martes, 27 de mayo de 2014

REAL MADRID CAMPEÓN DE LA CHAMPIONS



REAL MADRID GANÓ LA DÉCIMA CHAMPIONS LEAGUE
  
Se terminaron los pronósticos, las suposiciones, las cábalas, los análisis previos, las declaraciones dirigidas, las entrevistas calculadas, se especuló hasta la conveniencia; ya se jugó la final y con ella se fueron días y horas jugándose este decisivo partido pero afuera de la cancha, en donde la expectativa creció como nunca,  porque en la definición de este gran certamen importaba mucho de orgullo, de estilos, de imponer sentimientos, de envidias, de historia de clásicos, de supremacías culturales y sociales, de distintos antecedentes, entre las dos hinchadas más fuertes de Madrid: la del Real y la del Atlético.




Ya quedaron atrás las ceremonias de reconocimientos, los festejos, los agasajos… pero siguen en las redes sociales la alegría, la euforia, el humor que aflora a través de lo sucedido, en la calle, en el trabajo, en todo lado se ve a unos mostrando su camiseta con beso incluido y a otros aguantando y sufriendo por dentro la humillación, el dolor, la amargura, de lo que no pudo lograrse.

Y fue un partido intenso. De antemano sabíamos, que los 2 equipos que se enfrentaban, en esta final no iba a tener nada que ver con el estilo español – el tiki taka, que brinda su selección Española-. Fue una demostración totalmente diferente. Nunca se apreció la intención de querer ganar generando un sentimiento de buen fútbol, de posesión, de gestión colectiva a través de buenas combinaciones, en búsqueda del instante de gol.

Real y Atlético se fundieron en una verdadera batalla futbolística y ganó al final quién mejor aguantó, se dosificó, quién mejor manejó ese condicionamiento no sólo físico sino cognitivo que abrumaba a todos en la previa, que de pronto suena exagerado un 4 a 1, así es el fútbol y la vida - a veces implacable- pero a todos nos ha tocado vivirlo. Esa demostración de lado y lado de coraje, de entrega, esfuerzo, intensidad, de pelear cada pelota como si fuera la última en la vida. Nada que criticar, exigirles a los 22 jugadores, porque fue una demostración de compromiso inigualable.

Arrancó un partido en media cancha, mucha marca, fouls, pelotazos largos sin conexiones lógicas de segunda pelota, reacciones calientes entre jugadores, discusiones, reclamos al árbitro de lado y lado, amarillas, poca claridad en el juego creativo ofensivo. Al Real le cuesta cuando lo esperan, no le dan espacios arriba, y le contraatacan. Justo lo que mejor hace Atlético pero este no lo hizo. Era clave. Jugó metiéndose muy atrás,  sin fuerza y rapidez para ocasionar daño en defensa al Real. Y mientras más avanzaba el partido era peor, jugando más atrás, impotente, desorganizado, hasta quedar a merced de su rival.

Atlético hizo un gol, pelotazo frontal aéreo, falla la defensa y Casillas se equivoca, pero ese gol no demostraba que era merecedor el ir ganando. En el segundo tiempo Real va con todo, insiste por bandas, Ancelotti mete dos cambios decisivos, Marcelo y a Isco y va por todo. Real está mejor, se ve al instante que le vienen bien estas variantes. Ya se notaba en la cara de Ancelotti, en los jugadores y en la hinchada en la tribuna que gritaba fuerte en coro si se puede… que el gol, el triunfo estaban cerca. En la cara de Simeone era lo contrario, preocupación, los jugadores agotadísimos, calambres, estiramientos, demoras, querían ir a tiros desde los doce pasos para definir. No daban más. Ahora se notaba mucho que el cambio de Costa, sería oportuno en estos momentos, pero se perdió inútilmente a los ocho minutos.




Real consigue el empate en la última jugada de los 5 minutos de reposición que dió el árbitro en un gran cabezazo de Ramos. Simeone discute al final, pero hubo mucho fouls, demoras premeditadas, discusiones, cambios. Me parece acertada la decisión del juez central.

En el tiempo suplementario es cuando Real va con todo y encuentra el camino de los goles en una gran jugada individual de Di María, falla previa de Thiago que se le escapa la pelota ante un rechazo débil y mal dirigido de Casillas, y Bale de cabeza la manda al fondo de la red, luego Marcelo conduce nadie le sale, miran, agotados, cojeando de una pierna Godín, extenuado fuera de posición Miranda y tranquilo remata ingresando al área el brasilero y ya era un 3 a 1 y luego vendría una jugada de Cristiano, foul – patada de atrás – el mismo jugador anota el cuarto y fin a esta final, que pasará a la historia por ser la décima que consigue el Real Madrid y porque el Atlético falla de nuevo en su intento de volverla a ganar.

Real Madrid ganó merecidamente, no hay ninguna duda. No se le puede quitar méritos para nada. Tiene una mejor y numerosa nómina que su adversario y eso fue vital para llegar más entero al final del juego. Ancelotti tenía en la mano y su mente variantes que hacerr en el momento indicado. Atlético tenía una plantilla más reducida, hombre por hombre no es mejor que la del Real, pero nivelaban todo con base a entrega, sentido de equipo, esfuerzo mucho esfuerzo, una mentalidad fuerte de su entrenador tenazmente transmitida a su grupo de jugadores y pagó caro el desgaste, tener menos variantes o cambios para hacer, y cayó estruendosamente, no por inferioridad sino por derrumbamiento total, uno por uno, a medida que el partido se extendía y llegaba a sus momentos culminantes. Ese cansancio físico y mental lo minó en todo sentido y dejó a un lado propósitos tácticos que hacen y que no hicieron justo en este partido.

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