lunes, 22 de agosto de 2011

REFLEXIONES PARA RECORDAR

REFLEXIONES PARA RECORDAR

Un grupo. Un equipo. Se construye persona a persona. Jugador a jugador. De lo individualizado a lo colectivo. Paso a paso. Sin saltar etapas. Es progresivo.

Una rutina de trabajo duro. Exigente, serio, adecuado a las circunstancias del momento. Sin dejar de lado el entretenimiento. En donde sus miembros sean solidarios unos a otros. Pues un trabajo, un gran esfuerzo, hace que todos regresen a su casa, al lado de su familia con energía, confianza, alegría, vitalidad, y orgullosos de haber cumplido y ser apreciados.

Uno nunca deja de ser futbolista. Ese espíritu se mantendrá siempre. Tiene que ver mucho con la pasión. La experiencia de los que ya se fueron y no están, dice que se es jugador para toda la vida.

Los jugadores que más extendieron su carrera exitosa, son aquellos que más autoexigencia tuvieron. No la transaron con nada.

Las conversaciones en el fútbol siempre terminan en debates, en donde aparecen algunas verdades capaces de mantenerse en el tiempo, a través de frases, anécdotas y reflexiones que nos van formando el gusto y el conocimiento.

Cuando uno se retira, hay que ver los motivos: la edad, una lesión, lo físico, lo mental. Esto último (lo mental) tiene que ver con los viajes, concentraciones, mudanzas, entrenamiento, competición, que te quitan tiempo de disfrutar ciertas cosas, que uno supone debe disfrutar pero que el fútbol con su exigencia no te lo permite.

Los más grandes jugadores de la historia, juegan como se debe.

Hay que reconocerlo, en el fútbol de hoy en día, desgraciadamente lo que menos importa es el juego. Tenés que ganar si o si. Pero hay que darle valor a quiénes salen a atacar siempre, se gane o se pierda. O se empate.

Se dice, y estoy de acuerdo, se entrena no para correr más sino para jugar mejor. Nuestros preparadores físicos, hoy en día, entienden su oficio desde el juego y no desde el músculo.

Para el jugador de fútbol, especialmente los mayores de treinta años: cuando empiezan a VALORAR MÁS el tiempo que estarán en un hotel o el tiempo que les va a quitar una competición, que la competición en sí, el asunto está jodido. Su rendimiento no es el mejor, la cosa no funcionará.

Hay periodistas que se convierten en enemigos del futbolista. Pues juzgan, no hacen, no corren, hacen demasiadas críticas negativas y salga lo que salga, siempre tendrán la razón. Ellos se equivocan y gravemente y nunca nadie les juzga. Pero hay excelentes periodistas que le dan un gran valor agregado al show del fútbol. Y después el fútbol saca provecho de esa importante participación, encaminada en el respeto, el buen análisis, sin romper límites de privacidad, buscando engrandecer cada día el fútbol.

CUENTO…………de Caloi. Mientras se saca el buzo para entrar a la cancha, Fontana escucha al entrenador que le da las últimas instrucciones: quiero que me juegue de volante retrasado, pero mandándose al ataque. Hágame de tapón en el medio, parado delante de la línea de cuatro eh. Cuando se vaya arriba, hágalo picando en diagonal….lánceme pelotazos cruzados para los punteros. Trate de tocar de primera en paredes cortas, y en las largas busque la espalda de los marcadores centrales. No se olvide de amagar y buscar la pausa o el cambio de ritmo. Rote para desmarcarse y provocar claros para la subida de un compañero. Gambetee a la carrera y pruebe de media distancia. Fontana escucha atento y acaba de quitarse el buzo. Pero sigue escuchando: Llegue al cabezazo cuando desbordan los punteros y en los córners, si descarga la pelota hacia un costado, pase por detrás del que recibe y pique por la punta. Cuando Fontana va a entrar a la cancha, lo llama y le dice: ah, otra cosa Fontana: juégueme suelto, sin preocuparse por nada, haga lo que ustedd sabe.
Jajaja…debemos tener cuidado al dar las instrucciones y no excedernos eh……….. jajajajajajaja.

ANÉCDOTA……………..De Roberto Perfumo: “El día que le pegué a mi mujer”: El instinto, los reflejos del jugador son también permanentes. Mi esposa suele contar una anécdota muy singular que nos ocurrió en Mar del Plata. Estábamos en la playa y yo, parado, pisaba una pelota de plástico. Ella vino por detrás, yo no la vi y me pateó la pelota. Instintivamente, por reflejo nomás, en una décima de segundo giré, le di una patada y un codazo.





1 comentario:

  1. Profesor Umaña se lo pido por favor que no ponga más en el equipo al cuto guadalupe por el bien del equipo las razones sobran.

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