jueves, 30 de enero de 2014

XAVI HERNÁNDEZ EL TIMÓN DEL BARCELONA Y LA SELECCIÓN




XAVI HERNÁNDEZ


El timón del Barça y de la Selección ataca a un sector de la prensa: "Hablan con la bufanda puesta".

Xavi Hernández, entrevistado en 'El País': "Hay mucho periodista que si no dice tonterías no tiene trabajo"

"Si el Barça da 80 pases aburre, pero en cambio si los da la Selección, juega bien... ¡vaya criterio!"

José Pablo González, 04 de junio de 2012

"Hemos contagiado la idea de querer jugar al fútbol, de no especular. Alemania quiere la pelota, Italia ya no regala el campo... Creo que es más trascendente lo que hemos hecho por juego que los dos títulos ganados"

¿Hay periodistas que critican el juego del Barça y ensalzan el de la Selección?


Xavi Hernández, en rueda de prensa con la Selección. Con las concentraciones de la selección española, además del fútbol de la Roja al son que marca Vicente del Bosque, recobran también los jugadores la voz perdida durante la temporada en sus clubes. Especialmente, los futbolistas de Real Madrid y F.C. Barcelona, acostumbrados últimamente a guardar silencio por prescripción de sus entrenadores.

Un diálogo con el redactor del diario de Prisa, Luis Martín, en el que precisamente el propio Xavi aprovecha para atacar a ciertos profesionales de la comunicación deportiva. La última intervención de la entrevista es definitiva:

¿Cree que el juego de toque aburre en el Barça y se elogia en la selección?

Porque hay gente que habla con la bufanda puesta, mucho periodista que si no dice tonterías no tiene trabajo. Demagogia. Cuando ganas, es bueno; cuando pierdes, no... si el Barça da 80 pases aburre, pero en cambio si los da la Selección juega bien... ¡vaya criterio! ¡Pero si dudan de mi compromiso y llevo más de 100 partidos con la selección! Yo ya no tengo nada que demostrar.

Xavi: “Me toca los huevos que cuestionen mi compromiso con España”

Reconoce que ha llegado a rechazar ofertas millonarias de equipos del extranjero, y le molesta que le pidan continuamente elegir entre la Selección Catalana y la Española.

El mediocentro de Terrassa reconoce que se indigna cuando le mencionan ese tema político: “A menudo me piden que elija entre la Selección Española o la Catalana. ¡A mi me preguntan eso! ¿A Pedrosa se lo han preguntado? ¿Y a Gasol? Hay muchos deportistas catalanes que van a las Selecciones y sólo a Puyol y a mí nos tocan los huevos con eso. ¡Me acusan de falta de compromiso cuando he ido a un Mundial con una rotura de caballo!”, confiesa.

Xavi afirma que su amor por el Barcelona es tal que ha llegado a rechazar ofertas millonarias para irse: “Yo soy muy del Barça. Me han llegado ofertas para irme en las que me daban más dinero, pero es que yo lo llevo dentro”. Y recuerda con nostalgia los días en los que iba a cobrar su primer salario como jugador del Barcelona, de 4000 pesetas: “Entré en el Barça con 11 años. Nos hacían ir a cobrar a las oficinas, no veas la ilusión que nos hacía coger ese sobre con los cuatro billetes de mil. Me sentía diferente”.

El jugador catalán confiesa que le encanta analizar el fútbol, un deporte del que dice sólo lo entienden “un cuatro por ciento” de los que lo siguen. Y una de las cosas que más le saca de quicio de ese 'mundillo' son las injusticias: “Si un tío no ha hecho nada en todo el partido pero mete el gol de la victoria se llevará la portada. Me revienta”.

Sobre los Real Madrid - Barcelona, Xavi dice que no se cansa nunca de jugarlos ya que le gusta “el morbo” que generan: “Hay un plus en esa rivalidad histórica y política”, reconoce. Y, en la comparativa entre los entrenadores de los dos equipos, el barcelonista considera que “Guardiola dejará huella en la historia. Mourinho títulos”.

SOY UN LOCO DEL FÚTBOL.

Cuarenta y cinco minutos, un tiempo de un partido de fútbol, hablando con Xavi Hernández, Xavi, el de Terrassa, el mejor jugador de la pasada Eurocopa, conduce a una duda existencial: ¿Juega mejor que habla o habla mejor que juega? Se pone tanto en su papel de entrevistado, facilita tanto el diálogo fácil y fluido que es capaz, se atreve, a dar hasta el título de la entrevista cuando se le pide como colofón a la charla.

Si el tango dice que veinte años no es nada, ¿sus diez años en el Barça pesan más o pesan menos?

Son más que veinte, muchos más. Miro hacia atrás y no sólo veo esa década, sino más de 430 partidos, 100 de ellos internacionales, más los sesenta y tantos con la Selección. Son cifras muy bestias y las piernas pesan un poquito.

Lo que es curioso es que después de diez años al más alto nivel en el Barça, lo que le ha terminado de encumbrar ha sido la Selección y el éxito de Viena.

Sí, ha sido así y hay que reconocerlo. Yo siempre me he sentido valorado en el Barça, pero allí estamos acostumbrados a que la estrella del equipo sea un gran crack mundial, después siempre está el delantero típico goleador, después están otros dos o tres jugadores fichados de fuera y luego estamos los de la cantera. Así somos los catalanes. No valoramos al de la casa, aunque yo siempre me sentí querido y valorado. Yo mismo era así. Soy del Barça desde que tengo uso de razón, pero cuando era pequeño me fijaba en Koeman, en Laudrup, en Stoichkov... Ahora después de ganar la Eurocopa es verdad que la gente me valora, nos valora, más. Ahora me dicen, ahí va Xavi, el de Terrasa.

Si hubiera nacido en Brasil y se llamara Xavinho...

Ni me lo planteo, yo estoy orgulloso de ser Xavi el de Terrassa y de ser culé. No me cambio por nadie.

Ni se cambia de equipo...

No podría. Tengo un sentimiento culé muy arraigado. Si el club quiere, porque me considera necesario y útil, voy a seguir aquí toda la vida. ¿Dónde podría encontrar otro equipo cuya filosofía de juego es la mía, la que he conocido desde pequeñito? Bueno ahora hay otro: la Selección. Desde que llegó Luis es una prolongación del juego del Barça. Son dos equipos que parece que están hechos a mi medida.

Volvamos a la fiesta, La Eurocopa les ha hecho a todos más hombres, ¿verdad?

Sí, sin duda, todos nos sentimos más valorados, más importantes para todo el mundo. Nos faltaba ganar algo. Yo, particularmente, me siento más preparado, más fuerte. Ha sido una inyección terrible. El fútbol, aunque se juega con los pies, es algo muy mental, muy psicológico.

¿Qué queda de aquel Pelopo que llegó al Barça hace diez años?

Jo... Pelopo, hacía tiempo que no lo escuchaba. Fue un mote que me puso Miguel Ángel cuando íbamos a entrenar de chavales, Él era de Sabadell e íbamos juntos a Barcelona. Luego yo se lo llamaba a Gabri. Pelopo viene a ser como "tronco". ¿Qué pasa Pelopo, qué pasa tronco?... Del Pelopo a nivel personal queda todo. No he cambiado en nada. Se lo pueden decir los que me conocen desde entonces. Mantengo los mismos valores y la educación que me dieron mis padres. Futbolísticamente, también mantengo los mismos conceptos. Juego como siempre he jugado. Como siempre me hubiera gustado jugar. Eso sí, estoy más curtido, he madurado mucho. He tenido que madurar a la fuerza. En el Barça al 0,2 saltan todas las alarmas y desde que llegué al primer equipo tuve que convivir con la polémica de si era como Pep, compatible o incompatible. Es una presión muy difícil de llevar y que nunca morirá porque el Barça siempre será así.

¿Y cómo se lleva que le enfrenten a su ídolo?

Pues imagíneselo. Pep, más que mi ídolo, era mi espejo. Maradona, Schuster, de niño, eran más ídolos. Pep era mi referencia a todos los niveles. Me cautivaba como jugador y me cautiva como entrenador. Todo lo hacía bien. ¡Cómo leía la jugada! Cuando tenía que jugar a un toque, a dos. en profundidad, en corto. Tenía un ojo en la nunca. Los entrenadores además siempre me decían: "Xavi, fíjate en Pep". De tanto verlo aprendí mucho de él.

Tres años como compañero y tres meses como entrenador. Cuente, cuente...

No ha cambiado nada. Pep es el mismo antes que ahora. Es un entusiasta del fútbol, de la vida. Un perfeccionista. Es muy meticuloso. Lo tiene todo controlado. No se puede imaginar hasta qué punto. Ahora digamos que es más jefe. Se mantiene firme, a muerte con sus ideas y si de jugador arrastraba al equipo, como entrenador mucho más. Me ayudó mucho y me ayuda mucho. Siempre me ha dicho cosas. No tengo una amistad fuerte, de salir a cenar o comer, pero estamos unidos futbolísticamente. Pensamos lo mismo, vemos lo mismo. Sentimos lo mismo.

Hasta el punto de declararse amor en público...

Bueno, que no haya malentendidos... Ja, ja, ja. Él dijo en la conferencia de Prensa de después del partido contra el Atlético que me quería mucho y cuando me lo dijeron yo dije que también le quería. Fue un gran gesto por su parte sustituirme para que el público me aplaudiera. Siempre decía que nunca me llevaba ninguna ovación porque nunca me sustituía y me quitó para que me dieran la ovación más grande que el Camp Nou me ha dado en diez años. Mayor incluso que la que me dedicaron cuando reaparecí en el 2006 después de la lesión de ligamentos cruzados. A ésta, además de ser más ruidosa, la doy más valor porque era un reconocimiento a mi fútbol. Pep siempre tiene gestos hacía mi.

Con Luis también congenió maravillosamente, era su ojito derecho.

La sintonía era perfecta. Fui feliz a su lado. Era como el padre que te ayudaba en todo momento. Su idea del fútbol es la misma que la mía. Hablábamos el mismo idioma. Además, él jugaba ahí, de centrocampista y a los dos nos gusta lo mismo, las paredes, las llegadas desde atrás, tirar las faltas... Era un libro abierto. Sé que lo está pasando mal. No le he llamado, pero lo he pensado, a lo mejor lo hago. Es muy cabezón. En parte es lógico lo que le pasa, no controla el país, no conoce sus comportamientos. Los turcos son muy extremistas, pero va a salir adelante.

Hablamos del Xavi futbolista...

Hablamos... Me considero un futbolista que dependo del balón, del compañero. No soy un futbolista físico, soy mental. Me gusta tener el balón. Me gustaría tener más velocidad por eso sobrevivo con mi velocidad mental. Si fuera como Cristiano Ronaldo o Messi no tendría que darme esas vueltecitas que me doy con el balón. Tiraría para adelante y gol.

Pero usted tiene una cuerda con la que ata el balón a su bota, ¿dónde la esconde?

¿Una cuerda? Nunca lo había oído. No es que tenga una cuerda escondida es que tengo que sobrevivir porque yo no puedo driblar, no puedo encarar, tengo que buscarme mis recursos para suplir mi inferioridad física.

Pero para ser un organizador, un canalizador, recupera muchos balones, muchos.

Sí. Es por intuición. Como no soy un portento físico, saco la picardía para adelantarme a la jugada. Es cuestión de anticipación, de llegar en el momento justo.

Y cuando le van a presionar dos o tres jugadores y usted se da esa vueltecita clásica sobre sí mismo, ¿nunca se pone nervioso?

No, porque soy una persona muy positiva. Sé que voy a salir siempre y además si vienen tres sobre mí significa que siempre tendré el apoyo de un compañero libre para hacer una pared y salir del paso. Sé que es una responsabilidad. Me molesta una enormidad perder un balón, mucho más de lo que se pueda creer. Me obsesiona no perderla y dársela al compañero mejor colocado. Tengo un gran sentido de la colectividad. Mi mentalidad desde siempre ha sido de equipo. Tanto dentro del campo como fuera. Siempre me ha gustado hacer grupo, hacer piña. Ir a cenar con los compañeros.

¿Qué es lo que se ha escrito o dicho de usted que más le ha molestado?

Que no tengo personalidad, o que no tenía, porque ahora se dice menos...Que jugaba o juego muy en horizontal... Muchas veces no se han dado cuenta de que mi juego depende del compañero y a veces si juego en horizontal es porque no tengo otro remedio. Si me la piden a dos metros, pues la tengo que dar a dos metros. Que me la pidan más adelante, que se la daré más adelante. Mi juego se basa en triangular, combinar.

¿Un pase de gol o un gol?

El gol es la esencia y lo más bonito pero tampoco no está nada mal un pase de esos entre líneas que entra justito y le llega medido al compañero. Pero me quedo con marcar un gol.

¿Qué título le pondría a esta entrevista?

¿Que lo ponga yo?... Que soy un enfermo del fútbol, un loco, un obseso, un apasionado... ¡Pero si voy a buscar al teletexto los resultados de la UEFA si no he podido ver el partido! En este sentido me pueden empatar, pero no ganar. Me siento un privilegiado del fútbol. Cuando hablo con mi padre le digo: "papa soy un privilegiado, soy feliz con lo que hago. Me gustaría ser entrenador de chavales cuando me retire.

miércoles, 29 de enero de 2014

XAVI ALONSO entrevista


XAVI ALONSO  Entrevista

El fútbol puede ser elegante

 

Poco dado a los excesos, nos ha tocado sacarlo de su entorno para convertirlo en un dandi. Estilos aparte, Xabi Alonso es 100% fútbol.

No en vano, todos los equipos por los que ha pasado le han confiado su timón. Campeón del mundo –y de muchas cosas más.

 Jugador clave en el mediocampo del Real Madrid y la Selección, el guipuzcoano Xabi Alonso posee ya, a sus 30 años, un palmarés muy difícil de igualar.

 Xabi Alonso  da muy bien en cámara, como se dice en el argot, y tiene percha para todos los cambios de ropa, una suerte para el fotógrafo. De trato afable, en lo personal Xabi se encuentra en el extremo opuesto al estereotipo de estrella madridista: su tiempo de ocio lo dedica plenamente a su mujer y sus dos hijos, alejado de discotecas y de la agitada vida nocturna de la capital a la que prefirieron entregarse otros jugadores jóvenes que, como él, ficharon por el club con más renombre del mundo.

Sabemos que el Madrid  igual no es el equipo más querido, pero a mí la gente me recibe bien. Siempre que estoy en Donostia, a pesar de estar en otros clubes, noto esa cercanía, ese respeto, ese cariño. Y para mí resulta muy importante porque, en un futuro, ahí volveré.

Mundial, Eurocopa, Liga de Campeones, Supercopa de Europa… Muchos títulos ha logrado como jugador, y todos importantes a nivel internacional.

Si pudieras mejorar alguna de tus habilidades en el campo, ¿cuál escogerías?

 Ser un poco más rápido quizás. Hombre, aunque nunca me he caracterizado por mi rapidez, igual en mi posición tampoco es determinante esa cualidad, pero yo creo que una chispa, un poquito más de velocidad, no me vendría mal.

¿Qué tal es Cristiano Ronaldo como compañero?

 Es súper ambicioso, siempre quiere mejorar, muy profesional: ése es el tipo de jugador que quieres al lado, que te haga ser mejor y un equipo mejor. Y luego, en el trato, pues es muy normal, muy sencillo..., y siempre está pensando en fútbol.

¿Y se ha adaptado bien Sergio Canales al equipo? ¿Crees que le presionan demasiado las expectativas que generó el año pasado?

 Sabemos que, si no controlas bien el entorno, a veces puedes perder un poco el norte. Pero yo creo que Sergio tiene la cabeza bastante bien amueblada y su adaptación está siendo buena. Siendo español siempre es mucho más sencillo, porque dominas perfectamente el idioma, ya sabes lo que te vas a encontrar… y eso lo facilita todo.

¿Hay algún jugador que se pierda con el idioma? Sí, sobre todo Sami Khedira y Özil… Hombre, hablan inglés y muchos podemos hablar con ellos, pero el castellano todavía les cuesta.

 ¿Mourinho es un entrenador tan duro como parece?

 No sé lo que parece, pero es un entrenador muy exigente. Es muy trabajador, le gusta estar encima de todo y es muy detallista.

¿Y algún defecto que le encuentres?

 Es el jefe (risas).

¿A quién le darías tú el Balón de Oro?

 A Xavi. A mí me gusta fijarme en la trayectoria y la de Xavi en los últimos años es espectacular y marca mucho estilo allá donde juega. A mí me encanta jugar con él.

Entre los partidos de Liga, de Copa del Rey, de Champions y de la Selección, vas a tener un calendario muy apretado. ¿Crees que tendría que haber menos partidos?

Sí, sin duda la Copa debería ser a un partido. Eso es fundamental para liberar un poco el calendario porque nosotros, desde que acabamos el Mundial, tuvimos pocas vacaciones... Y empiezas la temporada y es a tope; o sea, que para nosotros el inicio está siendo muy muy intenso. Llevamos pocos partidos, pero ya parece que la temporada esté siendo eterna (risas); así que, al final de la temporada, no sé cómo será.

En las concentraciones de la Selección, ¿con qué jugadores tienes más amistad?

 ¿Sabes qué pasa? Que ya llevamos un grupo tanto tiempo que es difícil responder… Y, además, el Mundial ha sido mes y medio, así que has convivido mucho con todos. Pero, lógicamente, tengo más amistad con los que más conozco: Arbeloa, Albiol, Íker, Reina, Torres… Y también con los que he coincidido en los clubes porque he estado más tiempo con ellos. Pero en general me llevo muy muy bien con todos, y el ambiente es genial.

¿Qué tal el esternón? Menudo plantillazo te metió De Jong en la final del Mundial... Debió de doler.

 Pues me costó recuperarme. Tres o cuatro días estuve muy fastidiado. No me dejó mucha marca porque, al ser muy frontal, no me desgarró ni nada, pero me crujió toda la columna, toda la cadera… Fue la patada que más daño me ha hecho en toda mi vida, sin duda.

Pero te levantaste enseguida.

 (Risas) Es que era una final, no podía perderme el partido.

¿Y crees que lo hizo con intención?

 ¡No! Yo creo que él no me vio. Evidentemente, el pie no se puede ir poniendo ahí, pero no creo que me viera y entrase así porque, si no… ¡es de cárcel!

Si no fueses futbolista, ¿a qué te habrías dedicado?

Siempre me ha gustado mucho el tenis, pero no creo que hubiese dado el nivel. Así que, como mis amigos, habría estudiado en la universidad, hubiese hecho mi añito Erasmus y ahora estaría trabajando. Empecé a medias la carrera de Empresariales y estaría en algo relacionado con el tema empresarial, seguro.

¿Cuáles son tus hobbies?

 Ahora los hobbies los tengo aparcados, porque tengo dos hijos y me absorben cien por cien. Es con quienes paso todo el tiempo libre que tengo..., que el principio de temporada está siendo muy intenso y hay que aprovechar los momentos de ocio.

¿Una película que recomendarías?

 Pues varias. A mí me gustan bastante las míticas: “Cadena perpetua”, “Casablanca”, “La gran evasión”, “JFK”… Hay muchas más, pero éstas me gustan mucho.

¿Cuál es la prenda más cara que tienes en el armario?

 Algún traje.

De la ropa que tienes, ¿la mayor parte te la regalan las marcas o te gusta ir tú a comprarla?

 Afortunadamente, hay cosas que sí que te dan. No soy de ir de compras, pero, a veces, cuando me da, sí que me gusta.

¿Cómo llevas lo de ser famoso? ¿Te acosan los fans?

 No, la verdad es que yo lo llevo bastante bien y prefiero que sea así. Intento que no me condicione para hacer una vida normal y creo que lo consigo. O sea, que espero no dejar de hacer nada por eso.

Hace tres años, en México, conocí a un indio maya, apasionado del fútbol, que acababa de tener un hijo y le puso el nombre del que él aseguraba que era el mejor jugador del mundo: Xabi Alonso, tal cual. (Risas)

¿Sí? ¿Pero por qué tanta obsesión?

 Se lo agradezco mucho y le mando un súper saludo desde aquí. Que tenga tanta admiración me sorprende, la verdad.

. Texto: Pedro Estrada.

ENTREVISTA CON VICENTE DEL BOSQUE


Entrevista con Vicente Del Bosque
 

 "La imagen de un seleccionador es la imagen del país que representa. En España también pasan cosas muy buenas: El país ha cambiado muchísimo en los últimos 30 años y la sociedad es mejor en todos los ámbitos. Por eso como ciudadanos debemos sentirnos orgullosos de tener tan buenos deportistas entre nosotros". 

 “El éxito es efímero, lo que queda es el comportamiento y la actitud ante la vida”

TEXTO: ALBERTO ARGÜELLES

España y la economía mundial han vivido un año 2010 marcado por la palabra crisis, cuyos efectos inundaron desgraciadamente la mayor parte de las noticias y sentimientos colectivos de nuestro pueblo por sus difíciles consecuencias sobre el empleo, la actividad y el bienestar social. Pero junto con la crisis, si ha habido en los últimos meses un hecho relevante en la historia de nuestro país, por lo positivo que supuso como alegría y bálsamo para una sociedad como la española, que valora y ama como pocas en el mundo el deporte, y en especial el fútbol, ese fue sin duda el deseado triunfo de España en el Mundial de Sudáfrica.

La épica de nuestro país recordará siempre el verano de 2010, el año en el que nuestra Selección prolongó sus éxitos internacionales, rompiendo definitivamente con aquel maleficio de la eliminación en “cuartos”, destrozada en la Eurocopa austro-suiza de 2008, y elevando por fin a España a campeona del mundo en un deporte de tan profundo significado para el conjunto del Estado.

Aquel Mundial, grabado ya ha fuego en la memoria colectiva de los españoles, nos dejó varias imágenes para el recuerdo: los golazos de Villa, el beso de Iker Casillas a la Carbonero, el cabezazo de oro de Puyol a Alemania, la extraordinaria dirección “orquestal” del maestro Xavi o el agónico y orgásmico gol de Iniesta en la final frente a Holanda, corriendo hacia la historia con su camiseta interior al aire, pintarrajeada en recuerdo del malogrado joven futbolista del Español, Daniel Jarque. Pero pese a que estos grandes futbolistas, y sus compañeros de selección y generación, ya se han convertido en un icono de nuestro deporte y de nuestra sociedad,  son muchos, por no decir la inmensa mayoría, que atribuyen mucha de la parte del histórico triunfo de nuestra selección, no a una de nuestras grandes estrellas del balompié nacional, si no a su “general”, al entrenador Vicente Del Bosque.

Vicente Del Bosque, nacido en Salamanca en 1950, representa como nadie la imagen del español humilde, castellano viejo y sobrio, un hijo de la postguerra al que, pese a su temprana habilidad para el arte del fútbol, hizo del entrenamiento y la disciplina la base de su trabajo para llegar a lo más alto de su profesión. Un hombre que, pese a conocerse sabedor de su privilegio -a los 16 años ya había sido fichado por el laureado Real Madrid-, nunca se olvidó de su mundo y sus raíces, una vida cotidiana, alejada de las portadas del As, del Marca o el Don Balón, donde el hambre se ahuyentaba con madrugones, fríos, brazos cansados, sudor de riñón y muchas cuentas imposibles para hacer alimentos, estudios, ropa…

 

De familia humilde

Hijo de ferroviario (Fermín) comprometido con la causa republicana, y padre de tres hijos, uno de ellos (Alvaro) afectado por la alteración genética denominada Síndrome de Down,  Del Bosque fue el único que no celebró ostentosamente los goles y triunfos de España. No lo hizo no por algo en especial, ni siquiera por ser un hombre de alegrías contenidas, sino por una forma de ser educada y señorial, compendio de austeridad, serenidad y mesura que contrasta en una sociedad donde la imagen confunde el fondo, donde la fama, el dinero y el éxito difumina otros conceptos como la formación, la honestidad, la prudencia, la moderación, el rigor, la fidelidad a los valores más clásicos y elevados del aprendizaje humano…

 Y Del Bosque nos enseña en todas las parcelas de la vida que se puede ser “una estrella”, un grande del llamado “deporte rey” del Planeta siendo sencillo, como el aún se siente a sus 60 años: ese niño soñador de familia llana y proletaria, que todos los veranos jugaba por la dehesa de Ledesma mientras fantaseaba con una pelota de trapo con los ídolos de su tiempo: los ya míticos Pelé, Garrincha o Vavá, de Brasil; los europeos Charlton, Fontaine, Kopa o Yashin, o los nacionales Telmo Zarra, Zoco, Lapetra o Luisito Suárez.

Del Bosque dejó de ser futbolista en 1984, tras 18 años de éxitos deportivos en un Real Madrid que pese a su grandeza, era un club imbuido por el liderazgo personal de Santiago Bernabéu, un presidente que construyó las bases de la entidad deportiva más importante y trascendente del Planeta en el siglo XX partiendo un ideario sencillo, más asemejado a una organización social o a una orden religiosa, que a un equipo o a una empresa. Del Bosque, moldeado por esa Escuela, es fruto de esa filosofía, plagada de valores de austeridad, trabajo y humildad.

El Montepío de la Minería Asturiana, conocedor del cariño que muchos de nuestros mutualistas dispensan a Vicente Del Bosque, no solo por su extraordinario triunfo como máximo responsable de la Selección Española en el Mundial de fútbol, si no por su ejemplar y brillante trayectoria deportiva y humana, solicitó a la Real Federación Española de Fútbol, a través de la federación asturiana, que preside el langreano Maximino Martínez, una entrevista con Del Bosque con el fin de a cercar un poco más a los lectores y lectoras de la Revista Montepío a quien sin duda es uno de los españoles más importantes y reconocidos del momento, dentro y fuera de nuestras fronteras. El presidente del Montepío, José Antonio Postigo, aprovechó la entrevista para entregarle en nombre de toda la Mutualidad, y en reconocimiento a esa labor la simbólica “lámpara minera”, cuyo grabado sintetiza lo expresado por millones de personas en la calle hacia su persona: “En homenaje a Don Vicente del Bosque, por convertir a España en Campeona del Mundo de Fútbol 2010 desde un liderazgo humilde, plagado de valores ejemplares”. La entrevista, concedida en un Hotel de Madrid las últimas horas del año 2010, confirma todas estas impresiones.

 La primera pregunta, pasado ya un tiempo prudencial y con un poco de perspectiva ¿Qué está suponiendo para el fútbol y el deporte español el triunfo en el pasado Mundial?

Una alegría muy grande, en un momento muy especial para nuestro país, afectado por ese contexto general de crisis. Ha sido un año extraordinario en lo personal, porque siempre es satisfactorio conseguir los objetivos que nos habíamos marcado. Sobre todo cuando esos objetivos eran tan deseados por el pueblo español, y me consta que también por otras muchas personas que por motivos de residencia, culturales o de seguimiento de nuestra Liga, están vinculados a España. He dicho muchas veces que cuando llegamos a España con la Copa Mundial me impresionó mucho las riadas de gente, pero también ver con la bandera de España a gran cantidad de inmigrantes que lo sentían como propio. En lo profesional nuestro fútbol ha salido reforzado.

 En la Eurocopa dejamos de ser la Cenicienta de los cuartos de final, pero el Mundial era la gran prueba de fuego… con su experiencia ¿Dónde reside la clave del éxito en un Mundial?

El gran protagonista de este triunfo ha sido el fútbol español. Definitivamente hemos acabado con todos esos tópicos negativos que venían rodeando a la selección y hemos situado en su justa medida internacional a nuestro fútbol, que a nivel de clubes, siempre ha tenido una posición hegemónica. Hasta el triunfo en la Eurocopa, la situación era  atípica, en parte fruto de la mala suerte o de la presión excesiva. En una fase final de un Mundial, se trata de intentar estar en forma psíquica y mental durante el periodo. Y también tener esa pizca de suerte. Pese a que hubo momentos delicados, lo conseguimos. Ahora, con este último triunfo en el Mundial, la selección se ha sumado a las buenas noticias de los clubes, con una generación de jugadores muy brillantes, que estoy seguro nos va a dar nuevas alegrías, y que consigue la exaltación de nuestro fútbol y nuestro deporte a nivel mundial. Haber ganado en los dos últimos partidos a dos grandes naciones como Holanda y Alemania da aún mayor brillo a un triunfo que ha llegado al corazón de un país.

¿Cuál es la clave del juego de España y nuestra seña de identidad frente al resto?

Hemos juntado a una generación maravillosa de jugadores, muy educados en lo deportivo y profesional, con experiencias al máximo nivel en sus clubes y también recorrido internacional. Les gusta tener la pelota, son disciplinados, luchan y pelean y tienen hambre de gol y de triunfos. Además, son chavales majos que tienen un buen comportamiento en su vida y creo que es también digno de valorar.

Su imagen como entrenador está a medio camino entre “El hombre tranquilo” y “el viejo profesor”. Y el Mundial ha acrecentado esta imagen puesto que no pierde nunca la compostura, ni siquiera en un momento tan exultante como fue el gol de Iniesta.

 Esa contención no fue premeditada: Vi un gesto raro en el juez de línea, que se había quedado parado, como pensando si Iniesta había recibido el pase en fuera de juego. No las tenía conmigo de que no lo anulase. Y después tenía interiorizado que una celebración extraordinaria nos podía pasar factura para lo que quedaba de tiempo. Había visto lo que un día le había pasado al entrenador de Croacia en un partido que perdieron de manera absurda, precisamente por la energía derrochada durante la celebración de un gol. Temía que a mis jugadores dieran el triunfo por hecho. Y estábamos jugando una prórroga de una final de un Mundial con lo que ello supone de esfuerzo. De ese día, por lo que el nerviosismo y la tensión influyen sobre las piernas. Y por lo mucho acumulado, no solo durante esa competición sino durante todos los meses previos en los que nuestros jugadores tienen que rendir al máximo nivel en todos los partidos. Mi contención era de preocupación y de responsabilidad, más que nunca para mantener ese resultado y culminar ese triunfo.

 

Pero siempre mantiene la compostura.

 No soy de las personas que se alteran o que exteriorizan sus emociones o su agresividad en el mundo profesional. Lo mío es dirigir. No suelo dar voces en la banda porque no creo que aporte nada. Creo en explicar y en convencer. La autoridad por la autoridad no sirve para nada. Eso no quiere decir que no me internamente no me cabreé cuando las cosas no salen como entrenamos o como uno espera.

 Es usted en casa igual que fuera.

Sí, intento ser buen padre. Intento trasladar la ética del buen comportamiento personal como un valor por encima del triunfo o del éxito, que siempre es efímero.

Ninguno de sus hijos ha querido ser futbolista.

 Me hubiera gustado pero no tienen condiciones.

 ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

Aprovechar al máximo el tiempo con mi familia y trastear con el ordenador.

Tras el gran triunfo ha habido derrotas sonadas en Argentina y Portugal, somos el rival a batir y la gente ya no quiere perder ni en los amistosos ¿percibe que ese triunfo puede condicionar a corto plazo el trabajo del seleccionador o el perfil psicológico de los seleccionados?

Distingo entre las derrotas de Argentina, en un contexto deportivo muy extraordinario, y la de Portugal. Esta última fue más dolorosa porque no hicimos bien las cosas. Tenemos que ser conscientes de ahora existe una responsabilidad mayor por ser campeones del mundo y que no podemos mirar para otro lado. Dicho esto, creo que nuestra derrota con Portugal, aunque en un amistoso, es un accidente que debemos relativizar y estoy seguro que vamos a recuperar nuestro máximo nivel competitivo en el próximo partido contra Colombia, en febrero.

 Aunque sea una pregunta difícil por su responsabilidad ¿Cuáles cree que han sido en la historia del fútbol español los futbolistas o entrenadores que más han influido en la historia de la Selección y de este deporte?

Son muchos y citaría también a personas como Santiago Bernabéu, que en el apartado de clubes dieron una dimensión desde la base a nuestro fútbol. Y muchos otros que conocí en el campo y en la ciudad deportiva del Real Madrid durante los 36 años que estuve ligado al club de mi vida. Pero si he decir uno, diría Zidane, por cómo juega al fútbol, pero también por su carisma dentro y fuera del campo.

Y de otra forma ¿Quiénes eran sus ídolos de niño?

Groso, Pirri y Velázquez. Ellos consiguieron la Copa de Europa de 1966 y juntos hacían un jugador perfecto. De niño seguía al Salamanca y al Athletic de Bilbao.

Entre los años 70 y 80 fue uno de los centrocampistas más destacados de España y del Real Madrid… han pasado 30 años… ¿Cuál es su mejor recuerdo como profesional y como ha visto la evolución del fútbol en este tiempo?

Son muchos los recuerdos, pero el más intenso es el de la final de la Copa de Europa que perdimos en 1981 París contra el Liverpool. Nos hicieron un gol en el 82 y no remontamos. Aquel equipo estaba dirigido por Boskov y en el estábamos compañeros como Camacho, Juanito, Santillana, Stielike… También citaría los primeros que jugué con la selección española, por lo que supone de orgullo y honor vestir la camiseta nacional. Más que de momentos, me quedo con trayectorias. Tengo que reconocer que disfruté más como jugador que como entrenador, porque era joven y tuve la inmensa suerte de ganarme la vida practicando mi deporte favorito.

Curiosidades de la vida, usted como jugador nunca jugó un Mundial.

 Me hubiera correspondido el de Argentina de 1978, pero una lesión me hizo no entrar en las últimas listas y Kubala, que era una bellísima persona, no me convocó para la última.

¿El entrenador nace o se hace?

 Se va haciendo uno con la vida y las experiencias. Ser entrenador es ser un poco de todo, porque conlleva un trabajo humano, táctico, de despacho y de representación.

 ¿Por qué se hizo entrenador?

 En mis últimos meses como jugador eran muchos los entrenadores que te decían que hacía falta volcar la experiencia que teníamos como futbolistas trabajando con la cantera. En mi caso esos fueron Miguel Muñoz y Luis Molowny. Había ganado dinero, pero no para vivir toda la vida y había que buscar un trabajo que casara con lo que quise ser (futbolista) y con lo que hubiera podido haber sido (maestro). Y lo definitivo fue ver que otros compañeros se apuntaban también al curso.

¿Qué técnicos han influido más en usted?

Los citados anteriormente y Milan Miljanic y Vujadin Boskov, que también entrenó al Sporting.

 ¿Guardiola o Mourinho?

 Los dos son muy buenos, cada uno en su estilo.

El Mundial le sitúa en la cima, pero entre 2000 y 2003 usted consiguió 7 grandes títulos con el Real Madrid, entre ellas dos Champions, sin embargo e incompresiblemente no renovó. El destino le ha deparado un éxito aún mayor ¿Cuál es la moraleja?

Que lo importante es el trabajo y las trayectorias. Mi salida del Real Madrid fue difícil porque estábamos en un buen momento, pero no me pilló por sorpresa porque uno sabe que cuando llega al primer equipo, el siguiente paso es siempre salir. Lo único es que normalmente uno suele salir cuando fracasa y en mi caso puede hacerlo con el respeto de la gente. Estoy enormemente orgulloso de mi etapa en el Real Madrid y gracias a ella pude vivir otras etapas felices y enriquecedoras, como ésta que ahora estoy viviendo ahora al frente de la Selección, o la que previamente pasé con mi familia en Turquía, dirigiendo al Besiktas.

Un Mundial y dos Champions ¿y la mayor derrota?

 En un partido de la vieja Copa de Europa, como futbolista, en Belgrado. Habíamos ganado 2-0 en el Bernabéu y el Estrella Roja nos empató y nos ganó a los penaltis. Fue un impacto emocional tremendo.

Texto Alberto Arguelles

martes, 28 de enero de 2014

MOURINHO ALABA A PELLEGRINI


Mourinho alaba a Pellegrini y dice que “puede ganarlo todo este año”.

El director técnico del Chelsea aseguró que el Manchester City tiene un gran equipo y que es candidato seguro para quedarse con la Premier League. Actualmente la liga inglesa está muy disputada en donde el Arsenal, Chelsea y Liverpool y los dirigidos por el chileno luchan por el liderato de la liga.

El actual director técnico del Chelsea, José Mourinho, quien está en la pelea por la punta de la Liga inglesa, tuvo favorables palabras para el chileno Manuel Pellegrini:

“Matemáticamente es posible que el Manchester United gane la Premier League y creo que son rivales para nosotros. Liverpool tiene una situación privilegiada porque no tienen competición europea. Tottenham tiene una plantilla muy buena. Arsenal está consiguiendo los resultados de una estabilidad que llevan construyendo durante mucho tiempo. Y el Manchester City puede ganarlo todo este año, es un gran equipo”, dijo el portugués en entrevista con la BBC.

En la misma entrevista, “Mou” reconoció no haberle gustado el sistema de la liga española cuando fue DT del Real Madrid. “Mi competición en España era Madrid contra Barcelona. Perdimos un título con 99 puntos. Es una competición que no me gusta. Me divertí con la experiencia de entrenar a un club tan grande como el Madrid pero La Liga no me gustaba”

Hay que recordar que Pellegrini estuvo a cargo de los merengues justo antes que el portugués tomara el mando, el cual tuvo ácidas palabras para el chileno, al cual consideraba no apto para dirigir al elenco español.

 

Cinco aspectos en los que Mourinho no ha superado a Pellegrini

El periodista visual Chiqui Esteban revisó el historial del Real Madrid de Mourinho y el de Pellegrini y demuestra como el equipo del chileno, a estas alturas de la Liga española, iba mejor que el del portugués.

1. La distancia respecto al Barcelona

Se quiera o no, es un tema esencial. El Madrid de Pellegrini batió récords históricos, pero el ex del Villarreal se fue a la calle porque el Barcelona quedó por encima. En la jornada 25 de la liga pasada, blancos y culés estaban empatados a puntos. En esta, el Barcelona de Guardiola saca siete puntos al equipo de Mou.

2. Los puntos

Si no tenemos en cuenta al gran rival y miramos solamente a los méritos propios, el Madrid de Pellegrini le saca un punto al de Mourinho (62 a 61). Cierto es que si echamos el ojo a otras competiciones, a estas alturas Pellegrini había caído en Copa y fuera de Champions. Mourinho está en la final de la Copa y se juega el pase contra el mismo rival que acabó con el chileno.

3. La superioridad

En un equipo como el Real Madrid no sólo vale con ganar. También importa cómo se gana. Como la superioridad en el campo no parece cuantificable, hemos valorado la diferencia de goles  de ambas temporadas. Aquí Pellegrini gana de paliza: 47 a 36.

 

4. Juego limpio

Otra manera de medir la superioridad de un equipo y su comportamiento en el campo es la cantidad de tarjetas. Con un partido tranquilo y dominado, un equipo comete menos faltas y recibe menos tarjetas. Los equipos con mucha calidad también recurren menos a la agresividad. Por ello comparamos las tarjetas de ambos ‘Madrid’ jornada a jornada (contando roja como dos amarillas). Aquí Pellegrini también tiene las mejores cifras: 65 tarjetas frente a las 71 del equipo del portugués.

 

5. Dependencia de Cristiano Ronaldo

Otra de las cosas que te dice si un equipo está compensado es la dependencia de su estrella. El Madrid de Pellegrini dependía mucho menos de Cristiano Ronaldo que el de Mourinho. El año pasado, el portugués había marcado 14 de los 67 goles del equipo en esta jornada. Un 20,9% del total del equipo. Esta temporada, Cristiano lleva 24 de los 55. Un 43,6%. Más del doble de importancia en la capacidad goleadora del equipo.


Se puede decir que Cristiano, entre lesiones y expulsiones, faltó mucho más en el Madrid de Pellegrini que en este año, en el que apenas se ha perdido unos minutos. Pero eso también habla bien del equipo del chileno, ya que consiguió todo esto sin la principal estrella.

 

 

 

Tony Book: “Este Manchester City de Pellegrini es el mejor en 50 años”

La leyenda del cuadro inglés en la década de los 60/70 llenó de elogios al “ingeniero” y aseguró que debe quedarse en el club pase lo que pase.

Lunes 20 de enero de 2014  

No cabe duda que Manuel Pellegrini está viviendo un gran momento en Inglaterra al mando del Manchester City. Su equipo marcha segundo en la tabla a un punto del Arsenal y ayer rompió el récord de marcar cien goles en menos partidos (103 conquistas en 34 duelos). Ante esto, Tony Book, leyenda del conjunto inglés, analizó el trabajo del DT nacional al mando de los “citizens”. 

 

En entrevista con La Tercera, el campeón de la Premier League en la temporada 1966/67 afirmó que lo hecho hasta el momento por Pellegrini “es lo mejor en 50 años. Todavía podemos ganar las cuatro competencias que disputamos. Asimismo, agregó que “el equipo hace un fútbol muy vistoso, con gran cantidad de goles. A los hinchas les encanta. Me recuerda mucho a lo que hacíamos en los años 60”.

 Finalmente, el británico recalcó que “no sólo es un gran entrenador, sino también un caballero. Siempre tiene tiempo para todo y para todos. Es un hombre sencillo y yo creo que eso tiene mucho que ver con los resultados que está obteniendo. Es el hombre indicado para este trabajo. Espero que se quede por cinco o seis años, aunque no gane nada ahora. No hay que ponerle presión. Los títulos vendrán solos”. 





Pellegrini: "Jugar bien es ganar"


“Cuando uno llega lo hace con muchas expectativas, con ganas de poder transmitir en el fútbol aquello en lo que se cree. Sabía que este proyecto era sólido y coherente y entregó todo lo que tengo”.

“Mi mayor logro es obtener el compromiso del grupo.  Hay 25 personas distintas y todas piensan de forma diferente. Lo importante es que todos estén comprometidos con un objetivo”.

¿Qué objetivo?
A los que sólo les interesan los resultados, los llamados "resultadistas", dicen que ganar es la única forma de jugar bien. Yo quiero que mis futbolistas jueguen bien para ganar.

¿No cree que a veces jugar bien también es ser sólido en la defensa y salir rápido al contragolpe?
Jugar bien es ganar. Eso lo digo siempre. Pero está la forma de ganar. El "resultadista" es quien alaba que el equipo pierda tiempo, que se busque la falta y no la cohesión del equipo. Respeto esa idea. ¿Si yo quiero jugar así? Si me preguntan por ese concepto de fútbol, ni lo entiendo ni lo acepto. Entiendo que haya quién alabe este juego. Hay quién viene a jugar así y eso se alaba. Porque el concepto es que ganar es la única forma de jugar bien.

Estéticamente es importante ganar la Liga, pero hay menos probabilidades de ganar la Liga si no se juega bien.

¿Cree en los sistemas tácticos?
Sirven pero no para ganar. Sirven para tener una determinada mecánica de juego, pero para vencer sirven las individualidades de los jugadores insertadas en el bloque, claro está. Personalmente creo que la táctica es inteligencia aplicada al juego.

 El funcionamiento y el rendimiento también es determinante. Mi idea es que podemos emplear las bandas con un defensa, con un centrocampista e incluso con un delantero, pero siempre deben estar ocupadas. Un delantero debe sacrificarse, pero es mejor con dos puntas porque crean mayor fluidez en ataque.

Pero todo varía, puede variar el nombre, no el sistema. Se hacen cambios tácticos en un momento determinado de juego en busca de un cambio. Hay una frase del periodismo que dice que la pelota sufre mucho. No la entiendo. La pelota no puede jugar, si el Barcelona tiene la posesión del balón hay que ganarle de otra manera.

La mejor manera de hacer daño a un adversario es desdoblando las líneas posteriores, con incursiones desde atrás.  Pero es el rendimiento de la plantilla el que gana partidos. Nunca el sistema.

Sin el apoyo de la directiva es complicado seguir adelante.

El entrenador siempre vive con la posibilidad de irse.

Si no me veo comprometido, me despido y me voy.

Yo no separaría a los jugadores latinoamericanos de los europeos. Hemos intentado sacar un buen rendimiento a todos los jugadores de la plantilla. A ellos hay que unir a los de la cantera. Otros no han tenido buen rendimiento y no es tanto la nacionalidad, sino la exigencia del cuerpo técnico y el trabajo del jugador.

Creo que es muy importante también apostar por un trabajo de cantera. La formación de jugadores es muy importante para las  entidades  y desde el cuerpo técnico tenemos la certeza de que, por suerte, siempre aparecen  jugadores que fortalecen el trabajo y la apuesta del club.

Manuel Pellegrini y una cuenta pendiente: la selección de Chile.

 

lunes, 27 de enero de 2014

BARCELONA. DE VISITA POR LA MASÍA


Barça  De visita por la Masía

Con el mundo rendido a sus pies tras una temporada perfecta, el fc Barcelona puede presumir algo que hace rabiar aún más a sus rivales: 11 de los 24 jugadores del equipo que ganó la liga española, la Copa del Rey y la Champions League, fueron formados en su cantera. Esquire entró hasta la cocina del lugar donde desde hace 30 años se gesta el modelo Barҫa de formación: La Masía, una antigua casa habitada por 46 chicos que sueñan con ser el próximo ídolo azulgrana.

 Un par de turistas japoneses se cuelan al edificio, vecino del estadio del Fútbol Club Barcelona, el Camp nou. Al entrar, se topan con un grupo de unos 15 señores mayores de 70 años que discuten acaloradamente. Alguna relación tendrán con el Barça, pues el del centro, que parece ser el mayor, lleva unos tirantes blaugrana. Los ancianos ven a los japoneses, los escrutan y, en catalán, les dicen que ahí es La Masía y que no pueden pasar. “¡Stop!”, grita el de los tirantes.

Los japoneses se quedan inmóviles. ¿Qué es esta casita de piedra situada a espaldas de la portería norte del Camp Nou?  ¿Quiénes son estos señores y por qué hay un ir y venir de niños y jovencitos musculosos? Éstas preguntas deben pasar por su cabeza mientras se baten en retirada.

La Masía es el lugar donde viven 46 adolescentes, de entre 11 y 17 años, que juegan en alguno de los 12 equipos de las fuerzas básicas del Barça (en España le dicen fútbol base). Son fichajes extranjeros, españoles o catalanes, cuyas familias no están en la ciudad.

En total, la cantera futbolística del Barça tiene 231 niños y jóvenes de entre 8 y 25 años.

 

Además, La Masía es el epicentro donde desde hace 30 años se gesta el modelo Barça de formación, que se procura inculcar a todos los futbolistas del club. Varios jugadores que este año hicieron historia con el primer equipo vivieron entre estas paredes.

El entrenador Pep Guardiola  y 11 de los 24 jugadores que lograron los títulos salieron del fútbol base del equipo: Valdés, Xavi, Jorquera, Puyol, Piqué, Busquets, Iniesta, Víctor Sánchez, Messi, Bojan  y Pedro.

Esta temporada, por primera vez desde que en 1996 la UEFA  aprobó la ley Bosman —que permite a los clubes de la Unión Europea contratar a un número ilimitado de jugadores de cualquier nacionalidad del bloque—, los futbolistas formados en el Barça jugaron más minutos que los fichajes provenientes de otros clubes.

Por si fuera poco, Guardiola recurrió a chicos de las fuerzas básicas actuales cuando las lesiones o los viajes de los titulares con sus selecciones hacían peligrar la alineación. Así, Busquets, Jeffren, Abraham, Oier, Xavi Torres, Botía, Thiago y Muniesa debutaron con el primer equipo. Pep había trabajado con varios de ellos

Casi un centenar de adultos trabajan con las fuerzas básicas del club catalán y les inculcan la filosofía Barça: estilo ofensivo en el juego y comportamiento impecable en el campo y en la vida.

El señor de los tirantes que detuvo en seco a los turistas es Antoni Ramallets, “El gato de Maracaná”, ex portero del Barça y uno de los jugadores del equipo que ganó cinco copas entre 1951 y 1953. Es el ídolo de todos y hasta los chiquillos que pasan a su lado lo saludan con admiración y respeto.

DISCIPLINA BARÇA

Estamos a principios de junio y en La Masía ya no se percibe la embriaguez de triunfos que  convirtió a Barcelona en una ciudad donde la gente sonreía al caminar. La disciplina Barça ha tranquilizado a los 57 chicos que viven aquí —también hay 10 promesas del baloncesto y una del hockey—, así como a los 27 mayores de 18 años que están a media pensión (sólo vienen a comer o a ver partidos por televisión).

Todos enfrentan los exámenes de final de curso. Para los ocho adultos que trabajan en La Masía, que los chicos aprueben es un punto esencial “de ser parte del Barça”, explica el director Carles Folguera.

No importa si los equipos de fútbol —desde el pre benjamín para niños de 6 años, hasta el Barça Atlètic— han arrasado. Lo que ahora interesa en esta casa es cómo terminarán el año escolar los de cuarto de secundaria; el examen del chico que estudia para fisioterapeuta; y los problemas en matemáticas de un adolescente de 13 años que le pregunta a otro mientras juegan un partido de futbolín en el comedor (con figurillas del Barça-Madrid, por supuesto): “¿Cuántas asignaturas tenemos?”.

“Once, tío”, le responde en castellano el otro, un camerunés que, como otros 11 muchachos del mismo país, está en La Masía gracias a la Fundación Samuel Eto’o, una asociación promovida por el delantero de Camerún que apadrina a 8,000 niños y promueve el deporte en África.

La palabra Barça se asocia con cracks y riqueza. Pero La Masía es todo lo contrario: una residencia de estudiantes que destaca por su modestia. “Queremos que sea lo más familiar posible. Podríamos tener teles de pantalla plana, lujos, pero no queremos. No va con nuestro proyecto”, explica Rubén Bonastre, el coordinador pedagógico.

La Masía tiene un comedor; una sala de estudio y otra con una televisión minúscula, siempre sintonizada en algún partido; una biblioteca donde a diario se imparten clases de refuerzo obligatorias; dos dormitorios con literas (uno para cuatro personas, el otro para ocho); y la sala del equipo de pedagogos, que es un constante ir y venir de muchachos. En otra sala están los libros de texto que pertenecieron a Lionel Messi, Víctor Valdés y Bojan Krkic. Opulencia, ninguna. Disciplina y humildad, mucha.

Desde su inauguración en 1979, por La Masía han pasado 493 chicos de entre 11 y 18 años, que han compartido el sueño de debutar con el equipo de primera división. Muy pocos lo han logrado.

Según datos del club, el 36% de esos jóvenes han competido en tercera división o han dejado el fútbol; el 27% han jugado en segunda división A o B; el 18%, en categorías inferiores o de formación; el 9%, en primera división española o extranjera; y sólo el 10% han vestido la camiseta del primer equipo del Barça.

Folguera, pedagogo y director de La Masía desde el año 2000, tiene claro que si los padres de los chicos confían su educación al club, hay que cumplirles. Para él, que fue deportista de elite de hockey en patines, eso no se limita a enseñarlos a jugar fútbol. “Es hacer compatible su formación personal con la disciplina deportiva”, afirma.

“Que tengan unos hábitos, unos valores, se formen y estudien, y que los que quieran lleguen a la universidad. Mientras eres parte de la disciplina Barça, eres un ejemplo de comportamiento, de valores, de humildad. Cuando salen de esta casa, espero que se lleven todo eso, se conviertan o no en jugadores del Barça”.

No es fácil lograrlo, sobre todo con adolescentes acostumbrados a ser estrellas en sus equipos anteriores. Otro punto es la diferencia de culturas, religiones y ambientes familiares: los futbolistas de La Masía son 14 catalanes, 14 chicos de otras partes de España, un brasileño, 12 cameruneses, un senegalés, un nigeriano, un argentino, un guineano y un dominicano.

“Sólo se consigue con disciplina y exigiéndoles en función de lo que se le puede pedir a cada uno”, añade Folguera. “El equipo de educadores somos como su familia: viven aquí, les ayudamos, los acompañamos al colegio, tienen clases de apoyo escolar y los fines de semana les programamos actividades. Nuestro objetivo es educarlos y que entiendan que sólo unos pocos llegarán al primer equipo. Hay dos momentos difíciles: cuando llegan y añoran a sus familias, y cuando tienen que irse porque el club así lo decide”.

Mientras están en La Masía, el equipo de pedagogos, profesores, médicos, psicólogos y monitores de fin de semana hacen de padre, madre o hermanos mayores. La figura maternal para varios es Clara Casas, una de las profesoras de refuerzo, además de las maestras en la escuela.

En las paredes del comedor están los retratos de los jugadores que han pasado por La Masía “Nuestra mayor preocupación es que (los niños y jóvenes de la cantera) sean personas autónomas y que se den cuenta de que hay más vida después del Barça”, dice Carles Folguera, el director de La Masía.

 En las fuerzas básicas del Barça se leda prioridad al trabajo en equipo sobre las individualidades.

El mayor reto del equipo de Folguera, quien lo resume con una frase: “Nuestra principal preocupación es que sean personas autónomas y que se den cuenta de que hay más vida después del Barça”.

LAS ENTRAÑAS DEL CAMP NOU

El menú de hoy, por ejemplo,  en La Masía es judías estofadas y lomo a la plancha. Entre 1 y 2 de la tarde, los chicos entran y salen del comedor. Los mayores, de entre 16 y 18 años, entrenan por la mañana, comen y por la tarde asisten al León xiii, un colegio de la ciudad con el que el Barça tiene un convenio.

Los más pequeños, de entre 11 y 15 años, van a clase por la mañana y por la tarde, al campo. A las 2 de la tarde, los 15 jóvenes mayores de 18 años que viven en departamentos alquilados por el Barça, también se sientan a la mesa del cocinero Fernando Bedondo.

La rutina de lunes a viernes siempre es la misma: se levantan a las 6:30, van al colegio, comen, toman clases de refuerzo, entrenan en la Ciutat Deportiva Joan Gamper, a cinco kilómetros de Barcelona, vuelven a casa, cenan y a las 11 de la noche se apaga la luz para todos.

En La Masía duermen 12 chicos, repartidos en las dos habitaciones; el resto lo hace en dormitorios dentro del Camp Nou. Los primeros abren la ventana y lo que tienen enfrente es el estadio. Los segundos viven en las entrañas del coliseo.

Las habitaciones son austeras. En ellas hay muchas zapatillas de deporte desparramadas, diccionarios francés-español o portugués español, alguna Biblia en francés y fotos de los hermanos que se quedaron en Camerún o del amigo que está en Alicante. En tiempos de Pep Guardiola, en esas dos habitaciones vivían 20 muchachos. Desde el año 2000, sólo quedaron los más pequeños -ocho jovencitos de entre 11 y 12 años- y cuatro jugadores de básquet. Los mayores, de 13 hasta 18 años, viven en el estadio, a 50 metros de distancia.

En el libro Pep Guardiola, las claves del éxito, el entrenador del Barça recuerda que lo primero que le dijo a su madre cuando entró en La Masía fue: “Mamá, cada día, cuando me levante, veré el Camp Nou”. Era 1984.

Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Las reglas son las mismas; tanto en La Masía como en los pabellones del estadio donde duermen los canteranos hay carteles con normas: “Es obligatorio hacerse (tender) la cama” o “El uso de wi-fi no está permitido de lunes a viernes” (esa regla sí es nueva).

Dentro del Camp Nou, un vestíbulo da paso a un corredor con varias puertas a los lados. Parece un hotel de provincia. Detrás de cada puerta hay tres camas, un baño, un armario y los futuros jugadores. Está permitido tener televisor en las habitaciones y, por supuesto, laptops.

Pese a las idas y venidas de los chicos, y de las risas amigables con ellos, en este reportaje no aparece el nombre ni la foto de ninguno a solicitud del club.

Una de las políticas de las fuerzas básicas y de su director, José Ramón Alexanco, ex jugador del Barça, es mantenerlos a salvo de cualquier flashazo que los encumbre. Aquí todos están en formación: para quedarse y progresar dependen de su actitud en el campo y en La Masía.

De regreso en La Masía, un muchacho camerunés espera frente al despacho que comparten Bonastre, Folguera y Ricard Muñoz, responsable de la administración de la residencia. El joven llegó al Barça con la Fundación Samuel Eto’o. Dentro del campo es un líder: juega con el carácter y la fuerza de su ídolo, y sus compañeros lo llaman “Eto’o”. Pero frente a la oficina de los pedagogos, es un adolescente cualquiera con la cabeza gacha porque sabe que lo van a regañar. Algo pasó en la escuela y han llamado a La Masía —igual que llamarían a la casa de cualquier otro estudiante— para reportar su comportamiento. Bonastre lo hace esperar. El peor castigo para él: que lo acusen con el entrenador y lo dejen en el banquillo para el próximo partido. También pueden prohibirle ver un partido en la tele de la sala común.

MARCA CRUYFF.

El presidente del fc Barcelona, Joan Laporta, ha repetido varias veces que está orgulloso de que el 50 por ciento de la plantilla del primer equipo haya salido de la cantera. Tras los fichajes de Ronaldo y Kaká por el Madrid, Laporta dijo: “Nosotros creamos jugadores que llegan a ser FIFA World Player y otros los fichan.”

Hasta 30 futbolistas formados en el Barça juegan en la Primera División española, y en el extranjero hay figuras como Cesc Fábregas, capitán del Arsenal; Oleguer, en el Ajax; o el mexicano Giovanni. La inversión anual del club en el fútbol base supera los 15 millones de euros. Fichar a futbolistas como Messi, Xavi, Puyol e Iniesta, todos salidos de la cantera, le habría costado al Barça 187 millones de euros, según un análisis del Grupo de

 La doctrina de creer en el fútbol  llegó con la persona que marcó un antes y un después en la historia del club: el holandés Johan Cruyff, jugador del equipo culé de 1973 a 1978 y entrenador de 1988 a 1996.

Cruyff apostó por un sistema  de formación de jugadores que cuando él arribó al Barça ni siquiera se tenía en cuenta. La cantera, predijo, aseguraría un tipo de futbolista a la carta, sanearía la economía del club y establecería un magnífico vínculo con el entorno social. Al inicio de su era, el equipo estaba prácticamente integrado por jugadores forjados fuera de casa.

Cuando se fue, casi la mitad procedía de las categorías inferiores: Milla, Guardiola, Amor, Sergi, Celades, Òscar, Busquets, De la Peña y Ferrer. “Estás ante la mejor cantera de España: aquí hay disciplina, trabajo en equipo y una imagen. Somos el Barça, más que un club”, dice el delegado de un equipo.

 La Masía sirve como lugar de reunión para ex futbolistas del Barça.

 Los canteranos de más edad duermen en unas habitaciones dentro del Camp Nou.  La Masía es una casa de campo construida en 1702, ubicada a unos 50 metros del estadio. 4 La sala de juegos de La Masía tiene un futbolín con figurillas vestidas con los uniformes del Barça y del Real Madrid. desde 1979: Pozanco, Nayim, Redondo, Sala, Amor, Boada, Marín, Iriarte... Son los nombres de algunos que se quedaron en el anonimato y de otros que triunfaron en el fútbol.

Sólo 49 hombres de los que aparecen en estas pequeñas fotos han sudado el uniforme azulgrana en primera división. Quizá hacer que los jóvenes tengan esto muy presente sea el mayor reto del equipo de Folguera, quien lo resume con una frase: “Nuestra principal preocupación es que sean personas autónomas y que se den cuenta de que hay más vida después del Barça”.

Tal vez por eso, Cruyff entendió a Guardiola  desde el comienzo de esta temporada, su debut como entrenador del primer equipo. Al principio, muchos miraban a Guardiola con recelo (habían perdido en Soria contra Numancia y habían empatado en casa ante Santander). En medio de las dudas, Cruyff escribió en El Periódico de Catalunya que contra Santander había visto el mejor partido del Barça en mucho tiempo. Ardió Troya. Ocho meses después, tras ganar la Champions, los periodistas David Torras y Joan Domènech, también de El Periódico de Catalunya, entrevistaron a Cruyff, quien elogió la política del club sobre el fútbol base.

“Si todos los clubes grandes se dedican a comprar jugadores jóvenes como el Arsenal, ¿cuántos acabarán jugando? Es un gran error. ¿Dónde van a parar esos niños? (...) en este sentido, el Barça es el mejor ejemplo de que se pueden hacer las cosas de otro modo. El Barça demuestra cada semana que, si tienes interés en el fútbol base, funciona. Y por eso cada día es más fuerte”, dijo Cruyff en la entrevista.

EL CAMPUS

En la Ciutat Esportiva Joan Gamper entrenan los 231 niños y jóvenes de los 12 equipos de fútbol del Barça que compiten en diferentes ligas. Desde principios de año, la plantilla de primera división se ejercita en el Campo  cuyo césped es idéntico al del Camp Nou. Inaugurado en 2006, este complejo tiene nueve canchas de fútbol y un pabellón deportivo. Aquí estará la residencia que sustituirá a La Masía en la temporada 2010-2011.

Durante la práctica, los muchachos defienden los colores azulgrana con bravura. Albert Benaiges, coordinador del fútbol base y ligado al club desde 1991, sigue el partido de los Cadete B, de 15 a 16 años. ¿Qué perfil debe tener una joven promesa para que el Barça la capte? “Tiene que ser bueno técnicamente, inteligente y tener una buena actitud”, explica.

Un centenar de adultos (24 entrenadores y un delegado, un encargado de material, un fisioterapeuta y un directivo por equipo) enseñan a los jóvenes la filosofía Barça: estilo ofensivo en el juego, comportamiento impecable en el campo y en la vida.

En el césped, los jugadores sólo están pendientes de la voz del míster. Hoy hay pruebas para chavales de otros clubes.

Los 25 cazatalentos que el Barça tiene repartidos por el mundo, más los propios entrenadores que ejercen como ojeadores, han hecho su trabajo.

“Muchos de estos chicos no han dormido esta noche. Saben que pueden pasar a formar parte del Barça y ése es su gran sueño”, dice Jaume Bosch, el delegado del equipo Cadete B.

“Estás ante la mejor cantera de España: aquí hay disciplina, trabajo en equipo y una imagen. Somos el Barça, más que un club, y eso ellos lo aprenden muy rápido”, asegura Bosch.

En su época de jugador, Guardiola siempre tenía el uniforme impecable, la camiseta dentro de los pantalones, las botas lustradísimas. En la Ciutat Esportiva, los más pequeños siguen esos preceptos al pie de la letra, mientras que los mayores buscan tener una identidad propia dentro de unos límites muy marcados. Quien luce la camiseta azulgrana debe aprender que su conducta es tan importante como marcar goles y que ser del Barça es representar a Cataluña. Aquí los niños no son estrellas, sino parte de un equipo y de un club.

Los niños del Alevín B juegan contra un equipo de la ciudad francesa de Perpiñán. Los padres azulgrana están en las gradas. Algunos han hecho dos horas para venir. Confiesan que ver a sus hijos con los colores del Barça es “un sueño y un orgullo”, y hasta hacen apuestas de quiénes serán los futuros Messi, Iniesta, Xavi o Puyol. “Aquí les enseñan disciplina, respeto, los apoyan para que estudien. Es muy diferente a otros equipos”, dice un padre, mientras su retoño de 10 años pelea la pelota con un contrario mayor que él.

Al fondo del campo, Iniesta, Bojan, Puyol y Valdés están inmortalizados en un póster que dice: “Identifica tus puntos débiles, trabájalos hasta que sean tus puntos fuertes. Si dependes demasiado de un pie, trabaja con el otro. ¿Eres suficientemente fuerte? ¿Eres suficientemente hombre, grande y agresivo? ¿Te apasionas o sólo te enfadas? Aprende a dejar de lado las tonterías. ¿Eres un general del medio campo o sólo un soldado raso? ¿Héroe de la batalla o un combatiente más? ¿El juego gira a tu alrededor o te pasa de largo? ¿Eres el primero en llegar a los entrenamientos? ¿Eres el último en irte? ¿Eres lo suficientemente rápido? ¿Qué estás dispuesto a hacer para ser futbolista?”

FÚTBOL Y MÁS FÚTBOL

Durante las horas que pasamos en La Masía, el 90 por ciento de las charlas que escuchamos fueron sobre fútbol. En la comida, un grupo de juveniles discute una jugada; en la sala de estudio, unos muchachos hablan sobre un partido; en la pantalla de una laptop se lee: “Tu familia te quiere.”

Detrás de la puerta de una habitación del Camp Nou, se escucha a todo volumen una música entre tecno y hip hop. Dentro, tres muchachos están tirados en la cama frente a sus laptops. Es viernes: si avisan hoy, pueden salir e ir hasta los centros comerciales cercanos. El fin de semana, unos monitores los acompañarán al cine y organizarán talleres de cocina o salidas por la ciudad. Folguera está orgulloso de los 11 ex canteranos que juegan en el primer equipo. “En el campo, ellos muestran humildad, esfuerzo, temple y respeto”.

¿Lo aprendieron en La Masía? “Es un reflejo de lo que enseñamos aquí”, dice con modestia. Guardiola le proyectó a sus jugadores un video antes de la final de la Champions League. El audiovisual mezclaba imágenes de la película Gladiator con las de jugadores azulgrana. En él, el actor Russell Crowe increpa a sus tropas: “Lo que hacemos en esta vida tiene un eco en la eternidad”.

En el fútbol base del fc Barcelona hay 231 chicos que sueñan con ser gladiadores. Saben que muy pocos lo lograrán. El reto, como dice Folguera, es aprender que hay vida después del Barça.

Por Catailina GayáD