchar, mejoran en los entrenamientos y aceptan que deben cuidar su cuerpo.

3. Recompensar el sacrificio por el equipo
Los grandes talentos quieren el éxito para sí mismos, pese a competir en equipo. Cada jugador quiere ser protagonista representando su papel preferido. El exfutbolista Boudewijn Zenden, que jugó en el Barça o el Chelsea entre otros equipos, cuenta el caso que sufrió en la Eurocopa del año 2000. Competía por la posición de extremo izquierdo con Marc Overmars, y su compañero se negó a jugar por la derecha. En el primer partido del torneo Overmars empezó en su puesto natural, y Zenden aceptó jugar por la derecha. "Fueron los peores 45 minutos de mi vida", explica. Cuando pensaba que lo iban a cambiar, Frank Rijkaard, entrenador de aquel equipo, quitó a Overmars, puso a Zenden en su posición natural, y el partido acabó con una victoria por 3 a 0. "Al recompensar el sacrificio de Zenden, el entrenador estaba alentando a otros a sacrificarse por el equipo", apunta Forde.

4. El talento no se domina
El talento no se puede dominar. Los grandes talentos ganan partidos, o se sientan al lado del presidente de una compañía y toman el volante. Un buen gerente acepta esta situación, sin tratar de destacar su liderazgo o dominar el talento. Pep Guardiola, entrenador del Bayern de Munich, evita entrometerse en el vestuario, que considera territorio de los jugadores, según el periodista Martí Perarnau.
Históricamente, a los entrenadores se les compara con generales, pero en la actualidad se parecen más a directores de cine que tratan de engatusar y convencer en lugar de mandar. El objetivo es ganar, no enfrentarse a los egos.

5. No es necesario motivar
La labor de un directivo no es dedicarse a motivar a los grandes talentos, pues estos se motivan solos. "Nuestro trabajo es no desmotivar a los jugadores, ponerles los retos y las metas que los grandes talentos necesitan", explicaba Carlo Ancelotti. Cuando se fue del Barcelona, Guardiola lanzaba una reflexión parecida: "No es que no haya logrado motivarlos, es que no he logrado seducirlos".
De hecho, antes de las grandes citas incluso es necesario rebajar la extramotivación. El mítico entrenador del Nottingham Forest, Brian Clough, a veces distribuía cervezas en el autobús a los jugadores para que se relajasen, aunque hoy por hoy esa práctica deja mucho que desear nutricionalmente.

6. Confianza
La confianza es un valor fundamental entre personas que tienen que trabajar juntas. No es necesario que se lleven bien o que sean amigos, sino que confíen en el talento del otro. Es lo que pasó en el Manchester United en la década de los 90, en el que Teddy Sheringham y Andy Cole se odiaban, pero sabían que podían confiar en el talento del otro.

7. Enseñar al talento
En muchas empresas los directivos se esfuerzan en mejorar el trabajo de las personas incompetentes, dejando de lado a las personas más valiosas, sabiendo que funcionan bien. Es una oportunidad perdida, según Forde, pues generalmente la gente con más talento tiene gran capacidad de aprendizaje y deseos de mejorar. De hecho, son muchos los profesionales que se decantan por una empresa y otra en función de lo que puede crecer en ella.
Los buenos dirigentes crean una cultura de aprendizaje que permite a todos mejorar. Es el caso del entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, que ayuda a los jugadores a conocer habilidades que incuso ellos mismos desconocían. "Yo creo en ti", es muchas veces la frase que necesita un profesional para empezar a crecer y dar lo mejor de sí mismo.

8. Precaución para reclutar
Hay que ser muy precavido a la hora de fichar a nuevos talentos. Los equipos son instituciones muy frágiles que se pueden romper al introducir, por ejemplo, un jugador indisciplinado que no respete las normas o acabe con la cultura de equipo, que además puede provocar que el talento del que ya se dispone se vaya. En 2008 el Chelsea tuvo la oportunidad de fichar al delantero Adriano, un gran talento, pero tras investigar su estilo de vida, el club dudó sobre su disciplina y se echó atrás. Su carrera acabó yéndose al garete.

9. Aceptar que el talento se va
Las personas de gran talento no quieren un trabajo para toda su vida. Las empresas son solo vehículos para desarrollar su talento, a la espera de ir a un lugar mejor. Un buen directivo debe buscar la productividad, no la lealtad. Un buen gerente tiene que mantener el talento el mayor tiempo posible, mientras se prepara para su salida. Nicolás Anelka se unió al Bolton en 2006, el club de menor nivel de los que había estado nunca. Durante las negociaciones, los directivos le dijeron que solo querían que estuviera en su club dos años, pues esperaban que metiese 40 goles en ese tiempo y que un club más grande quisiera ficharle. Y sucedió: el jugador brilló y dos años después lo fichó el Chelsea.

10. El pico de forma
Un buen dirigente debe calcular cuál es el pico de forma de los integrantes de sus equipos. Los futbolistas suelen alcanzar ese tope sobre los 28 años, cuando las piernas aún se mantienen jóvenes y la cabeza ya tiene experiencia. Frank Arnesen, director técnico del Chelsea, era más concreto: "el pico se alcanza tras jugar 300 partidos, estar en tres clubes y sumar un gran éxito y un fracaso". A partir de ahí comienza la decadencia, y el desgaste mental y físico. La clave está en sustituir el talento antes de que se desgaste totalmente. 

miércoles, 17 de junio de 2015

LA PREPARACIÓN FÍSICA SI EXISTE. Pedro Gómez.


Posted on 05/05/2015 by pedrogomez
Por : Pedro Gómez (Preparador Físico Albacete Bpie) / @pf_gomez
(Puedes descargar una versión pdf del artículo visitando mi perfil en Research Gate)

“El conocimiento descansa no sólo sobre la verdad, sino también sobre el error” (Carl Jung)
Vivimos en una sociedad de extremos donde la falta de posicionamiento en uno u otro bando nos convierte en bichos raros. Nacemos y crecemos, predestinados por la corrupción social que nos envuelve, a tener que elegir entre derechas o izquierdas, azul o rosa, carne o pescado,  Messi o Cristiano, e incluso rubias o morenas. A ojos de los inventores del “sistema”, merodear entre aguas se contempla como un ejercicio de indecisión a criminalizar, no sólo por su alegada falta de madurez decisional sino también por los zarandeos que este arremete contra los cimientos de sus zonas de confort (¿o es que pensáis que el Real Madrid tendría la misma repercusión si no existiese el FC Barcelona?). Los extremos se necesitan y retroalimentan, pero se sienten incómodos si  tienen que compartir su espacio con un tercer, cuarto o quinto invitado, razón por la cual, a día de hoy, y pese a poder haber florecido de meditados ejercicios de reflexión y experiencia, se dificulta la legitimidad a los comensales que, premeditadamente, en un ejercicio de honradez estomacal, prefieren “picar” del plato de la carne y de la bandeja del pescado.

Así pues, y como no podía ser de otro modo por tratarse de un fenómeno social más, nuestra querida preparación física no podía salir indemne de este (a veces) sinsentido partidista y comprobó  como al igual que otros muchos de su género, necesitaría de un  buen botiquín de emergencias para parchear los porrazos que  le aguardaban desde el bando contrario que comenzaba a gestarse.

Por supuesto..¡faltaría más!,  no reconocernos (los PF´s) como culpables de parte de este fustigamiento sería faltar a la verdad y huir cobardemente de la autocrítica…¿o alguien en su sano juicio pensaba que bobadas de la magnitud que hemos defendido durante tanto tiempo podían salir impunes del filtro de la inteligencia?. Desde picos de forma colectivos perfectamente programados en el mes de Agosto, depósitos de combustible recargados para viajes de diez meses, chispas e intensidades a la carta, promesas de máximo rendimiento en últimas diez jornadas, individualizaciones hasta en la manera de respirar.. y así hasta cientos de sandeces más, que como más tarde comprobamos no respondían a otra lógica más que a la de aparentar y aparecer, con pajarita a ser posible, para que nadie se olvidara de nuestra imprescindibilidad.
¡Escaso castigo unos simples azotes!, ¡una buena vara cogería yo! icon wink La Preparación Física ¡Sí! existe. .

Ahora bien amigo, mostremos nuestras cartas, que falsas creencias interesadas hayan convivido durante tanto tiempo con hechos comprobados no autoriza al bando contrario a meter a todas las actuaciones de los preparadores físicos en su misma bolsa de basura, la cual, y todo hay que decirlo, tienen la mala costumbre de abrir cuando no son capaces de explicar futbolísticamente por qué perdieron el domingo… ¡empujarnos a la palestra para compartir protagonismo sí interesa entonces!.

Para mí, quien en un intento de sinceridad profesional trato de alejarme a diario de los extremos que a mi modo de ver tanto coartan, la clave de la preparación física radica en su orientación y tratamiento, pues su existencia, guste más o menos, y a tenor de datos (esta vez sí) comprobados, es innegociable. 

En consecuencia, que no os tiemble la voz ni os invadan las dudas, podéis afirmarlo tranquilamente: ¡Claro que existen la preparación física!, ¡y claro que somos importantes los preparadores físicos!.. Porque aun estando atiborrada de simplezas y majaderías, todavía sigue nuestra área demostrando mayores evidencias que las afirmaciones y posturas contrarias:
-  Si al analizar  las demandas de la competición concluimos que en términos “físicos” el futbolista necesita de elevados niveles de capacidad aeróbica, anaeróbica, explosividad, fuerza y capacidad para repetir sprints (Owen, Wong, Paul & Dellal,2012; Rampinini, Coutts, Castagna, Sassi, & Impellizzeri, 2007; Reilly, Bangsbo & Franks,2000; Varley,2013)… ¿no sería una irresponsabilidad profesional obviar estas cualidades a la hora de diseñar  tareas  de entrenamiento?
- Si tenemos en cuenta que la mayor parte del tiempo efectivo de juego el jugador se encuentra sin balón y realizando constantes cambios de dirección (Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts & Wisloff, 2009)… ¿no deberíamos de entender que la agilidad y la capacidad de realizar constantes y rápidos cambios de trayectoria son variables que facilitarán los comportamientos futbolísticos? (Chaouachi et al, 2012; Stølen, Chamari, Castagna & Wisloff, 2005).
- En un contexto en el que se dan aproximadamente 1000-1500 cambios de movimientos por partido/jugador con una frecuencia de ocurrencia cada 3,5 segundos (Reilly, 2003; Strudwick, Reilly & Doran, 2002), donde cada cambio de dirección somete al cuerpo humano y sus estructuras a una carga 5 veces superior a su peso, y cada recepción después de un salto eleva a 10 esta carga (Chaouachi, Manzi, Chaaalali, Wong, Chamari & Castagna, 2012; Rojano, Rodriguez y Berral de la Rosa, 2010)…¿de verdad os vais a atrever a no preparar concienzudamente las estructuras anatómico funcionales de vuestros jugadores?.
- Si  en base a los datos aportados por Barnes, Archer, Hogg, Busch & Bradley (2014) en su análisis de 7 temporadas consecutivas en la Premier League Inglesa (2005-2012), la exigencia condicional a la que se somete un jugador de fútbol profesional aumenta progresivamente a medida que pasan las temporadas, no en términos de distancia total recorrida (esta se mantuvo relativamente constante a lo largo del estudio), sino en lo relativo a los esfuerzos de alta intensidad y sprints (estos aumentaron un 35 %)…¿no resulta coherente defender un fútbol en constante evolución “física”? (Di Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff & Drust, 2009).
- Si como dejan patente los datos ofrecidos por Dauty & Collon en 2011 tras analizar durante 15 temporadas consecutivas la liga francesa, los esfuerzos realizados para evitar las lesiones musculares no lograron todavía sus frutos, pero en cambio sí se redujo la incidencia lesiva articular y ligamentosa gracias a los programas de prevención implementados…¿no es señal de que al menos algo estamos haciendo bien?.
- Si una baja incidencia lesiva a lo largo de una temporada se correlaciona fuertemente con el rendimiento clasificatorio final (Eirale, Tol, Farooq, Smiley & Chalabi, 2012)… ¿seremos tan imprudentes de dar la espalda a esta parte de la preparación?.

Y entre tanto yo me pregunto.. ¿Qué elementos de juicio manejan los detractores de la preparación física para asegurar tan nítidamente que sólo con “jugar”, independientemente de cómo se haga, basta para rendir en las mejores condiciones?, ¿algo más allá de lo atractivo, sugerente e innovador de su discurso?, ¿de verdad que nos vamos a quedar con los brazos cruzados viendo como su palabrería derrumba años de estudio y evidencias que sostienen que a mayor y mejor preparación del músculo más fácil será sostener durante 90 minutos las exigencias futbolísticas del juego?

Espero que nadie me malinterprete ni me encasille (ya os advertí al principio que me gusta picar de todo un poco)… entiendo a la perfección que en un entorno donde las emociones contextuales tienen tanto peso estar cansado no significa los mismo que sentirse cansado (Ruben Darío), que un gramo de tejido cerebral pesa más que 80 kg de músculo ( Fernando Signorini), que los partidos no los gana el equipo que mejor se encuentra físicamente sino aquel que logra imponer sus conceptos colectivos y futbolísticos al rival, que los duelos, casi siempre, se deciden por las capacidades innatas y creativas (poco entrenables) del individuo, y que el protagonismo del entrenamiento es para el juego y su complejidad, no para las vallas, las pesas y las colchonetas.., pero…

¿Creéis que es justo evaluar a un pez por su capacidad para trepar un árbol?, ¿no estaremos condenándole de por vida a una ineptitud inmerecida si hacemos esto?, ¿por qué entonces nos empeñamos en evaluar la utilidad de la preparación física en base a su capacidad para ganar partidos?, ¿no será que nos estamos equivocando con el tipo de examen al que la sometemos a diario?.
Me parece que nos queda todavía mucha lección por estudiar…entre tanto, permíteme la licencia para recordarte el consejo que en su día nos dejó el filósofo Nietzsche: “si no tienes alas, deja de acercarte a los abismos”.

Un abrazo amigo!
 Si quieres saber más sobre el tema, hazte con tu ejemplar de: El fútbol ¡no! es
4 COMMENTS ON “LA PREPARACIÓN FÍSICA ¡SÍ! EXISTE.”

Juan Ba 
No puedo más que aplaudir este artículo. Ya está bien de libros y blogs en los que se juega con insinuar que la preparación física no existe. Es cierto que no existe aquella preparación física que comentas al principio en relación a llenar el depósito, pero no podemos permitir que se ningunée con fines lucrativos y perversos.
Sergio 
Hola. Últimamente he leído varios artículos sobre este tema y este me parece de los más interesantes. Coincido con Pedro en la fuerte bipolaridad que hay en el mundo en general y en este tema en particular.
Sin embargo creo que se exagera demasiado. El funcionamiento de un equipo se divide en varios factores, el planteamiento táctico, las habilidades técnicas, la motivación personal de los futbolistas… ¿Dónde se encuentra la forma física? Si analizamos un partido de forma individual, el porcentaje de importancia de la preparación física es más bien reducido pero en temporadas de 38 partidos o 50 en el fútbol de élite, más todos los entrenamientos semanales… Dudar de su importancia es casi una locura. Tanto por el rendimiento de los futbolistas como por las lesiones que se irán sufriendo a lo largo de la temporada y disminuirán el rendimiento del equipo. Dudar de la preparación física hoy en día es poco menos que una locura.
Un saludo.
Buen articulo! Todo evoluciona. En mi opinion se dice que la preparacion fisica no existe por que durante años fue mal aplicada y muchas veces en lugar de mejorar al jugador lo volvian mas lento. En segundo lugar, porque el futbol ha ido evolucionando de forma que antes ganaba el que más tiempo dedicaba a entrenar, y hoy en dia creo que se busca la calidad por encima de la cantidad. Asi que muchos ejercicios de preparacion fisica para futbolistas estaban orientados como si fuera un atleta cuando se demostro que luego tiene una transferencia dudosa la preparacion exclusivamente de gimnasio. Volviendo a encasillar la preparación física como que no sirve. La conclusion es que la preparación física sin base ni criterios como los comentados en tu artículo es la que no sirve, y muchas personas solo repiten lo que escuchan o sacan de contexto que la preparacion fisica no existe por ser la palabra de moda. Una vez más, gran articulo!
Zalacaín 
La preparación física debe adaptarse a la demanda de las acciones técnico-táctica durante el juego en todos los deportes, y eso es lo interesante de la preparación física que se adapta a todos los deportes, y todos los deportes necesitan de ella, es como el agua se adapta a todo y es necesaria. Yo no soy preparador físico soy entrenador nacional pero necesito de ella para que mi equipo cumpla con los objetivos tácticos que yo propongo, y cada ejercicio tiene un componente de preparación física, simplemente porque es necesario, de lo contrario nunca hubiésemos visto el Barcelona aplicar el RSA en el pressing en zona adelantada y la presión tras pérdida ¿no es así? Al igual que España, Bayern, Arsenal, etc.